SCARLET TEARS 2a parte- Almas Gemelas Del Desierto

SORPRESA (introducción)

Naranja, amarillo, terracota: pronto el Santuario estaría pintado con los colores del otoño....El disco solar que durante muchos meses parecía implacable por lo brillante y luminoso que era, ahora aparecía envuelto en la calina al amanecer, mientras que desde la tarde, hasta el ocaso, la luz del Astro Rey se volvía amarillenta, a veces casi anaranjada, atestiguaba la señal inconfundible del declive de la cálida y dorada temporada de verano, del inexorable cambio de la naturaleza que sigue su paso, marcando el tiempo, incluso si en la soleada tierra griega los otoños están entre los más calurosos del Mediterráneo, donde la flora descolora, pero se marchita muy lentamente: las hojas toman coloraciones cálida, pero aún no caen, pues estoicas permanecerán unidas a su amada rama hasta que llegue noviembre, que se las lleverá consigo. Octubre es cortés y un poco melancólico, trae recuerdos de los despreocupados momentos del verano, y en los labios del viajero marino se forman las dos palabras "gracias" y "adiós": es decir el agradecimiento por los hermosos instantes vividos en la playa, en medio del mar, entre las olas, y las corrientes marinas, unido a un final saludo nostálgico que es una verdadera promesa futura.

Recuérdate .... de nuevo el año que viene, en el mismo lugar, en el mismo período....Hay que perpetuar la tradición....o quizás no? Ciertos hábitos que se han ido consolidando a lo largo de los años pueden cansar, volverse obsoletos, aunque no queramos darnos cuenta: el ser humano necessita renovarse, explorar nuevos litorales en el porvenir.

El santuario de Atenas estaba inmerso en una atmósfera de octubre tan conmovedora, con pinceladas de hojas un poquito decoloradas aquí y allá, pero ciertamente no reinaba la calma en las primeras horas de esa mañana bastante fresca, en el lugar más sagrado de la Hélade, teniendo en cuenta del bullicio, las idas y venidas de trabajadores especializados para el montaje de estructuras, tanto internas como externas, señoras de la limpieza, repartidores ocupados en entregas a domicilio de diferentes tipos de mercancías, incluyendo guirnaldas, adornos, y mil cosas más, que recorrían cuesta arriba, con una certa prisa mal disimulada, esos aproximadamente 7000 escalones, de la escalada de las doce casas zodiacales, para llegar al decimotercer templo. Huelga decir que logrado su objectivo se sintían extenuados, desesperados solo por la idea de que luego tendrían que repetir el viaje hacia atrás. 

Debido a esta confusión general, que trastornó la quietud, y la normal rutina del templo ateniense, el acceso a las doce casas zodiacales era momentáneamente interdicto durante toda la mañana, a partir de las 7.30, prácticamente a cualquier persona, incluidos los trece caballeros dorados guardianes de sus respectivas casas, quienes se encontraban temporalmente ocupados en sus entrenamientos, algunos en el Coliseo, otros en los bosques cercanos al Santuario, donde estaban realizando una prática especial: una guerra simulada, que servía para mantenerlos constantemente preparados para afrontar cualquier tipo de ataque repentino al Santuario. Solo los obreros y el personal seleccionado, para organizar y preparar el decimotercer templo para la fiesta de cumpleaños de Saori, tenían derecho a recorrer la ruta que conectaba los distintos templos. Sí , la famosa fiesta para celebrar los dieciocho años de la diosa Atenea, que costó quién sabe cuántos cientos de euros, finalmente estaba tomando forma y sustancia ante los ojos de todos: con retraso respecto a cualquier pronóstico, pero el evento finalmente se llevaría a cabo este domingo.

Era cuestión de una semana.

Sólo existía el pequeño problema que nuestros atrevidos jóvenes, después de una dura sesión de enfrentamientos, acalorados, sudorosos,  empolvados, tenían absolutamente la necesidad de tomar un baño, también porque de lo contrario todos habrían apestado como cabras montesas, y ciertamente no podrían permanecer en este estado hasta el mediodía, o tal vez incluso más tarde, pero afortunadamente Shion había encontrado una solución al problema, dando la oportunidad a los chicos, solo por hoy, de poder utilizar las duchas y el baño termal normalmente utilizados exclusivamente por el Patriarca,  ya que la zona de las habitaciones del pontífice no resultaba vedada.