Capítulo 14.

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Niall cada vez pasaba más tiempo con Justin, esperaba que fuera su primera relación estable así que intentaba hacerlo lo mejor posible; por contrapartida, estaba menos tiempo con su mejor amigo. Eso no le acababa de agradar a Harry mas intentaba llevarlo lo mejor posible. Sin embargo, el menor logró que le hiciese un pequeño hueco en su apretada agenda para contarle las novedades que habían sucedido en su vida. Quería hablarle de Louis, explicarle como había sucedido todo y lo feliz que se sentía al fin, nunca había tenido una pareja lo que implicaba que tampoco había tenido a alguien con quien hablar sobre esas cosas. También deseaba saber que era de de su pareja, estaba seguro que el rubio tenía muchísimas ganas de decirle como iban. Por supuesto, aprovecharía para agradecer sus consejos ya que le habían ayudado mucho más de lo que esperaba.

Habían decidido charlar en la habitación del teñido, la del otro se encontraba ocupada por su pareja. Obviamente, no iba a hablar del nombrado teniéndole al lado pues sería demasiado vergonzoso para el menor; aunque probablemente bastante divertido para el de mediana edad de entre los tres. Su cuarto estaba tan desordenado como siempre. Ni siquiera esa nueva ilusión, llamada amor, le había hecho cambiar en aquello. Todos los ojiazules son iguales, pensó recordando lo mucho que le gustaba desorganizar al castaño. Esos dos eran más parecidos de lo que podían imaginar, probablemente se llevarían bien si se diesen una oportunidad en vez de estar siempre pensando que era lo mejor para el más pequeño.

Niall le abrió la puerta un par de minutos después de escuchar los golpes en ella, siempre iba tarde con la escusa de que estaba terminando de arreglarse. Ambos sonrieron al verse, nunca habían estado tanto tiempo sin apenas interactuar.

—Te echaba de menos.—le abrazó el de rizos, solía ser Niall quien los iniciaba; sin embargo, no pudo retener más las ganas.

—¡Dios Santo! ¿Qué te echas en la cara? Tienes un brillo especial, estás diferente. No seas ratita presumida y comparte.—sonrió al ver como sus ojeras habían disminuido notablemente así como todo el resto de cosas que le hacían tener un rostro más apagado, estaba muy feliz de verle en ese estado.

El ojiverde también sonrió.

No se trataba con ninguna crema o medicamento, simplemente era Louis. Decir que gracias al mayor había mejorado muchísimo, era un motivo algo absurdo mas era el más lógico. Últimamente se despertaba menos en las noches, al igual que habían bajado el número de sus pesadillas hasta casi ser inexistentes. Todo comenzó la tarde que cantaron juntos y, después, confesaron sus sentimientos. Aún recordaba cada detalle, pensaba en ello en todo momento para no olvidar ni el más mínimo segundo.

—Esa sonrisa...,yo la conozco, es la que tengo desde que estoy con Justin, solo que sin huyuelos. ¿Quién es?

¿Acaso era una especie de adivino?, pensó. En ese caso, quería ese don. Aunque lo más seguro es que el motivo por el cual fuese tan sencillo saber los pensamientos del joven eran porque era un libro abierto.

—Louis.—sonreía como un bobo cada vez que decía su nombre, como todos los enamorados que veía en las películas. Además, le brillaban los ojicos.

—¿Sois...

—Sí.—respondió tan ilusionado que no le dejó finalizar la pregunta.

—Lo sabía, no se te daba nada bien esconderlo.—rió mientras le apretaba entre sus brazos, pues estaba muy alegre por su amigo, y aún más por haber llevado la razón.

—Ya lo sé, deberás darme clases de disimular.—el rubio le había contagiado su risa mientras intentaba alejarse para no terminar sin respiración, jamás imaginó que el irlandés tuviese tanta fuerza para retener a alguien.

lune décroissante {LS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora