CAPÍTULO XLI: LA VERDADERA ESENCIA DE LOS PROPÓSITOS (2)

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ESTAS A PUNTO DE LEER TEMAS DE SALUD MENTAL DRAMATIZADOS, NADA DE LO QUE LEAS AQUI CON RESPECTO A ESOS TRASTORNOS TIENE COMO FINAL FOMENTAR NINGUN PREJUICIO, TABU O ESTIGMA SOBRE SALUD MENTAL, ASÍ COMO TAMPOCO OPINION SOBRE CIRCUNSTANCIAS IGUALES EN LA VIDA REAL YA QUE NO ES ALGO GENERALIZABLE. SI TIENES DUDAS DE ESTOS CONSULTA FUENTES OFICIALES QUE TE ILUSTREN.

***

Tohru fue un chiquillo de habilidades por debajo del promedio y aunque lo intentaba con intensidad, no había avance. Su madre lo educo en casa y con los mejores profesores y eso no bastaba, tal vez fue que la presencia de su padre lo perturbaba lo suficiente como para perder concentración. Aunque Kirito no deseaba más que un hijo, al ver lo incompetente que era Tohru pensaba en tener otro. Sakura era abordada por las noches para engendrar otro hijo o hija pero fue en vano, aunque se culpo a la pobre mujer, la realidad era que Kirito era el problema, el imbécil era infértil, había sido un milagro el nacimiento de Tohru.

Tanta fue la frustración de Kirito que comenzó a volverse más violento con ellos, su madre recibía las palizas de Tohru y de ella misma, aquellos golpes la mandaban a la cama por semanas enteras. El chiquillo en ese entonces había decidido una cosa; matar a su padre con sus propias manos. El milagroso mundo globalizado que solo vela por el dinero y no hace preguntas le consiguió al pequeño Tohru un kilo de arsénico.

Tanta cantidad dado el odio que le tenia a su padre mantenían al chico receloso y alerta. Todo había estado perfectamente calculado hasta que algo arruino todo, su padre lo descubrió todo; cuando se percato del arsénico en su comida y café. Tohru había sido golpeado tan fuertemente que hasta la fecha tenía que usar analgésicos para aliviar el dolor que dejo sus costillas rotas y las rodillas. Kirito estaba convertido en una bestia iracunda que lo iba a matar cuando se detuvo y le tomo de los cabellos para golpearle la cara contra el plato de comida.

-Trágatelo. -le ordeno fúrico. -Y déjame ver como te retuerces del puto dolor por tu estupidez, ¿matarme a mí? -soltó una risa. -No me creas imbécil, pequeño pedazo de mierda.

El escandalo removió la casa entera y Sakura había entrado a duras penas por su esfuerzo. Miro a su hijo y corrió a protegerlo cuando Kirito le dio un puñetazo en la cara, mandándola al suelo.

-Tú no te metas, maldita estúpida. -le dijo apretando dientes. -Vuelve a arriba y espérame desnuda, que necesitaremos un nuevo mocoso y asegúrate de embarazarte y darme uno que si me sea útil, ¿entendiste?

Sakura había pensado en obedecerlo cuando miro al pobre Tohru; una masa sanguinolenta de carne molida y huesos rotos. El chico salía y entraba de la inconsciencia por el dolor y eso le quito por primera y ultima vez la venda de los ojos. Kirito era un maldito demonio vestido de hombre que nunca lograría amarlos como era debido.

-No lo hagas, por favor. -le dijo desgarrada.

Kirito la miro sorprendido por oírla en lugar de que le obedeciera. La sospecha cruzo su mente y no se detuvo a cuestionarla.

- ¿Tú le ordenaste envenenarme? -le dijo el doble de furioso. - ¡fuiste tú, maldita ramera!

Kirito arrojo a su hijo lejos de la mesa y tomo el plato y la taza, se las acerco a Sakura y le pateo.

-Comételos, basura. -le ordeno con una sonrisa sádica. -O matare al malagradecido de ese gusano y hare que te lo tragues tú y los perros.

-Por favor... no le hagas nada, Kirito, es nuestro hijo. -le rogo llorando. -Ten piedad.

Las palabras y su posición de rodillas logro conseguir su petición, el enorme ego de esa bestia le permitió eso.

-Comételo y ese estúpido perro al que llamas hijo vivirá.

EN BUSCA DE LA LIBERTAD  (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora