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Era el cumpleaños número tres de Caleb, al tierno bebé de ojos claros le brillaban los ojos con ver las piñatas de diferentes colores que habían a un lado de él.

-¿Te gustan mucho las piñatas, corazón?- dijo Lilia, su madre, dándole un corto beso en las mejillas ligeramente rojas del pequeño, a lo que él asintió con una sonrisa.

-¡¡LA PEQUEÑA CYNTHIA YA NACIÓ!!- dijo la orgullosa abuela Renata asustando a Caleb por los gritos. -Bebé te asusté, perdón, pero tu prima ya nació, eso es una verdadera razón para gritar de alegría- dijo tirando el confeti que era para tirarlo cuando partieran el pastel, según ella.

-Mamá, cálmate un poco, estás asustando a todos con tus gritos- dijo René, el serio, muy serio, papá de Caleb e hijo de doña Renata, él es militar, es el segundo hijo (Romeo es el mayor y papá de Cynthia) <<doña Renata tiene una obsesión con la letra "R">> y muy duro, es más fácil cargar a un elefante que sacarle una sonrisa a ese hombre, quiere que las cosas se hagan como él dice, quiere que su hijo siga sus pasos, es tan duro con el pequeño Caleb, según él, lo prepara para la vida, pero lo único que hace es lograr que el pequeñito llore cada vez que se le acerca.

-Llévame ahora mismo al hospital a conocer a mi nieta o no respondo René, oh, Lilia hay algún inconveniente si me llevo a Caleb, necesito que conozca a su prima, ellos tienen un vínculo muy fuerte- dijo la tierna abuelita.
-Mamá, por Dios, los niños ni siquiera se conocen, y no, no puedes llevar a Caleb, aunque Lilia te diga a mis espaldas que sí- respondió René.
-Nacieron el mismo día pero en diferente año, esa es una gran razón para tener un vínculo con alguien- dijo la anciana
-Millones de niños nacen el mismo día, nada del otro mundo-
-Cielo, creo que esta "discusión" no los llevará a nada bueno, acompaña a tu mamá al hospital- dijo Lilia. -Suegra, lo mejor es que Caleb se quede, créame que no la dejara tener vida, es muy inquieto-
-Esta bien Lili, pero en cuanto pueda llevaré a Caleb para que conozca a su prima- mencionó la abuela.

Y así fue, la pequeña Cynthia era la nieta número 5 de doña Renata, después de ella siguieron otros 3.
Desde el primer momento en el que Caleb conoció a Cynthia se sintió un Aura diferente en la habitación, a todos les llamaba la atención lo bien que se entendían, a él le encantaban los cometas y tenía una medallita en forma de uno, pidió a su mamá que se la quitara y que se la pusiera a la recién nacida, al principio no entendían mucho, porque Caleb era muy flojo para hablar y se trababa mucho, pero lograron descifrarlo y fue el acto más tierno que puedan imaginar.

5  años después.
-Sabes, a mi me encantan los cometas- dijo Caleb.
-Eso todos los sabemos- mencionó Cynthia.
-Sí, pero es que son muy sorprendentes, mi mamá me dijo que cuando los cometas se acercan al sol dejan una cola muy brillante por muchos metros que todos podemos observar-
-Me gustaría ser un cometa- dijo la pequeña de cabello largo y castaño.
-Pues eres mi cometa- respondió Caleb.
-Un cometa siempre necesitará a un sol, así que tú eres mi sol- respondió Cynthia.
-¿Por siempre?
-Siempre es mucho tiempo?-
-Más de lo que puedas imaginar-
-Entoces, por siempre-
Una gran sonrisa se hizo presente en el rostro de ambos.

Mi cometa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora