Over The Clouds || l.s

[Prólogo]

~Medicine - daughter~

"Tu compañía fue como vivir en todos mis lugares favoritos a la vez. Tu ausencia me dejó sin hogar... Por favor, déjame volver a casa".

Estas son todas las promesas que pactaron ante los ojos del cielo. De nuevo se encuentra bajo la luz de la luna hablándole a las estrellas sobre él.

Desde que se fue lo ve en todas partes, pero no lo ha vuelto a ver.

"SOBRE LAS NUBES".

-|☁️|-

Las diminutas piedras del asfalto revoloteaban sobre el suelo desde la profundidad de las calles, en los árboles se acumulaban pequeñas gotas de la reciente lluvia de la madrugada de hace unas horas atrás. El oji-azul lograba mover cada una de sus extremidades con dificultad, lo cual, sólo se limitaba a arrastrar cada una de ellas dejando un poco de lado lo adormiladas que estaban; en sus oídos apenas podía escuchar el suave sonido del ramaje rozando entre sí, la misma brisa chocaba en dirección a su rostro, haciendo que su respiración se desvaneciera en un vapor mediocremente blanco y que las mejillas se le tiñeran de tono rosado.

Todo se apreciaba tan melancólico, no podía escapar de la monotonía de sus pensamientos que sólo abrumaban su cabeza, sabía que todo había sido su culpa y aunque fuera así, se aferraba a la idea de que fuera una broma.

una broma.

una jodida broma

-Nada de esto puede ser real- Exclamó tomando su cabeza en sus manos, se jalaba el cabello al unísono que sollozaba mientras caminaba hacia a un punto desconocido -Esto debe ser una puta broma, nada es real, nada es real.

Días atrás no había podido conciliar el sueño, pensamientos antes de dormir aparecían sin salir de su mente gracias al repentino colapso que mantenía adherido a su entorno, la distancia que había mantenido con el rizado no lo dejaba respirar; su presencia era lo que aún lo mantenía cuerdo.

Portaba un pantalón deportivo gris, una sudadera y unas vans de cuadros, no era la mejor idea para aquella mañana tan fría pero no tuvo ninguna oportunidad para prevenirse antes de salir.
En ese momento no podía recordar cómo había llegado hasta ese punto para no querer regresar una vez más hasta ese lugar. Parecía como si su cerebro hubiera borrado todo de su memoria en unos simples segundos, no podía sentir nada más allá de la sensación de neutralidad profunda que emanaba su interior.

Un murmullo en el fondo de la calle se hizo notar, una voz tan característica que el chico conocía muy bien, la misma lo sacó de su transe de golpe.

-¡Louis! ¿Qué estás haciendo? no vuelvas a salir así de la casa, ¿¡No te das cuenta de lo que estás provocando!?- Gimoteó con el sonido de la puerta colisionando en un ruido exorbitante, era una inmutable pulsación que se metía a regañadientes en su ser, forzándolo a ignorar el sonar de sus tímpanos.

Se permaneció helado y no se permitió moverse de su lugar hasta que la pequeña niña salió corriendo, tratando de conseguir la misma distancia, con lágrimas arrastrando en sus mejillas y sus ojos tornándose de un tono rojizo, detuvo un poco el paso al darse cuenta que su hermano se veía derrumbado. Vociferaba sin ningún miedo a desgarrarse la garganta.

-¡No Daisy, vete, déjame sólo!, ¿Acaso no lo entiendes?- Resopló con disgusto y cólera, era evidente el fastidio con el que expulsaba las palabras de la boca. La voz le temblaba a la par de su cuerpo.