ᴘʀᴇꜰᴀᴄɪᴏ

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( 𝙿 𝚛 𝚎 𝚏 𝚊 𝚌 𝚒 𝚘 )

序文


" Que lindo día

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" Que lindo día... "

— Si, es un maravilloso día...supongo —musite ronco en un hilo de voz, ignorando las palabras del conductor.

     No comprendo que sucede en mi, salir del hogar, perderme a través de las cristalinas gotas nupciales que se deslizan erráticamente en el vidrio del auto o el danzar de risas ajenas en mis oídos cada que salgo con amigos. Esos pequeños detalles que me llenaban de vida ahora no tienen ningún efecto en las apagadas brasas de mi corazón, ni siquiera pasar tiempo junto al breve murmullo que tiene por voz mi padre trae paz a mi morada.

     Algo anda mal, sin aviso una manta de seda oscura envolvió mis sentidos. Los parpados y ojos me pesan debido a las horas de insomnio y culpas que corroen cada ápice de la mente; me pregunté un millón de veces el porqué del punzante dolor que explota desde el diafragma hasta mi cerebro, empero, tantas razones y a la vez ninguna encajan en lo que ahora sume en desesperanza los rubíes que herede de mi madre. 

     El sentido es carente, buenos amigos, imperfecta pero amada familia, notas estrellas, popularidad en las redes sociales. Todo está perfecto y pese a ello espigas enredan torpemente mi garganta, desatando cada día más peleas con mis progenitores y una incontable sensación de soledad, incluso rodeado del grupo que tengo desde el instituto me siento llanamente solo como si fuese el último naufrago en medio de una isla que se hunde en la  perdición.

— Voy al centro de la ciudad, puedes quedarte con el cambio —murmuré desparramando el cuerpo en el asiento forrado en Vinotinto.

     La palabra cobarde no va en mi vocabulario, empero, constantemente la imagen de mi muerte agobia la poca paz que percibo al entrar en la oscuridad de un sueño profundo. Filosa cuchilla atravesando la dermis de mi abdomen al punto de provocar que mis órganos se desparramen por el suelo, bala perdida que de fin al bombeo del corazón, caída accidental que termine quebrándome el cuello, paro cardiaco debido a un tremendo shock.

     Tantas escenas perturban cada uno de mis pensamientos, culpas del pasado vienen de la mano incluso cuando hago aquello que tanto amo. Quiero ahogar tanto desanimo distrayendo la mente con los estudios para la carrera o el trabajo de medio tiempo.

    Pero nada funciona, ni siquiera en ese momento, ya nada satisface lo que aparentemente necesito.

— Gracias  —finalice la corta conversación bajando del auto blanco y entrando de lleno a un edificio concurrido de varios pisos.

    Tome el ascensor y marque el último piso, ignorando nuevamente las personas que me rodean o los eventos que acontecen. Hasta que los típicos sonidos cesaron y finalmente estuve allí, en el vacío, solitario, grisáceo penúltimo piso.

    Asome los rubíes, tome con firmeza el barandal, brisa sosiega acaricia los alborotados mechones cenizas y las finas facciones de mi rostro algo magullado por la ojeras del cansancio.

     La altura es considerable, diez pisos de altura terminarían con cualquier ser vivo. La imaginación tiene presencia y es casi visible el desastre en el cual se convertiría mi cuerpo al impactar contra el pavimento. Trague en seco y me temblaron los labios, no soy yo ahora mismo, me da asco esta versión de mi. 

     Contorsione el entrecejo hasta relajarlo, los rostros de cada persona que ame y odie recorren lentamente mi consciencia, recuerdos distorsionados de mis padres llevando su único hijo de la mano, mi primera pelea escolar, mi primer certificado por buenas notas hasta la primera playa que visite con amigos. 

     Me tiemblan las manos, mis rodillas amenazan en flaquear, el oxigeno entra cual plomo por medio de mis fosas nasales, pese al azul del cielo tonos grisáceos pigmentan inconscientemente mi realidad. El fondo luce vacío, casi tan vacío como la imagen del Bakugo que cree para que todos lo admiraran y envidiaran.

     Toda una farsa detrás de una sonrisa de superioridad, toda una mentira detrás de gritos eufóricos, falacia prepotente para ocultar el niño asustado que perdió la inocencia antes de que aprendiera a escribir con claridad. 

     Un saco de trozos rotos que juntos formaron al Katsuki Bakugo que recibe la aprobación de la sociedad o al menos a quienes deseo escuchar.


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⏰ Última actualización: May 12, 2021 ⏰

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