Mamá hoy tengo solo 2 horas de matemáticas por lo que entro al colegio más tarde, le comenté a mi mamá siendo las 7:30 de la mañana aquel viernes de abril en un día completamente soleado; pero ese Sol que predominada en el cielo por sobre una cantidad mínima de nubes traía detrás de él un día que me traumaria hasta el momento en que escribo este texto, recordandolo como aquel 21 de Abril en donde una parte de mi murió al protagonizar este relato.
María siendo amante de los animales, llamada a cada amado perro a tomar aire al patio y disfrutar del calor que otorgaba el sol, mientras que yo me dirigía al living a desayunar mientras imaginaba lo que sería un día más en mi vida adolescente. En ese infinito pasillo ubicado en la casa donde vivía y pasé los mejores y peores momentos, esas paredes serían testigo de esos minutos que piensas que son eternos pero tan solo son minutos. En ese mismo pasillo iniciaría el relato que me acompañará hasta el último de mis segundos, hasta que las campanadas den el final de mi historia, hasta que llegue a mi esa supuesta luz blanca enceguecedora forme parte de mi reencarnación en quien sabe qué.
Comencemos desde que yo no había comenzado mi día. Eran las 7 de la mañana de aquel mencionado viernes horario en el cual se hizo presente el villano de la historia con sus características de villano de ciencia ficción, pero hecho realidad. Esta persona, pérdida en su mente, todo su momento tenía pensado que hacer por lo que se decidió a hacerlo; esa victima, amaneciendo como una persona más sin saber que pasaría. 2 personas, totalmente distintias y con ideas distintas para su vida serían los principales protagonistas de esta historia que todavía no tiene fin.
Al rededor de las 7:30 de la mañana, el sujeto pondría en marcha su plan de invadir la casa para atemorizar y predominar su fuerza física y psicológica por sobre la víctima en lo que luego de realizar una entrada digna de película sobresaltando murallas de hierro negro oscuro como esta historia; acto seguido 8:30 se escucharian del otro lado de la pared cristales romperse y romperse por unos segundos pero con la sensación de que fuesen horas, se iniciaría ese cruce de miradas con María mi madre sin entender que es lo que sucedía por 5 segundos, hecho siguiente se escucha una frase con voz desgarradora que solo al recordarla viajo a aquel día al que no quisiera volver a recordar, esa voz desesperada repitiendo 3 veces a la nada misma "me va a matar, me va a matar, me va a matar' y de fondo se seguían escuchando cristales romperse como si fuese un puente que se derrumba y parece no tener fin pero que solo son unos segundos; decidimos correr por ese mini pasillo pero que también se hizo eterno, largo como todo lo que sucedió en aquel maldito día hasta que llegamos los 2 a la puerta principal para enfrentar a un monstruo que no conocíamos ni sabíamos que era lo que pasaba abajo de ese techo misterioso.
Fueron 8 segundos entre abrir con las llaves y sacar un pie, a lo que María presencia a la victima desesperada queriendo saltar y volar sobre la medianera simulando ser ese superhéroe que todos queremos conocido como superman, pero que aca no es el héroe sino la damnificada. Ese mismo sol que mencioné anteriormente se volvia a hacer presente pero esta vez iluminaba aquel cuerpo queriendo salvar su propia vida, y de repente en ese mismo momento sucede el hecho más impactante y terrorífico que viví en mi vida, esos 3 disparos tan aturdidores que traspasaban tu mente y te dejaba en blanco sin entender, esos ruidos que pausaban tu vida como cual paralización alguna, un sentimiento de hipnosis que 2 segundos después del último disparo se termina a lo que yo, Nahuel, con todas mis fuerzas quito a Maria, mi madre, de la puerta y nos encerramos sabiendo que nuestra vida corría peligro por lo que optamos por llamar a la policía y fueron segundos, otra vez esos malditos segundos, esos segundos que mencioné eni historia que fueron eternos pero segundos en fin, y esos segundos fueron un aviso que desató una masividad de policías y gente yendo asombarada a presenciar semejante acto criminal.
Se sintió un silencio, un silencio ensordecedor que me hace acordar a una frase de Miguel de Unamuno "A veces, el silencio es la peor mentira", y tal cual lo era; un silencio de paz absoluta de tranquilidad, de esos silencios que te sanan el alma, pero era todo lo contrario, un silencio de shock, de no comprender lo que había sucedido, de sentir que si salías peligraba tu vida. Y en ese mismo silencio, Marcela la vecina irrumpe con un grito de enojo y desespero "QUE HICISTE?".
En ese mismo momento decidimos salir y vemos al monstruo totalmente vencido, rendido, totalmente consciente de lo sucedido, de lo que hizo, de a quien se lo hizo, y te invito a imaginar un cesped verde vivo con el villano tumbado y el sol, ese maravilloso sol pareciendo apuntar contra él como castigandolo y de fondo esa victima desangrandose sin hacer un solo ruido o movimiento y aún más al fondo esos cristales rotos que escuchamos con María partirse.
Era un verdadero crimen, un horror, una pesadilla hecha realidad. Al encontrarme con esa escena, decido encerrarme en mi mente y procedo a sentarme y dejar que ls gente rodee todo, que los policías rodeen todo, que la prensa rodee todo, y yo ahi sintiendome solo como si no hubiese nada, como si esa gente no estuviera ahí en lo que cuando me doy cuenta pasó 1 hora y yo no estaba en ese mundo ni en esa vida, hasta que un oficial de policía me estira su mano y me levanta diciendome "Vamos que te entro a tu casa hijo y te llamo un doctor a que te vea" yo sin entender entré, me senté y comprendí que Tan solo fueron minutos.
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Tan solo fueron minutos
Non-FictionNarración de una secuencia traumatizante ocurrida en el Siglo XXI. A los personajes se le han ocultado sus nombres reales para mantener su privacidad. Basada en hechos reales.