La noche estaba algo fresca, la luna brillaba y el estacionamiento del restaurant casi vacío, no es algo de extrañar a las 12 de la noche, pero había un aire distinto. Me aprieta la mano, presionando el anillo entre mis dedos, mi felicidad no cabía en mi ser, mi cara me dolía de tanto sonreír, no pensé que llegaría sentir algo así por alguien, no creí que algún día diría ¨mi prometido¨.
Estaba en un sueño, pero todo se fue al subsuelo cuando veo el arma apuntando hacia Thomas, quien sus ojos no podían estar más abiertos. Lentamente me corre hacia su espalda quedando frente