Capítulo único

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Era como si el mundo, su mundo, se tambaleara por un abismo.

Era algo tan común, algo que siempre solían hacer. En la mayoría de coreografías, Félix era el indicado para hacer las acrobacias más peligrosas.

"Félix es el que menos pesa. Él es perfecto para hacerlas."

Y Félix estaba ahí, siempre sonriente y contento de realizarlas como si no tuviera esa pequeña alarma en su cabeza que le dijera "Esta mierda es peligrosa."

Pero eso no evitaba que a Chan le temblaran las manos y el corazón le latiera de forma apresurada al ver la escena que se presentaba frente a él.

Minho no tendía a ocultarle las cosas, pero había mantenido en secreto este baile. Cada vez que Chan le preguntaba, él le guiñaba el ojo y le sonreía, con esa sonrisa de autosuficiencia, como cuando creaba alguna coreografía impresionante para el grupo y le palmeaba el hombro diciéndole que era una sorpresa. Chan amaba a Minho, confiaba en él, pero aquella sonrisa muchas veces significaba... cosas no muy buenas.

Así que no debió sorprenderle, pero estaba aterrado.

Fue en cuestión de segundos, pero fueron los segundos que más se le hicieron eternos a Chan.

Desde que vio que Félix se había montado en la mesa ya estaba de pie. Casi temblando, con el corazón, su corazón, a punto de saltar unos metros hacia los brazos de un chico que también se tambaleaba.

¿Y si se lastimaba? ¿Y si lo pensaba demasiado y no saltaba bien? Cualquier cosa podría pasar y la mente rápida de Chan le dio mil imágenes, no muy buenas, en cuestión de segundos.

Quiso correr e ir a atraparlo él mismo.

Sin embargo, solo en ese segundo, solo tuvo la oportunidad de decir su nombre, con aquel sentimiento de protección que surgía de él.

Cuando el salto salió de forma correcta. Chan pudo respirar, sin embargo, la piquiña de la preocupación aún le rozaba la piel.

En cuanto sintió que la puerta se abría y Minho, Jeongin y Félix entraban, mientras los demás felicitaban a los chicos, Chan fue directo a Félix.

Era instintivo, todos lo sabían. Chan gravitaba alrededor de Félix. Aunque todos sus niños eran importantes para él, todos sabían que la debilidad de Chan hacia Félix iba más allá de un afecto fraternal.

Así que nadie dijo nada cuando Chan lo abrazó. Estaban fuera de cámaras, un punto ciego cerca de la puerta y no les habían seguido los camarógrafos.

A pesar de que Chan era algunos centímetros más bajo que Félix, siempre éste se veía diminuto cuando estaba siendo abrazado por Chan.

—¡Uuuff! —exclamó Félix al sentirse aprisionado en los fuertes brazos de Chan. Le sonrió, devolviéndole el abrazo.

¿Estás bien? —le preguntó Chan en inglés separándose y palmeándole los brazos como si buscara alguna herida en el cuerpo de Félix. Éste solo pudo brindarle una sonrisa brillante.

—Sí, estoy bien. No fue nada —respondió, también en inglés.

—¿Nada? ¡Estaba muerto del susto! ¿De quién fue la brillante idea de ese salto? —Félix solo rio.

¿Fue idea de todos? —Chan no le creía. Así que Félix soltó solo una risa y rodó los ojos—. Minho hyung.

¡Dijiste que lo mantendrías en secreto! —exclamó Minho en cuanto escuchó su nombre. Luego le brindo una sonrisa inocente a Chan—. No te preocupes, mira que todo salió bien. Todo estaba bien planeado.

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