Capítulo 4

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La preciosa Anastasia Gil

Anastasia

–¿Por que te llaman infierno? - pregunte mientras me colocaba el casco.

–Boxeo - dijo sin mucho interés.

–¿Por que?

–Necesito dinero - dijo mientras encendía el motor y esperaba a que yo me subiera.

–¿Y por qué no trabajas?

–Haces muchas preguntas Anastasia, es algo que me gusta y ya está, no voy a decir nada más.

Me quedé en silencio, tampoco quería molestarle.

–¿Tienes hambre? - preguntó mientras salíamos de ese lugar.

–Si.

–¿Que te apetece? No me vallas a decir un sitio caro, porque solo tengo cincuenta euros.

–¿McDonald's?

–Me caes bien. - dijo mientras ponía rumbo hacia la tienda de comida rápida.

Hicimos nuestro pedido y nos lo llevamos para comernoslo por hay. Fuimos al mirador, nunca había nadie por allí, así que comeriamos tranquilos sin ruidos.

Cuando llegamos cogimos la comida y nos sentamos en el césped y empezamos a comer.

–¿Por que dijiste mi nombre? - pregunto mientras le daba un bocado a su hamburguesa. - digo, tenias a muchos tios para elegir, pero elegiste al macarra de Dimitri.

–No lo se - digo mientras le daba un sorbo a mi bebida - nunca pensé que llegaría a hablar contigo, como tampoco pensé que te llegarias a enterar de que fui yo quien dijo ese rumor falso.

–Chocaste conmigo en la fiesta, te ví salir corriendo mientras llorabas, así que sabía que algo te había pasado, no sueles llorar en público, te e visto.

–¿Como dices?

–Siempre e sabido de ti, era lógico, eres una chica preciosa, ¿quien no se fijaría en ti? - dice como si no le diera vergüenza nada - te e visto más de una vez llorando en los baños y detrás de las pistas. Ya tenias problemas con tu novio de mucho antes ¿verdad?

–Bueno, hace un año que estaba muy raro conmigo, no se, pensé que era normal, nos llevábamos todo el día juntos, así que pensé que nos estabamos dando nuestro espacio. Aunque siempre estaba encima mio para todo - me estoy sincerando mucho con este chico, me recuesto en el césped mientras miro las ramas de los árboles moverse por la pequeña brisa - nunca me dejaba vestir como yo quería, me decía que era una puta si me ponía tops o faldas cortas, los vestidos me los elegía el, y contra más largos mejor. Isabel me regalo por mi cumpleaños un vestido rojo precioso, la espalda era descubierta, tenía el escote en forma de V y resaltaba muchísimo mis curvas, pero... pero Nick lo quemo, no quedó nada de él y como una estúpida no hice nada, solo le dije que lo sentía y que no volvería a ponerme nada igual - una lágrima resbalo por mi mejilla, Dimitri me miraba cauteloso - y el día de la fiesta no llore por lo que me hizo, llore de impotencia, llore porque estaba harta de que me trate como una mierda, porque para el es lo que soy, nunca me gusto y nunca me gustara, estaba con el por mis padres - coloque mis manos en mi cara, no quería que me viera llorar.

Escuche como Dimitri se movía y se colocaba más cerca de mi, se tiró al suelo a mi lado y me subió encima suya mientras me abrazaba.

–Ya está preciosa, llora todo lo que necesites - dijo mientras acariciaba mi espalda.

Nos quedamos así un rato, el seguía acariciando mi espalda con una mano mientras con la otra jugaba con mi pelo.

–No eres tan cabrón como dicen.

Dulce tentación (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora