-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍Boston, MA.
Esta puso fuertemente sus manos sobre la mesa—Es Elizabeth, ahora. Y quiero dejarte bien en claro que yo tengo una vida, que no soy la misma adolescente y que teng—Jughead se inclinó y esta se asustó cuando no lo vio esposado. Él la enfrentó, con sus manos adelante:—y tienes a mis hijos, Betty. Nuestros hijos—su tono de voz dejó de ser amable, era un tono de molestia. El corazón de ella volvió a pararse por un nanosegundo—. Max y Amelie, ¿verdad?
Y verdaderamente luego de siete años, sus ojos se habían vuelto a chocar y sus miradas a hablar.—Jughead.
Este tomó aire mientras se levantaba, intentado mantener su compostura. —Vendrán conmigo, y no pienses en tí. El FBI podrá hacer todas sus mierdas, pero sabes que aquí nadie va a mover un dedo por ti o nuestros hijos.
—No son tus hijos—negó.
—¿No lo son?—preguntó sarcástico—Entoncescuéntame quien era el amante escurridizo de aquella época—. Esta no habló al no tener que decir y Jughead tomó eso como definitiva: eran sus hijos y lo sabía—. Te alejaste de mi sabiendo que tenías nuestros hijos en tu vientre y siquiera me dijistes.
Ella se acercó molesta y lo señaló con el dedo—¡Te lo pedí! ¡Te pedí que vinieras conmigo y te dije que no podíamos seguir ahí!
—Pero no me dijiste que estabas embarazada. Pusiste tu "amor propio" por encima del amor que nuestros hijos podían recibir. Y sabías muy bien que me iba a hacer cargo porque siempre te dije la mucha ilusión que tuve con tener hijos. Seis años tienen... me perdí muchos años. Ahora, vengo a protegerlos. Y si tú no te quieres ir conmigo, déjame llevarme a los niños porque sabes que estarán más seguros conmigo.
—Ellos no tienen idea de quien eres—negó quitándose las lágrmas que caían por su mejilla.
—Pues mientras los ayudo creo que tendrás tiempo para presentarme como se debe.
—No quiero que tú, en ese mundo, estés en su vida—negó.
—¡Siete años hace que te fuiste!—soltó molesto— Hace tres días atrás supe que estabas en peligro, luego de siete años—recalcó—, me dispuse a ayudarte y fue ahí que me enteré que estabas con dos hijos, que resulta que no tenían padre y las fechas encajaban perfectamente. Y mierda—tomó aire—, la niña tiene mis ojos y el niño tiene mi cabello. No me digas que no son míos.
