"La risa de Albert"

854 67 67
                                    

Advertencia, los personajes son exclusivos de sus autores Keiko Nagita y Yumiko Igarashi

No me lo podía creer, me había encontrado con Albert en Londres. Si, era Albert y lucia espectacular, seductor, simplemente guapísimo! sin esa barba que le hacía ver mayor y su cabello recortado. Había pasado ya un tiempo desde la ultima vez que nos vimos.

Me dediqué a investigar, donde se encontraba exactamente el  zoológico "Blue River" Sin saber que mi próxima visita sería en parte consecuencia del castigo impuesto por la hermana Gray y su odio hacia los animalitos.

Un golpe de suerte me permitió escapar por una ventana vieja. Me dirigí de inmediato al zoológico y dejaría ahí a la pequeña
tortuga de Paty.

Moría de ganas de pasar el mayor tiempo posible, con Albert. Mientras tanto simulaba una conversación con Hughley.

-Ahí estarás muy bien cuidada y tendrás más amigos, Albert es esa persona que sabe mucho, ya lo conocerás es maravilloso.

Estando ya frente a la cabaña en donde me indicaron que Albert tenía su receso, se podía escuchar su adorable risa. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, y me invadió una nostalgia al recordar todo en Lakewood.

Me quedé muy sorprendida y emocionada al escucharlo reír una vez más. Nuevamente mi corazón se aceleró.
En ese instante me logré trasladar aquel día en que mi vida cambió, el día en que Annie se marchó.
Y ahora estoy reconociendo y volviendo escuchar la risa más hermosa, la única que adoro y que siempre he querido adorar una y otra vez.

No me lo podía creer, comencé a temblar y hasta sentí que me iba a desmayar.

Intenté calmarme y llamar de una vez a la puerta.
Su dulce voz me dió el pase y abrí aquella portezuela con mi corazón latiendo a mil por hora.

Esperaba verlo casi igual que en aquel día de primavera.
Pero al primero que vi fue a Terry.
Me sobresalte, no sabía porque diantres estaba ahí; Terrence Grandchester.

Mi mirada ansiosa buscó a Albert, su presencia deslumbrante me hizo sentir que me faltaba el aire.

Me quedé sin palabras, fue Terry quien me saludó con cierta emoción, que a mí no me hizo tanta gracia. Yo sólo saludé cortésmente a ambos jóvenes.

Comencé a mirar detenidamente a Albert, no estaba atenta a la conversación que llevaba con Terry. Estaba inmersa en el estudio de todas y cada una de sus facciones. Cuando el movimiento de sus labios me indicó atender sus palabras.

-Candy! Fui yo quien dejó a Terrence en el colegio, ahora sé que se trataba del mismo herido cuando fuimos a buscar esos medicamentos.
Respondió Albert con su radiante sonrisa

Ahora me encontraba visualizando su cabello más corto.

Continuaba tan embobada, que comencé a recorrer su gallarda estatura, sus fuertes y tonificados brazos, sus manos grandes... cuando me di cuenta que ambos me miraban expectantes.

Carraspee mi garganta y solté lo primero que se me vino a la mente.

-Albert! Entonces tú debes ser demasiado fuerte como para haber podido pelear con esos hombres y defender a Terrence

Albert volvió a reír y yo sentía  que mi cuerpo se estremecía cada vez más.

Si su hermosa sonrisa, su dulce voz, sus maravillosos ojos azules como el cielo en primavera.

Candy sentía que comenzaba a flotar, su corazón reconocía a ese joven que primero confundió con Antony. Fue en ese instante en que Albert se acercó a ella y le preguntó:

"La risa de Albert"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora