Los pensamientos de un marginado. Parte 2.

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Erick, después de acercarse lo suficiente a la chica, la cual estaba apunto de quebrarse y comenzar a llorar por el miedo de ser asesinada, corto las cuerdas que la ataban.

-Tranquila, no te haré daño. Lo único que quiero es poder hablar con alguien, así que por favor, no huyas.

La chica no entendía nada de lo que estaba sucediendo, ¿Quién podría comprenderlo? Estaba tratando de analizar todo los que sucedía, pero no podía comprender en lo que estaba pensando el chico.

-¿Cuánto crees que tardará todo en desmoronarse?

Pronunció el chico, con absoluta calma, mirando con firmeza los ojos de la chica, con una expresión bastante sería, puesto que la pregunta también lo era.

-¿D-desmoronarse? ¿A-a que te refieres?

Contestó la chica tartamudeando y temblando, ya que esa pregunta le pareció algo extraña e hizo que estuviera algo nerviosa, no sabía a qué se refería su contrario. "¿Por qué me habrá preguntado eso?" "¿Moriré sí contesto mal?" Fueron los dos pensamientos que vinieron a la mente de la chica en ese instante.

-Sí, Cristal. La sociedad está cerca de desaparecer, todo dejará de ser un estatus social y dejarán de existir las leyes, todo es por culpa de los que tienen poder. Su orgullo e interés por el poder les está consumiendo, hasta el punto de que están abusando de él para implantarle el miedo a la gente y para demostrar cuan poderosos son, a la vez que buscan más poder y conocimientos, van a hacer que las personas en malas circunstancias, es decir; vagabundos, gente pobre, estudiantes y más, acaben rebelándose, los policías no podrán contenerlos a todos, se volverá un caos, humanos luchando entre ellos, se está acercando el final, y no me gustaría estar solo en él, por eso estás aquí.

La chica se quedó absorta tras escuchar todo lo anteriormente dicho por el chico, estaba muy confusa, jamás había pensado en ello. "¿Que todo se vendrá abajo? ¡Tiene que ser una mentira, todo el mundo es feliz! ¡Tan solo hay que mirar sus caras!" Es lo que le habría gustado decir, pero tenía un nudo en la garganta que no le permitía hablar.

-Cristal, tú y yo nos prepararemos para sobrevivir, ¡Con tu ayuda, estoy seguro de que encontraremos a más gente que piense cómo nosotros y que podamos crear una civilización perfecta! En la que todo sea paz, tranquilidad y armonía.

Después de unos segundos, la chica por fin pudo reaccionar a todo lo que estaba diciendo su contrario, tragando algo de saliva se dispuso a hablar.

-¡Estoy segura de que no sucederá nada de eso! Estoy segura. . . No creo que realmente exista gente tan ambiciosa en busca del poder. .

Erick se quedó incrédulo, ya que la chica pensaba que los humanos eran buenos, pero tras escuchar eso, el chico perdió el control ya que se molestó un poco.

-¡Tú no conoces a los humanos! ¡Solo piensan en sí mismos! ¡Lo quieren tener todo para poder controlarlo! Eso hará que todo el mundo muera por las guerras, por la riqueza, la fama y el poder, ¡No van a solucionar nada! ¡Escucha, tenemos que prepararnos para poder sobrevivir cuando todo esto suceda!

La chica alzó las cejas y abrió más los ojos, estaba sorprendida, realmente no podía creer que eso pudiera suceder, pero. ¿Y si era cierto? ¿Y si toda esa "felicidad" fuera falsa y todo fueran simples mentiras para poder alimentar sus orgullos? Ahora todo tenía sentido para ella, todo el mundo trabajaba para obtener méritos y así sentirse mejor, todo el mundo se esforzaba, no porque algo le gustará, sino porque querían obtener méritos que alimentarán su orgullo, para poder seguir haciendo todo eso. Después de pensarlo durante algunos minutos, miró al chico fijamente a los ojos.

-Está bien, te ayudaré, nos prepararemos, sobreviviremos y crearemos una civilización perfecta.

Después de eso, el chico le dijo que se volverían a encontrar en un mes en un sitio en el que normalmente no había mucha gente, puesto que está algo alejado de la ciudad, Erick le dió a entender a Cristal con una simple seña que ya podía irse de aquel lugar, del cual al salir resultó ser un pequeño sótano, que parecía situarse dentro de la casa de su contrario, salió de la casa de el mismo y comenzó a caminar por las calles, las cuales después de tanto tiempo, ya estaban iluminadas por el alba.

El comienzo del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora