Epilogo

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¿Enserio pensaron que ese era el final? Pues no fue así, mi vida no acabó con la muerte de mi hermana y mucho menos lo hizo con la ida de Ethan, mi vida continuó.

Con el tiempo me di cuenta que Ethan era el mejor amor de toda mi vida, y mientras más creía eso la esperanza de volverlo a ver desaparecía cada vez más, me di cuenta que le debía muchas disculpas al igual que le debía demasiadas agradecimientos.

Pero ¿cómo se lo diria? Los años pasaron y termine la carrera en cuatro años de profesorado de literatura, volví un tiempo a Brasil, donde ordené mi vida.

Mis padres están bien, el dolor se fue lentamente, aunque mamá va todos los sábados a visitar a mi hermana al cementerio.

Tob y Victoria, están a un mes de casarse, aunque cuando Tob me contó que se había enamorado de ella me volví una loca estaba segura que no podría pedir una mejor chica para mí mejor amigo.

Em, que les digo, está en plena adolescencia disfrutando de ella y por lo que vi con muchas chicas a sus pies.

Slade y Cristina, siempre han sido perfectos el uno para el otro tanto que ya tiene una hija, la cual nombraron Daisy, Yo soy la madrina.

De los demás no volví a saber, pero a pesar de los siete años que pasaron y a pesar del dolor, seguí mi vida.

Estoy cumpliendo mis sueños y dejándome llevar por la corriente como el me enseño a vivir,  justo en este momento me encuentro caminando en la plaza de la República, Italia.

Llevaba puesto el buzo gris clarito con la carita feliz, mi pelo estaba suelto tapando un poco mi rostro, cualquiera que me mirara diría que era una adolecente pero en verdad solo estaba a una semana de cumplir mis 25 años.

Me senté en un banco para poder leer tranquilamente, amaba venir a este lugar, ver a los niños jugar o a los turistas sacar fotos, y digamos que al haber tanta gente me camuflaba un poco de mis lectores, si era una gran escritora y gracias a que la mayoría de mis sueños se estaban cumpliendo la vida parecía simplemente perfecta.

Y lo mejor de todo el dolor se había ido, ya no tenía dolor por la muerte de mi hermana, aunque claro la extrañaba demasiado, en cambio Ethan Pons era un gran amor que siempre me dolería, pues a su lado viví mis mejores experiencias.

—È passato molto tempo, piccolo diavolo — Entendí claramente esas palabras, Ha pasado mucho tiempo, diablita.

Y sí que lo había pasado.

Il destino non si preoccupa del tempo, Angel — Al destino no le importa el tiempo, ángel

Fije mi vista en él, tenía el pelo negro un poco más corto, estaba mucho más musculoso y esa camisa que llevaba le quedaba demasiado bien, su rostro estaba más afinado pero sus ojos, ese océano perfecto seguía igual.

—Te busque por mucho tiempo Den...

—Ya me has encontrado Ethan— susurre levantándome para quedar igual a él, cosa que no pasó pues seguía siendo más alto que yo.

—Lindo buzo— mi mirada se fijó en sus ojos.

¿Cuantas noches había imaginado este reencuentro? ¿Cuantas veces había deseado verlo nuevamente?

Después de todo tal vez los libros tenían razón en algo, él amor verdadero siempre vuelve a ser, no importa la distancia, el tiempo y mucho menos el dolor.

Nadie se puede enamorar dos veces no de la misma manera, así que aunque Ethan estaba ahí parado enfrente mío sabía que no volvería a amarlo igual, sabía que no volvería a sentir ese amor arrollador y desesperado que había sentido en el pasado.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora