|Mansión Jeon|
Gracias al cielo lo de mi pequeña no fue grave. Rondaban entre las diez de la noche cuándo regresamos de nuevo a casa, Jeon cargaba a la bebé mientras nos conducimos por el pasillo directo a la habitación. Una habitación a la cual no quería estar ya que la cama me hacia recordar al infiel de YeonJun.
—¿Jungkook? —le llamé antes de que nos pasáramos de su habitación. Él rubio se dio vuelta y me miró.
—¿Pasa algo?
Negué con mi cabeza.
—Solo no quiero dormir allá ¿Te molesta sí quiero compartir habitación contigo? —me tense nerviosa. No supe que fregados se le paso por la mente, pero fue pésimo en ocultar su típica sonrisa maliciosa.
—No creó que sea recomendable.
Meneé la cabeza. ¿No hay un maldito segundo en que este hombre no se comporte como un mañoso?
—Asumo las consecuencias —me atreví a decir. Jeon empezó a acercarse a mí. Nuestros ojos se conectaron con una sola mirada.
—Saldrás huyendo, como la vez pasada ¿Lo recuerdas? —curvó una ceja. Fue imposible no recordarlo y ahora que lo pienso muy bien, esa madrugada actué como estúpida sabiendo que me derretía por que el rubio y más porque me tocara.
—Esta vez no cometeré ese error.
—¿Error? —curvo una ceja —¿Te arrepentiste?
—Deja de cotorrear y vamos a la habitación —le mandé. Al ingresar Jeon encendió las luces, tomé a mi pequeña en mis brazos y me senté en el borde de la cama para alimentar a mi chiquita —Voy a curarte las heridas ¿Dónde está el botiquín? —los rasguños y las heridas de mi esposo al quitarse su camisa me preocupaban. Al parecer las empleadas no exageraron, ambos chicos estuvieron apunto de matarse a golpes.
—Estoy bien —fue lo que me contestó desabrochado su pantalón. Mordí mí labio mientras lo detallaba, al darse cuenta que lo estaba viendo elevó su mirada para mirarme, pero rápidamente bajé la mía haciéndome la tonta amamantando la nena.
—Dije que te voy a curar —proseguí de terca. El rubio empezó acercarse a mi con una lentitud que me ponía mucho más nerviosa.
—Lo que deberías de curar es este puto deseo por follarte —maldita manera de hablar tan franca. Lo miré, el rubio se cruzó de brazos mientras de golosa me bajaba el otro extremo de mi vestido para que pudiera ver mí otro pecho desnudo.
—Trae tú lengua —lo tenté —O tus dientes.
Sonrió aún más malicioso.
—Estás jugando conmigo —solucionó.
—¿Jugar? —levanté una ceja. Aproveché que el vestido que traía puesto era lo suficientemente corto para subirmelo sin problemas y enseñarle mi braga rosita —¿Dices que estoy jugando contigo, Jeon Jungkook? —agarré bien la bebé que aún se alimentaba de mí leche, me acosté de lado en el colchón también posicionado a JungSo —¿Tú dices que esto, es jugar? —con mis dedos corrí mi braga para un lado para mostrarle lo mojada que me ponía.
—Estás más húmeda que de costumbre —se relamio sus labios. Le correspondí su mirada regalándole una de mis sonrisas picaronas. Esperé otros minutos más hasta dejar bien alimentada a mi niña, se notaba el desespero del rubio por follarme y mas que le dejé a simple vista mis senos y mi braga.
—Que tengas una linda noche mí amor —besé la frente de mi pequeña. Saqué mí pezón de su boquita y la dejé bien cómoda durmiendo sobre la cama.
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Battered › jjk
FanficShin SoHa no pensó casarse con un monstruo en carne y hueso. Sí la idea no le gustaba de primera mano, mucho menos después de vivir todo lo que el mismo Jeon Jungkook le hacía. 𝓑𝓪𝓳𝓸 𝓶𝓪𝓵𝓽𝓻𝓪𝓽𝓸𝓼 𝓷𝓸 𝓼𝓮 𝓻𝓮𝓼𝓾𝓮𝓵𝓿𝓮𝓷 𝓵𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓼𝓪...