Sumisa de mi Sexy Vecino

Capitulo 11: "Accidente"

—¿Cuál es?.— preguntó esperanzado. Su mirada es muy penetrante como si tratara de averiguar lo que responderé. Quiso nuevamente acariciar mi rostro pero me alejé, él se percató de ello y su expresión cambió a una de confusión. —¿Qué pasa?, pensé que dirías que sí y me perdonarías.— dijo. Estúpido

—Yo de verdad quería darte una oportunidad, sin embargo no puedo olvidar todo el daño que me hiciste. Así que por favor te pido que no insistas.— y eso fue lo último que dije mientras respiraba hondo y salía de mi habitación para regresar con Chloe.

Sé que quizás Will de verdad me parezca atractivo y ahora con su cambio de actitud sea un poco amable y cariñoso. Pero eso no quiere decir que yo deba olvidar lo que me hizo. Él abusó de mí y no le importó las veces que rogué por que me suelte. Tal vez nuestro primer beso fue algo significativo y agradable para mí. Pero mi primera vez fue algo horrible que no se lo deseo a nadie y es algo que deseo con toda mi alma borrar de mi memoria.

Me encontraba bajando las escaleras cuando siento un agarre muy fuerte en el brazo. Era él, lo sabía. Me giré lentamente encarándolo.

—Ya te di mi respuesta. ¿Qué es lo que quieres?.—mascullé enojada.

—Por favor, sólo te pido que lo pienses un poco más. Por favor.— sus palabras eran tan seguras que demostraban que en verdad estaba suplicándome por aceptar tener una relación con él.

—Tuve mucho tiempo que pensar y la verdad es que no puedo perdonarte.— añadí girándome dando por terminada la conversación.

Creo que bajé muy rápido ya que mis pies se enredaron cayéndome por las escaleras. Antes de llegar al final de éstas mi cabeza sonó como si algo se hubiera quebrado cuando choque con la pared. Mis ojos se cerraban lentamente, pude escuchar los pasos acelerados de Will al bajar y los de Nathan y Chloe . Sólo escuchaba algunas voces que sonaban preocupadas pero cada vez se fueron convirtiendo en eco al igual que mi visión se oscureció completamente.

~*~

Un incesante pitido agudo invadía mis pensamientos colándose dentro de mis sueños. Trato de levantarme pero no puedo todo mi cuerpo pesa. Sentía como si un camión hubiese pasado por mi cuerpo un millón de veces. Poco a poco siento como mi cabeza arde y no deja de zumbarme. Mi garganta se siente seca y mis músculos pesados. Luego de segundos o minutos siento que alguien deja un suave beso en mi frente. Abro lentamente mis ojos y me encuentro con mi madre sollozando incontrolablemente sentada en una silla y recostada en mi regazo. Trato de alcanzar sus manos cuando alza la vista y me observa su mirada demuestra alegría y consuelo, le sonrióy me abraza.

—Mamá, necesito agua.— traté de hablar pero salió una voz grave y ronca.

Rápidamente mi madre agarró un vaso y se acercó a la mesa a un costado de mi cama y me sirvió un vaso con agua.

—Aquí tienes hija.— me dijo mi madre tratando de conyener sus sollozos.—Iré por el doctor.— concluyó saliendo por la puerta. Al rato apareció mi madre con un hombre de bata blanca que al parecer era mi doctor.

—_____.¿Cómo te sientes?.— me dijo el doctor.

—Me duele un poco la cabeza pero estoy bien.— respondí.

—Veremos cómo estas.— agregó llevando una luz a mis ojos.— Sigue la luz.— me dijo. Después de algunos exámenes más dejó entrar a toda mi familia.

Al rato aparecieron mis padres, mi hermano, mi mejor amiga y un chico muy atractivo de unos penetrantes ojos verdes, pero nunca lo había visto en mi vida ¿Qué hacía aquí?

Todos se acercaron a abrazarme.

—¿Quién eres tú?.— agregué antes que me abracen. Todos me miraron confundidos y con el entrecejo fruncido.

Qué era lo que pasaba. ¿Acaso lo había visto antes?