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Cada vez que me mira siento en el estómago mil mariposas revolotear y un miedo incontrolable porque pareciera saber todo de mi y además parece disfrutar lo que provoca en mí.
-Hola- sonríe rompiendo con esa actitud siempre sería -Te ayudo?- pregunta señalando la caja que traigo en las manos
-No, yo puedo- sonrío forzadamente y trato de salir de ahí rápido -Gracias-
-A donde vas?- pregunta suavemente plantándose frente a la puerta sin dejarme oportunidad de salir -Te acompaño?- pregunta acercándose más
-Le voy a llevar esto a David- murmuró evitando su mirada  -Al rato regreso, todavía tengo pendientes
-Mmhm-asiente poniendo sus manos sobre las mías por demasiado tiempo para luego quitarme la caja y ponerla sobre el escritorio a un lado de él -Tienes prisa?- pregunta en un tono aún más bajo
-No,no- respondo mirándolo rápidamente y luego desviando mi mirada -Ahorita regreso- repito tratando de pasar
-Irene- susurra obligándome a mirarlo y acercándose más al punto de casi besar mis labios
-Gabriel… no- digo rápidamente y tomo la caja para salir casi corriendo
-Irene, estás bien?- pregunta Rodrigo chocando conmigo
-Si- respondo rápidamente -Al rato nos vemos
-Sabes que le pasó a Irene?- pregunta entrando a la oficina
-No, porque?
-Se veía muy nerviosa- se encoge de hombros -Entonces? Te vas a quedar aquí en Sonora?
-Probablemente- asiente suspirando, no debería perder el tiempo en esto, ni estar tan interesado en ella pero es que era tan diferente a todas las mujeres que había conocido que no podía simplemente ignorar todo eso que lo estaba haciendo sentir.
No estaba acostumbrado a ser rechazado de tantas maneras tan diferentes y menos por la misma persona.
-Gabriel! Hola- dice Martina emocionada cuando lo ve llegar -Cómo estás?
-Bien- asiente buscándola con la mirada -Vine por unos documentos que me tiene que dar Irene, sabes dónde está?
-Seguramente en su oficina- se encoge de hombros -Pasa
-Gracias, ahora nos vemos- responde comenzando a caminar
-Gabriel- dice sorprendida cuando lo mira entrar -Ya está listo todo- dice rápidamente entregándole un sobre -Gracias por venir por ellos
Gabriel asiente y tiene la intensión de salir y dejarla en paz pero con los labios rojos y esa mirada tan inocente no se puede resistir así que lo piensa mejor y regresa cerrando la puerta con seguro sin decir nada.
-Que haces?- dice suavemente comenzando a ponerse nerviosa
-Es claro lo que pasa entre nosotros no?- pregunta recargándose en el escritorio mirándola fijamente -Me gustas
-Vete por favor Gabriel- dice suavemente poniéndose de pié y rodeando el escritorio
-Tanto te molesta?- pregunta con una risita burlona
-No-responde caminando hacia la puerta -No está bien- susurra negando con la cabeza
-Porque?- pregunta tomándola de la cintura -Te gusto?
-Gabriel, te vas tú o me voy yo?- pregunta con la voz más firme y convenciéndose de mirarlo
-Okay-suspira -Ya me voy, pero si me das un beso
-Noo- sonríe negando con la cabeza -Adiós-
-Adiós-dice acercándose a su boca y la mira a los ojos antes de pegarla contra la puerta y atacar sus labios
Irene corresponde al beso y deja entrar su lengua perdiéndose por completo en sus besos, su aroma y sus manos fuertes rodeando su cintura.
-Adiós-dice nuevamente sobre sus labios y se aleja rápidamente sin dejarla volver a unir sus labios
Ella parpadea varias veces tratando de procesar lo que acaba de pasar y suspira profundamente llevando una mano a sus labios para acariciarlos y cierra los ojos con fuerza cuando la sensación de emoción en el pecho la golpea nuevamente.
Los siguientes días se la pasa pensando en el y lo increíblemente bien que se sintió besarlo, a tratado de olvidarse de ello y no desear tanto volver a hacerlo pero cuando recuerda sus manos fuertes en su cuerpo y esa mirada penetrante sobre ella simplemente no puede.
Había algo sobre su aspecto rudo y enojado que la hacía perder la cabeza y que la atraía de una manera que nunca nadie había hecho, completamente sexual y salvaje. Era puro y crudo deseo.
-Y bueno Abel puede ayudar con esos envíos- cuando escucha su voz en el pasillo quiere desaparecer antes de mirarlo y derretirse frente a él.
Porque siempre logra hacerla sentir como una presa demasiado fácil.
-Irene- dice mirándola rápidamente y luego ignorándola por completo para seguir su camino
-eso fue demasiado fácil- piensa frunciendo el ceño y vuelve a ocuparse de todo el trabajo pendiente
-Esta perfecto Gabriel, entonces nos vemos más tarde- dice palmeando su brazo y sale dejándolos solos
-Hoy estás mucho más hermosa que de costumbre- dice acercándose a ella -Porque?
Irene suelta una risita nerviosa y niega con la cabeza -Tengo trabajo- dice caminado rápidamente para esconderse detrás de su escritorio mientras lo siente desnudarla con la mirada.
-Te extrañé- susurra tomándola de la cintura por detrás y pegando la a su pecho
Ella cierra los ojos y se recarga en el dejándose llevar -Tienes muchos días sin venir- responde enderezándose ligeramente
-Pensé que era mejor darte tu tiempo- murmura haciendo su cabello a un lado y besando su cuello primero suave y luego un poco más húmedo -Pero no me puedo sacar de la cabeza tus labios y tú aroma- dice mientras entre cada palabra deja un nuevo beso
Niega con la cabeza y se da la vuelta para girarse y tenerlo de frente -No deberíamos estar solos aquí- dice suavemente resistiéndose a besarlo -Nos pueden ver
-Eso se soluciona fácil- dice dejándola ir y camina apresuradamente a la puerta para ponerle seguro -Ahora no tienes pretexto- se burla
-No, no tengo- susurra besándolo suavemente y jadeando cuando el la toma del cuello y vuelve a besarla con agresividad, caliente y húmedo
Sentía que podía olvidarse ahora mismo hasta de su nombre mientras el jugueteaba con su lengua y la levantaba para dejarla sobre el escritorio y besar su cuello, tocando sus piernas y levantando su vestido
Abrió lentamente su vestido dejando su escote al descubierto y tomó sus pechos en sus manos haciéndola gemir y casi gritar cuando se llevó uno de sus pezones a la boca y lo mordió mientras estimulaba su pequeño manojo de nervioso entre las piernas.
-Así, no te detengas- rogó jadeante cerrando los ojos y aferrándose al filo del escritorio con los nudillos casi blancos del esfuerzo.
-Pídemelo otra vez- se burló besándola en los labios hinchados y volviendo a morderlos
-Gabriel- soltó sin aliento -Asiiii- gimió -No te detengas
El sonrió ampliamente porque lo volvía loco verla tan perdida en el placer y poder acariciar cada centímetro de su cuerpo, la ayudó a abrir más las piernas y se acomodo entre ellas bajando solo lo necesario su pantalón.
Y cuando entro en ella perdió por completo la cabeza, y comenzó a dar embestidas cada vez más fuertes y sin ritmo.
Llenado el espacio con gemidos ahogados y el obsceno sonido de sus cuerpos húmedos chocando

Perdón pero necesitaba esto para sacarlos de mi cabecita 🥰👌  Voten ❤️

Amantes GARENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora