1. ¿Quién iba a Pensar qué sería tan afortunada?

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Kara.

Kara empezó a correr más rápido como se lo permitía su gran maleta, la correa de Krypto, su cachorra. Pasando entre todas las personas del aeropuerto Internacional de Washington.

Necesitaba llegar a tiempo para su vuelo a National City, donde tendría una importante entrevista para el hospital Luthor, para ser la nueva pediatra de aquel hospital.

Sus botas de combate golpeaban fuerte contra el piso de loza, al igual que las garras de Krypto, mientras que las dos corrían, casi se resbalo al llegar al mostrador y llevarse con ella a una de las azafatas que recogían los boletos, Kara alzo sus boletos para poder entrar al avión.

-Lo siento teniente Danvers, llego demasiado tarde, el avión acaba de partir- la hermosa azafata pelirroja le informó.

La rubia gimió de frustración, luego internamente maldijo a los del ejercito que la distrajeron en una tonta premiación, donde le dieron sus medallas y su baja con honores.

¿Qué haría ahora?

Ella necesitaba irse hoy mismo, para llegar a su entrevista. Ese era el último vuelo de hoy para National City, fue cabizbaja a la sala de espera, se sentó, junto a ella Krypto la veía triste, apoyo su cabeza en la pierna de Kara y ambas suspiraron.

Las personas que pasaban las observaban con curiosidad, ambas destacaban. Kara con su uniforme y Krypto con su arnés/chaleco de la milicia.

Se limpio las lágrimas con frustración cuando observó frente a ella unas impresionantes piernas.

Observó cuidadosamente quién era esta maravillosa mujer, con tacones alto, falda a lápiz, blusa y saco.

Se impresiono al notar ante ella a una pelinegra con unos ojos verdes impresionantes, además con las tetas más hermosas en su vida que había visto, abrió la boca impactada.

Esta mujer palmeaba la cabeza blanca de Krypto y le hablaba con mucho amor.

-Es hermosa tu pequeña. Me acerque porque me preocupo que ambas estaban demasiado tristes- dijo sonriendo de manera coqueta y una voz muy sensual.

-Soy Lena. ¿Puedo ayudarle en algo soldado? – la pelinegra se presentó, Kara trago saliva al verla, asintió.

-Llegamos tarde para nuestro vuelo a National City, ya no hay otro. Necesitaba irme hoy para llegar a una importante entrevista de trabajo- explicó un poco desesperada.

-Mi nombre es Kara- se presentó sonriente la rubia extendiendo su mano para apretarla.

Ambas apretaron su mano, sintiendo una fuerte conexión.

Lena asintió, suspiro pensando unos minutos, sonrió ante la cara sonriente de la rubia. La pelinegra deseaba ayudarla.

Su hermana la había dejado ir sola a arreglar unos papeles legales para el hospital. Por lo tanto, tendría suficiente espacio en su Jet para la rubia y su perro.

-Hoy iré a la ciudad donde planeas llegar, en mi Jet. Sería un honor que ambas me acompañen en el vuelo- propuso tranquila Lena.

Kara casi salta cuando escucho la propuesta, abrazo a la mujer y asintió.

-Muchas gracias, Lena. Nos has salvado la vida- agradeció la rubia soltándola.

Tomó la correa de Krypto, se levantó, cargo su gran mochila y su maleta del ejército.

-No tienes que agradecer nada, querida, síganme por favor- dijo la ojiverde empezando a caminar.

Caminaron hasta una sala de espera, al parecer privada, donde todo gritaba dinero. Después de pasar la sala, las guío hasta la pista donde el Jet las estaba esperando. Lena saludo a sus trabajadores, los cuales tomaron las maletas de Kara y las llevaron.

Las dos caras de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora