Hasta la Eternidad (Kyojuro Rengoku xTú)

No la toques...

Sus manos seguían en mis hombros, mientras me sonría después de haber dicho "creo que te he visto antes". Pero, toda esa dulzura, se fue en un instante.

—¡Corran, corran!—Se escuchaban a enfermeras y un doctor pasar a lado de nosotros.
—¡La señora está teniendo un paro!—Dijo una enfermera gritando desde la puerta, la cual, se encontraba con Ruka.

El semblante de Kyojuro y Senjuro, había cambiado totalmente. Kyojuro me soltó, y se dio la vuelta para querer entrar a la habitación donde se encontraba su preciada madre.

—¡No puede entrar, joven! Es una situación de emergencia, por favor...—Dijo una de las enfermeras, tratando de evitar que Kyojuro entrara.
—¡Mamá! Tienes que resistir—Exclamó tan fuerte como pudo.
—Kyojuro...—Senjuro le tomó la mano...—¿Estará bien verdad?

Kyojuro entró en la realidad, podía ver como se estaba desmoronando él, pero al ver a su pequeño hermano, tragó la saliva y sonrió.

—Lo estará. Mamá es muy fuerte, recuerda que somos iguales de fuertes que ella.—Le sonrió.

Nos dijeron que si podíamos pasar a la sala de espera, y justamente eso hicimos.
El tiempo pasaba y pasaba...Todos estábamos esperando alguna respuesta...Las enfermeras corrían de aquí allá...Hasta que salió el doctor.

—¿Familiares de Ruka?—Preguntó un doctor.
—Somos nosotros—Se levantó de la silla Kyojuro.

Pude ver como Senjuro se acercó junto con Kyojuro al doctor, después hicieron una cara de alivio. Miré como el doctor se iba y ellos se acercaban a mí.

—¡Mi mamá está bien!—Dijo feliz Senjuro.
—Qué alivio—Solté un suspiro.
—Muchas gracias.—Dijo Kyojuro, mientras se sentaba a mi lado.
—No fue nada. Supongo que, ese será mi deber—Sonreí.
—¿A qué te refieres?—Preguntó Senjuro, sentándose a mi lado.
—Es porque...estoy estudiando enfermería pero...—Miré al suelo—No pude hacer nada. Estaba en shock. Y lo lamento.
—¡NO TIENES POR QUÉ SENTIRTE ASÍ!—Dijo Kyojuro, volteándome a ver, con una sonrisa de oreja a oreja—Si no fuera por ti, no sabría qué hubiera pasado.
—¡Es cierto!—Confirmó Senjuro.

No entendía cómo ambos peli rubio podían hacerme sentir una calidez, dentro de mi interior, aún...Cuando todo estaba gris.

—Por cierto, ¿Cómo te llamas?—Preguntó Kyojuro.
—Mi nombre es Tn____Kobayashi.—Sonreí.
—Pues...Creo que ya sabes nuestros nombres pero, déjanos presentarnos formalmente—Se levantó Kyojuro y al mismo tiempo Senjuro.

Me levanté también yo. 

—Mi nombre es Kyojuro Rengoku.—Extendió su mano.—Y él es mi hermano pequeño, Senjuro Rengoku.—Senjuro también extendió su mano.
—Un gusto para ambos.—Estreché mi mano con Kyojuro y después con Senjuro.—Es hora de irme, creo que mi madre estará preocupada si no llego rápido.—Sonreí.

Esa charla estaba llegando a su fin. Supuse que jamás los volvería a ver.  En eso, sale de nuevo el doctor y llega directamente hacia a mi. 

—Señorita...¿Podría venir conmigo?—Dijo el doctor.
—¿Qué es lo que sucede?—Pregunté extrañada.
—La señora Ruka, quiere verte.
—¿Está bien que yo vaya?—Le pregunté a los hermanos peli rubio.
—¡Está bien!—Dijeron al unísono.

Caminé hacia la habitación...Abrí la puerta y miré a aquella persona de ojos rojos. Eran muy lindo en verdad. Ella estaba recostada, mirando hacia mi. 

—¿Sucede algo?—Pregunté con una sonrisa.
—Quería darte las gracias...—Podía notar que estaba débil, su voz...Lo decía todo—Acércate por favor.—Extendió su mano, como si quisiera que yo tomara la suya.
—No es necesario dar las gracias.—Le tomé su mano también—Creo que todo sucedió en su debido momento, quizás, quizás teníamos que conocernos.—Sonreí.
—Es raro...Pero tal vez sí sea de esa forma.—Una cálida sonrisa se formó en sus labios.—Quiero decirte algo.
—¿A mí?—Dije sorprendida—¿Por qué a mí? Sus hijos están allá afuera, esperando por usted.—Mi corazón latía a mil por hora.
—Verás...—Con su otra mano, tomó la mía, ya saben, rodeando la otra—No viviré mucho tiempo.—Volteó hacia abajo.
—¿Cómo puede ser eso?—Sentía que iba a llorar.
—Algo me lo dice...Además, esta enfermedad es muy fea y dolorosa—Sonrió.—Te quiero pedir algo.—Suspiró—Por favor, cuida de mis chicos, algo está por venir y necesito que estés con ellos.
—¡Cómo puede pedirme algo así!—No sabía de lo que hablaba en absoluto.
—Verás...me recuerdas a alguien, alguien que salvó a uno de nuestros ancestros. Y sé que tú puedes.—Dejó mi mano.
—Creo...Creo que yo puedo hacerlo—Sonreí con lágrimas en mis ojos.
—Estoy tan agradecida contigo. De verdad.—Cerró sus ojos y dio un aliento...

Era su último aliento

De la nada, todo empezó a escucharse tan agudo...El monitos de los signos vitales, estaba sonando. Todos empezaron a entrar y salir, mientras yo...Seguía ahí, llorando. Sentí que me tomaron de los hombros y me sacaron del lugar. Llegamos a la sala de espera y al parecer Kyojuro y Senjuro ya sabían lo que había sucedido con mi madre.

—¡Tn_____!—Senjuro me gritó, jalándome de mi brazo.
—Tu mamá...tu mamá...Está...—Miraba fijamente al piso, llorando.

Sentí un cálido abrazo, era Kyojuro.

—Lo sabemos, Tn___—Dijo cálidamente.—Nosotros, estábamos más que preparados para ello pero, no pensamos que fuera tan rápido...Creo que nuestro papá no está listo para esto.

Y lo entendía, quién puede con la noticia de que el amor de tu vida a muerto. Me recordó tanto a mi madre con mi padre.

Kyojuro dejaba de abrazarme, para ir hacer el papeleo sobre la muerte de su madre, poco a poco él se alejaba y a lo lejos, se escuchaba la voz de un hombre. Su silueta, también me recordaba a los hermanos pero, su aura se podía sentir muy pesada y venía hacia Senjuro y yo.

—¡Senjuro!—Llegó gritando a la sala de espera, olía a alcohol.
—Papá, por favor...Vete.—Le dijo Senjuro—No es el momento...—Contestó calmado.
—¿Y Ruka?—Preguntó exaltado.
—Nuestra madre...Está muerta.

Ese hombre, se había vuelto loco. Aunado el alcohol, parecía que iba a destrozar todo. 

—¡Senjuro eres un estúpido!—Le gritó—¿Cómo pudiste, cómo pudiste perder el tiempo buscando a alguien para que te ayudara?—Se acercaba a él.
—¡Papá basta!—Le gritó Senjuro—¡No creo que sea el momento exacto para hacer estas réplicas. Mamá no está más!—Le gritó reclamándole con lágrimas en sus ojos.
—¡Eres un bastardo!—Alzó su mano para golpearlo.

Y ahí es donde entré yo. ¿Dañar a un niño pequeño? ¿Eso de le devolvería a su esposa? 

Sentí un golpe, muy fuerte.

—¡Tn____!—Gritó Senjuro.

Mi cabeza quedó de lado por el golpe. Empecé a sollozar. Mi cabello tapaba mi cara. Y otra vez, me tomó del brazo y me empujó.

Y Kyojuro...De nuevo me salvó, me salvó de aquella caída que pude tener por tal empuje.

—¡PADRE!—Gritó, parecía que de sus ojos emanaba fuego.—No la toques, es más...No la vuelvas a tocar.—Su tono, era muy serio, realmente...Me asustaba un poco.—Si la llegas a tocar de nuevo...Te mato.

Se colocó enfrente mío y entonces, lo golpeó. Sí, él había golpeado a su padre.

—Quiero que te vayas de aquí. Estás borracho.—Dijo, aún serio.—No sirves de nada aquí. Vete.

Lo sacaron, los guardias del hospital lo sacaron como pudieron, era un hombre realmente fuerte. 

Mi quijada dolía, mi nariz dolía, incluso salía un poco de sangre.

—Lo lamento tanto...—Senjuro se acercó a mí—Si yo...Si yo hubiera sido más firme...
—No te preocupes—Sonreí, a pesar de que me dolía toda mi cara.
—Tn____...—Kyojuro me vio—Lo lamento, lo lamento tanto. Si hubiese estado, nada hubiera pasado.
—Descuiden, ¿si? Me tengo que ir.—Me levanté asustada. Realmente me dio miedo esa situación, ¿Qué tanto tuvieron que vivir ambos con su padre de lado?

Me fui, realmente me fui de ahí. Estaba asustada. Los hermanos no eran hombres malos, pero, su papá, a mi percepción, sí. Empezaba a dudar si podía realmente ayudar a la familia Rengoku, tal como Ruka lo había pedido, la respuesta es clara...No había sido lo que esperaba con su papá, tal vez porque me había metido pero...Tenía miedo. 

Podría sonar patético, realmente. Pero nunca me había sucedido algo así.

Tardé en llegar a casa y cuando lo hice, mi madre me preguntó lo que había pasado. En su obviedad le respondí, era mi madre. Ella me dio un fuerte abrazo y me ayudó con el golpe, al menos, para que el moretón no fuera tan feo al otro día. Yo esperaba que no volviéramos cruzar caminos, por ahora...

Un sueño nos unía.