Capitulo 1

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2037

Aris

Mis pies comenzaron a doler. Mi pecho bajaba y subía de una manera extraña, mientras dejaba escapar suspiros acelerados. Apreté el arma a mi pecho y me volteé de golpe buscando a mi contrincante. Nadie, absolutamente nadie. Aunque no me sorprendía, ¿cómo podría ver algo con tanta oscuridad? Corrí hasta un muro de piedra, escondiéndome perfectamente de mis enemigos. Esperaba al menos una señal, un sonido, un mínimo sonido para salir y atacar.

Lejanos pasos hicieron eco en mis oídos y mi cuerpo se puso rígido al instante. Cargué el arma.

Mi auricular inalámbrico vibró y presione el botón de "atender".

—Aris, no te quiero asustar, pero...te están rodeando—habló mi mejor amigo desde el auricular.

— ¿Cómo no quieres me asuste si dices eso?—encrespé en voz baja y luego suspiré— Okay Ray, dime...solo dime... ¿cuántos son?

—¿Cuántos qué?— Preguntó.

—¿Cuántos tipos son?—Aclaré tratando de no levantar la voz— ¡Ray, concéntrate!

—Espera, espera, espera...—tardó dos segundos antes de que soltara un suspiro lastimero; sabía que no iban a ser solo dos—. Son cinco...dos a tu izquierda, dos a tu derecha y uno al frente. Estas jodido, amigo.

—Que frase tan motivadora—repliqué rodando los ojos sabiendo que no me veía— Muy bien, perfecto, yo puedo con esto —murmuré en voz baja y apreté el mango de mi arma—. Solo son cinco, todo está oscuro...solo debes moverte rápido, vamos cabezón.

—Aris, se aproximan —avisó Ray.

Respiré hondo de nuevo.

—¿Cuál es el más cercano?—Pregunté cargando el arma.

—A tu derecha, a tres metros.

Asentí dos veces para mí mismo.

—Aquí voy.

Salí del muro y corrí apuntando a mi objetivo, apenas le vi, disparé y cayó al suelo al instante.

Uno de ellos salió de la nada y atacó, afortunadamente me agaché y le devolví el disparo en el pecho. Mi corazón retumbaba contra mis costillas y podía sentir mis venas inyectadas de adrenalina. No podía negarlo, ahora me sentía imparable.

—Dos fuera, quedan tres.

Comencé a correr pegando las suelas de mis botas contra el suelo de piedra, tal vez eso les avisaría que iba hacia ellos pero no me importaba, cuando la presa se deja en plena vista los predadores salen a atacar. Pude observar como una sombra se movía entrés los muros que estaban esparcidos por el territorio, me posicioné para atacar y me detuve ahí mismo, esperando que saltara de su escondite para poder terminar con él o ella.

Cuando salió le disparé y el pequeño proyectil le pasó por un lado, le seguí disparando intentando darle al menos en cualquier lugar de su cuerpo pero él era demasiado ágil. No entendía por qué no se defendía. Lo seguí atacando hasta que mi munición se acabó y en ese instante me di cuenta que eso era lo que él estaba esperando. Cuando notó el sonido vacío de mi arma, salió y disparó.

Me deslice hacia abajo, arrastrando mi pierna derecha hacia adelanté. Sabiendo que lo había esquivado, de un saltó me levante y comencé a correr.

—Ray, se me acabaron las municiones— le avisé mientras corría.

—¡Mierda!— Masculló— No es bueno escuchar esto cuando están empezando a cubrir el perímetro.

—¡¿Qué?!—Me detuve un segundo de la impresión y luego corrí de nuevo.

Oziria y Los anillos del zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora