VII 2/2

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Sebastián.....

Tengo una idea que se que no puede fallar, Amalia estará en
mi cama lo antes posible por que ella no tendrá más opción
que ceder ante la presión y decir que sí.
Bajé de mi auto y entro a la empresa de mi mejor amigo Raúl,
el padre de Amalia.

Llegó hasta su oficina y tocó la puerta.
¡Pase!
—Hola amigo.
—Hola Sebastián, estaba a punto de llamarte, que dijo mi hija
sobre tu propuesta.
—No sabes Raúl, lo triste y ofendido que me siento, ella me
dijo que no.
—¿Amalia solo dijo no?
—Sí, y yo me siento mal, por que quiero trabajar con ella, y
valoro su trabajo que es excelente, pero ella sin ningún motivo
solo me dijo que no. —Puedes hablar con ella y convencerla.
—Claro Amigo, esta misma noche en la fiesta te dirá que si ya
lo verás de eso me encargo yo.
—Muchas gracias Raúl, sabía que podía contar contigo, yo
solo quiero lo mejor para tu hija, y ella es muy inteligente y
tiene unos “dones” asombrosos y sería una lástima
desperdiciar eso.
—Si Sebastián tienes razón, esta misma noche mi hija te dice
que sí.
—Gracias, entonces me voy y te dejo trabajar y nos vemos
esta noche.

—Está bien Sebastián, nos vemos.
Sabía que esto tenía que funcionar, Amalia Ramos prepárate,
te estoy esperando en mi cama, que es donde muy pronto
estarás.

Amalia...

Pasé toda la tarde, viendo películas con Evelin y sin darnos
cuenta ya son las cinco de la tarde, y Evelin se tarda mucho
tiempo en peinarme y maquillarme, y la fiesta es a las siete,
voy y me doy un baño seco, mi cuerpo y salgo para que Evelin
haga su magia en mi.
—Siéntate primero y te haré el peinado.
—¿Cuales técnicas me enseñarás para provocar a Sebastián?
—La primera es que, cuando no haya muchas personas
viendo, abre un poco las piernas a él y eso lo vuelve loco, y lo
segundo cuando estés en la mesa, procura sentarte cerca de
él, y de ser posible frente a él, y pasa tu pie entre sus piernas
con sensualidad, y la tercera, inclínate hacia el que pueda ver
un poco tus pechos.
—Haré todo eso esta noche, si quieres vengarte por ser tan
patán, si tienes que hacerlo.
—Está bien, haré lo mejor que pueda.
—Esa es mi chica.

—Solo espero no fracasar en el intento.
—Claro que no, tu eres una mujer muy inteligente y bonita y
ardiente que se lo harás bien.
—¿Qué peinado me haces Evelin?
—Tengo una idea, pero no preguntes pronto y te darás cuenta
que es lo que intento hacer.
—Bueno, está bien, confío en ti.
—Y le dijiste a tu papá que yo te llevaría.
—Si hace una hora, le dije que tomaría un taxi.

—Está bien.

Una hora y media después....

—Ya puedo verme Evelin, me duele el trasero de estar sentada,
y creo que el vestido que me prestaste ya se arrugó, y es
demasiado corto, siento que cualquiera podría ver más allá.
—De eso se trata, amiga, ya puedes verte vamos.
Voy y me veo de pie a cabeza, aún sigo sin creer que esa
mujer sea yo.
—Evelin me veo, como la primera vez que conocí al pollo frito,
pero mucho mejor.
—Claro amiga, cuando te vea solo pensará en aquella noche.
—Evelin, eres la mejor amiga, y una mujer realmente
inteligente y sabia.
—Claro amiga, pero ahora ya es tarde, solo falta media hora,
así que vamos, te llevaré a la fiesta, me imagino como
muchos hombres, te comerán con la mirada.
—Está bien, vamos ya.
Voy llegando con Evelin a la fiesta, y en la entrada hay muchas
personas, pero poco a poco van entrando.
—Llevas tu invitación amiga.
—Claro que aquí la tengo.
—Bueno, te deseo lo mejor y me cuentas todo más tarde.
—Claro, te diré todo sin omitir ningún detalle, nos vemos.

Camino a la entrada y entrego mi invitación, siento como
muchos pervertidos me comen con los ojos como dijo Evelin,
pero al menos eso quiere decir que me veo bien, a la vista de
muchos hombres.

Entro y ahí está Jocelyn, la misma mujer que me recibió en la empresa de Sebastián.
—Buenas noches señorita Amalia.

—Buenas noches, Jocelyn.
—Acompáñeme y la llevaré a la mesa, donde se encuentra su padre y mi jefe.
Que asco.

—Perdón dijo algo.
—Nada Jocelyn, que vamos.
—Está bien, sígame.
El lugar es enorme, pero hay muchas mesas donde están los
mejores empresarios, tomando vino y platicando sobre dinero
y muchos negocios.
—Ahí están —me dice Jocelyn señalando la mesa.
—Gracias Jocelyn.
—De nada señorita, a sus órdenes.
Camino hacia la mesa, y claro, el primero en verme es el pollo
frito.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora