Mikasa
Ya hace algún tiempo que vivo en este apartamento con mi madre desde que mi padre falleció, murió en un accidente automovilístico por un hombre que estaba ebrio hasta la cabeza.
Tenia yo tan solo 10 años de edad cuando vi como mi madre se derrumbaba de soledad, me parecía abrumador verla llorar siempre que pasaba por la casa, recordando su presencia como una sombra en cada rincón del lugar, fue un año muy difícil para nosotras, pero después de cada tormenta hay una luz para guiarnos, es ahí cuando los conocimos.
***
El edificio de enfrente estaba muy cerca del nuestro, las ventanas de ambos eran amplios y con una buena vista una de la otra. Siempre había querido que alguien se mudara ahí, quizás algún niño o niña de mi edad para salir al parque que estaba muy cerca del estacionamiento de los apartamentos, no tenia amigos en la escuela, deje de asistir después de la muerte de mi padre, pues mi madre decía que no quería perderme a mi tampoco ya que este mundo estaba lleno de locos que podrían hacerme daño.
Un día de Mayo note como el apartamento de enfrente estaba siento remodelado, eso solo significaba que alguien vendría a vivir ahí, estaba emocionada que fui y le dije la noticia a mi madre, ella tan solo lo asimilo y con una ligera sonrisa
--Vale Mikasa, que te parece si hacemos una tarta de Manzana para los nuevos vecinos?...-- dijo ella.
Eso no hizo mas que emocionarme, después de tanto tiempo note que mi madre tenia una pequeña chispa en su mirada, acudí a la cocina con ella sujeta de mis hombros y empezamos los preparativos para realizar la tarta a los extraños vecinos que llegarían. Se hizo de noche, corrí a mi habitación para ver por la ventana y pude notar la presencia de dos personas del otro lado, una mujer y un niño, salí corriendo a contarle a mi madre mi nuevo descubrimiento, y la vi envolviendo la tarta en una pequeña caja, tomo su abrigo y el mío, --Vamos Mikasa, debemos darles la bienvenida-- dijo ella mientras abría la puerta de nuestro apartamento
Notando que mi madre se me adelanto con mi descubrimiento, ella ya sabia quienes se estaban mudando, mi sonrisa no se desapareció hasta que estuvimos frente a la puerta de aquel apartamento, toque el timbre y sujete a mi madre de la blusa larga y rosa que a ella le gustaba, tardaron solo dos minutos en abrir, una mujer muy hermosa de pelo castaño y ojos grandes color verde claro se asomo con solo abrir unos cuantos centímetros la puerta,
--si? Amm buenas noches... --pronuncio aquella mujer hermosa que posaba su mirada en mi y luego en mi madre
--Buenas noches-- dijo mi madre con una linda sonrisa que ofrecía con ambas manos aquella caja que contenía la tarta. --Escuchamos que teníamos nuevos vecinos así que preparamos una pequeña tarta de manzana para darles la bienvenida al edificio, nosotras somos del edificio de enfrente, Yo soy la señora Ackerman, puedes decirme Mia, y ella es mi hija Mikasa-- posando su mano en mi cabeza, le regale a aquella mujer una de mis mejores sonrisas.
Sus ojos verdes brillaron y sonrío con un resplandor tranquilizador, abrió la puerta a la par y nos invito a entrar con un ademan --Muchas Gracias, pasen pasen, aun hay tiempo para charlar un rato- dijo ella
Mi madre y yo pasamos al apartamento, nos quitamos los abrigos y un olor a desinfectante y jabón alcanzo nuestras narices, me gustaba, Carla coloco la tarta en la mesa y fue por platos al interior de la cocina, --la hicieron ustedes cierto? -- pregunto Carla mientras volvía de la cocina al comedor con platos y cucharas en sus manos.
--Si, mi hija y yo la hicimos, nos gusta mucho cocinar pasteles, aunque hace tiempo no hacíamos nada...-- la expresión de mi madre se relaja un poco y su mirada parece perdida al ver la tarta.
--Mami, mi cuarto es increíble!!-- El silencio es interrumpido.Un niño entra corriendo al comedor donde nos encontrábamos sentadas y al vernos se queda estático sin entender la situación en la que se encontraba.
-- Este es mi pequeño-- dijo Carla mientras con la mano le pedía al niño que se acercara a ella, este acudió a sus brazos y encajo su cabeza entre el cuello de su madre mientras nos supervisaba con uno de sus ojos. --Se llama Eren, es algo inquieto, y muy travieso, pero es un gran chico, acaba de cumplir 8 años hace unos meses y se mudo conmigo, nosotros vivíamos en el campo junto a mi ex esposo.
--Como dije, ella es mikasa- dijo mi madre señalándome --Tiene 11 años, es una buena chica, no habla mucho porque es muy tímida así que yo suelo presentarla cuando no sabe que decir, espero que ella y Eren puedan llevarse bien y ser amigos. --Se forma una sincera sonrisa en el rostro de mi madre y Carla le devuelve la sonrisa complacida por la tranquilidad que brinda su voz.
Pasan algunas horas mientras mi madre y Carla hablan de todo en la mesa del comedor, mientras yo y Eren fuimos a su habitación, la vista del cuarto de aquel niño por la ventana se veía claramente a mi cuarto en el edificio de enfrente, Eren me conto sobre su padre y como era su vida en el campo, jugamos un rato con los videojuegos que tenia, no eran de los nuevos pero nos entretuvimos un rato, al final Eren me invito a pasar el fin de semana en la casa de campo de su padre, ya que le tocaba verlo sábado y domingo y le dije que si. Estaba muy feliz de tener por fin un amigo con quien hablar o jugar, veía en mi mente muchos momentos que pasaría junto a el aunque nos acabamos de conocer.
Lo decidí en ese instante, Eren seria mi mejor amigo por años y quizás podría ser mi primer amor, aunque teníamos unos años de diferencia, yo ya quería a Eren, como mi amigo, o como un hermano pequeño, ojala no se fuera de mi vida ,"ya no quiero perder a mas personas " dije entre mi mientras mi madre y yo nos despedíamos de Eren y Carla.
Ese será un día que jamás podre olvidar, pues marca el nuevo brillo que tomo mi vida y la de mi madre después de tanta oscuridad.
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Atracción a través de una ventana
FanfictionElla: Hace mucho tiempo que siento su mirada atraves de una ventana que esta enfrente a mi apartamento, lo observo...Me gusta. Es 4 años menor que yo, y no puedo evitar sentirme atraída por un mocoso. El: Crecimos juntos, pues nuestras madres eran a...