Félix y Alex

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Espero que les guste~

Alex estaba muy aburrido, cuando una repentina idea se le vino a la mente y no pudo evitar sonreír con maldad, levantándose rápidamente de su lugar y se acerco a Ink, quien estaba totalmente entretenida acariciando el lomo de ese extraño gato de pelaje rojo que ella llamaba con tanto cariño "Grinny".

-¡Oye, coneja!- ella se volteo a verlo, Grinny subiendo a su hombro y mirando a Alex con los ojos bien abiertos. Ese gato le daba escalofríos pero por el momento, lo ignoraría lo mejor posible, incluso si podía sentir su mirada encima.

-Hey Alex- sonrío.

-¿Tienes esos raros dulces?- pregunto.

-Técnicamente, no...pero puedo conseguirlos- respondió después de pensarlo unos segundos, el gato en su hombro dando un ligero maullido. -¿Cual necesitas?- y él sonrío enormemente, ya planeando una maldad.

... ... ... ...

Ink estaba en la cocina, buscando algo de comer para ella y para Grinny cuando escucho gritos venir de la sala. Dejo que el pequeño felino se subiera a su hombro y fue rápidamente, curioso y algo preocupada ante el ruido. Entonces los vio: Félix, ahora con pestañas notables, con curvas y un vestido con el mismo diseño de su adorado bolso estaba persiguiendo a Alex, quien se reía sin dejar de huir, con un caramelo muy familiar en una de sus manos. Ella parpadeo, con que para eso quería los caramelos.

-¡Vuelve y come esto, bastardo!- gruño Félix, su voz notablemente femenina incluso con el tono enojado. La coneja debía admitir que era la primera vez que escuchaba esa palabra salir de la boca del felino.

-¡Cuando me atrapes, loca!- rio con diversión. Grinny maulló con fuerza y eso pareció llamar la atención porque ambos se detuvieron de golpe, parados a una gran distancia el uno del otro y atentos a cualquier tipo de movimiento, dispuestos a seguir corriendo.

-¡Ink!- ella se sobresalto ante el llamado. -¡Te daré el chocolate más grande que pueda encontrar si me ayudas!-

-Ho...- parpadeo y el de pelaje blanco se tensó de repente.

-¡No te vendas!- gruño con algo de pánico.

-¿Qué tan grande?- pregunto ella y Alex ya podía sentir la traición acercarse casi al instante.

-¡Soy una caricatura, imagínate!- el de pelaje negro sonrío enormemente, sabiendo que ella no se podría resistir a recibir chocolate.

-Mmm~- tarareo con gusto, imaginando el tamaño del chocolate prometido. -Esta bien~- se empezó a acercar con las manos en alto.

-¡NO!- Alex intento ir hacia la puerta pero se detuvo en seco. De alguna manera, ese extraño gato de pelaje rojo estaba frente a su ruta de escape, parado sobre sus cuatro patas y con la cola en alto, una lenta y horrible sonrisa dibujándose en su rostro. Retrocedió, solo para sentir como alguien lo rodeaba con sus brazos desde atrás y lo alzaba un poco. -¡NO!- lucho contra pero ella era, obviamente, más fuerte que él. -¡Esto es traición, coneja!- gruño. -¡Pensé que éramos amigos!-

-Somos amigos~- rio ella, sin sonar culpable. Alex solo pudo ver con horror como su primo se acercaba con una sonrisa malvada en su rostro y ese odioso caramelo en mano. Tuvo que comerlo, no tenía muchas opciones.

Extra XD

No mucho después, Félix y Alex estaban sentados en el sillón, ambos con pestañas, curvas y con vestidos con el diseño de sus respectivos bolsos. Ninguno de los dos se veía contento con la situación pero al menos, ahora se veían un poco más tranquilos. Mientras tanto, Ink estaba estaba viendo su recompensa.

-Wow...- silbo Bendy ante el ridículo  tamaño de aquel chocolate.

-Sip- ella sonrío enormemente.

-¿Vas a compartir?- la miro con curiosidad, sonriendo al verla asentir. Ambos se lanzaron a comer, Grinny viéndolos por unos segundos antes de acomodarse en su lugar y dormir, esperando que la coneja le diera más comida una vez que se despierte.

The Old Toons 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora