(POV KUROKO)
Poco a poco fui abandonando el sopor en el que me encontraba, para prestar atención a los sonidos que empezaban a escucharse a mi alrededor. Sentía cada parte de mi cuerpo demasiado débil como para moverse por sí solo y la concentración no me funcionaba mucho mejor, cada que intentaba separar el conjunto de sonidos, esta se dispersaba hasta hacerme divagar entre el sueño y el familiar aroma de Aomine que me rodeaba.
—¿Tetsu? —fue la primera palabra que logré entender acompañada de la voz que tanto ansiaba escuchar.
Me ovillé en respuesta, entendiendo tras un rato que su voz parecía provenir de una dirección diferente a la que me encontraba. Confundido, me obligué abrir los ojos y buscarlo, tardando más tiempo del normal en acostumbrarme a la luz dentro del vestuario.
Se encontraba de pie cerca de la puerta, al lado de uno de los gemelos, su cabello volví a ser un desastre y traía la camisa con los botones superiores abiertos. ¿Acaso sabía cómo me alteraba cuándo se vestía así? Apenas se cruzaron nuestras miradas, empezó acercarse y entendí que debía encontrarme a la altura del suelo, sujetado por los brazos de alguien a quien el moreno observaba con cierta molestia.
Recién en ese instante mi cerebro brindó una pregunta clave a la extraña situación. ¿Quién me sostenía? Habría jurado que me encontraba con Aomine por el aroma, pero era evidente que no.
Obligue a mi cerebro a que se pusiera a trabajar y empezara a buscar, en medio de los enmarañados recuerdos, los sucesos de la última hora. Todo aparecía como un conjunto de escenas desordenas empañadas por algún velo de neblina, impidiéndome entenderlas. Sin darme cuenta, había empezado agitarme nuevamente y el abrazo a mi alrededor se cerró con más fuerza, apegándome a un pecho en el que descansó mi cabeza.
—Aomine san, avance lentamente —advirtió una voz cercana que reconocí como la de Eita.
No sabría explicar muy bien como estaba tan seguro, pero no me pondría a discutir con mi mente por poder distinguir uno de otro.
—La pastilla que le dimos aún lo tiene aturdido —continuó explicando.
¿Pastilla? Fruncí mi ceño intentando recordar, me parecía que algo así me habían dado antes de caer dormido. Los recordaba corriendo de un lado a otro y después uno de ellos llegó con un vaso de agua acompañado de una pequeña pastillita que terminé tomando.
—¿Pastilla? —repitió mi pregunta interna el moreno.
—Un ansiolítico —esta vez sentí como vibraba el pecho en el que me apoyaba, Akio—. Es un tranquilizante para los ataques de ansiedad.
Ah, eso era lo que había sucedido.
Uno a uno fueron regresando los recuerdos de la última hora. El pánico que me había inundado en el taxi mientras llegábamos, las indicaciones de Eita apenas bajamos, la rápida carrera que hicimos hacia el vestuario mientras uno corroboraba que nadie nos viera y el otro me llevaba en brazos repitiendo frases que intentaban tranquilizarme. Recordaba haber llorado y temblado en algún momento, hasta que caí dormido por esa pequeña pastilla.
—¿De dónde sacaron una de esas? —la sorpresa en la voz de mi peliazul era entendible, incluso la compartía.
—Eran de nuestra madre antes de que falleciera —la pena que sentí por ellos se sobrepuso a la pesadez que nublaba mi mente.
El dolor impregnado en la voz de Akio al momento de responder había removido la percepción que tenía de ambos, siempre andaban con la cabeza en alto como si vivieran sin preocupaciones, estaba tan equivocado.
—Oh, diablos —se reprochó el moreno y estaba seguro; sin llegar a verlo, qué se estaría sobando la nuca—. Lo lamento.
—Descuida —le tranquilizó Eita, sonando más cerca—. Ha pasado medio año desde entonces, estamos bien.
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Shadow (Aokuro)
FanficSin que nadie lo esperara o mucho menos lo imaginara, el amor de Kuroko por el baloncesto se está apagando lentamente, una encrucijada atraviesa su mente impidiéndole avanzar junto a sus compañeros y poco a poco parece sumergirse en otro tipo de osc...