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Than I can control now...
El pizarrón de Shuichi se veía en las últimas rondas,como si el objeto estuviera muriendo por dentro. Puesto... que estaba rayoneado entero,en él habían tantos papeles como se podían y también notas. Alfileres tirados y un pelinegro de gorra ansioso y alterado.
Había empezado a rascar su cabeza hasta crear costras con leve sangre. Otra vez estaba surgiendo la ansiedad en su cuerpo.
— Vamos,piensa... — su gorra había quedado en el olvido de la alfombra,mirando una y otra vez las notas y papeles con puntos y su extraña conexión.
Kokichi murió en cama,con objetos a su alrededor y todo estaba desordenado...
Pero....
Las cosas que llevaban Rantaro y Miu ése día concordaban de él ; más no las vió en su habitación el día de su muerte.
También aseguraba haber visto portar su pañuelo... Entonces,¿Por qué Rantaro lo traía?. Era zona despejada desde el mismo día en que Oma murió, después de que el de gorra inspeccionara con Kirigiri...
— Ngh.... Algo debe estar escapándose de mí... — pensó en voz alta,intentando recordar aunque sea el más mínimo detalle que le ayudara...
"1202"...
De repente ése número surcó en su memoria,recordando que lo había leído en la madera de la mesita de noche,rayado seguramente con algún objeto filoso.
— 1202,1202.. — empezó a repetir mientras tomaba un plumón azul y empezaba a escribir en una notilla amarilla.
Estaba seguro que si su intuición no fallaba ; ése número significaba algo...
Aver....
.... 1202....
¿Mil doscientos dos?. No,¿Y si era una fecha?.
12.... De febrero... Ya que es el segundo mes del año.
El 12 de febrero...
¡Claro!. ¡Si ésa fecha fué el día en el que llegaron al edificio!.
Bien,intentaría con ello primero. Ahora tendría que ver para qué era el número....
— Pediré permiso para ver las cosas de Oma una vez más...
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Una vez el pelinegro pudo tener el acceso a las cosas de Oma ; guardadas en una habitación lejana, empezó a rebuscar con cuidado. Observaba todo pero no encontraba algo en especial para un número.
— Vamos,Kokichi... ¿Para qué tenías ése... — en lo que movía unas cajas se percató de algo ; una pequeña y liviana caja fuerte de metal algo descuidada. Estaba también rayada y gastada...
¡Gran bingo!.
— Veamos... — con cuidado miró las teclas blancas empolvadas y tecleó.
1 2 0 2.
Y la puertecita dió a paso.
— ¡!...
En su interior había nada más y nada menos que una libreta mediana y morada. Un diario.
Tenía candado cerrado y estaba pulcra. En su pasta tenía escrito "El diario del mentiroso".
— ¿Qué es...ésto?. — preguntó en bajo al aire, mirándola bien y con ojos saltones.
Cerrado. No podía abrirla.
Habría que buscar una llave...
— Cuando Iruma estuvo por allí.... Había una caja con el mismo color... — pensó en alto,a su mente llegó una idea ciertamente descabellada.
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— Kiibo. — tocó la puerta una,dos y tres veces. Nadie contestó.
Shuichi suspiró,ya frustrado y estresado por la situación ignorante. Sabía que el robot yacía en su habitación,y que le estaba ignorando.
— No me dejas otra opción.
Y con la pierna alzada ; dió una fuerte patada a la madera de la puerta café. Finalmente se abrió,dejando ver a un asustado peligris.
— P-Pero q-
— No hay tiempo de hablar. Necesito tu ayuda.
Aquí,y ahora.
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