EXTRA 2

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- ¡Déjala!- Andrea había llegado a tiempo para ver como Henry había tirado al suelo a Mía. Una fuerte marca roja se presentaba en su mejilla donde seguramente le había golpeado. La levantaba del cabello mientras con su otra mano parecía querer bajar sus pantalones deportivos.

- Sal de aquí, rara- le dijo fuertemente.

- No hasta que la sueltes- podía sentir como su cuerpo temblaba pero no se iría sin que Mía estuviera a salvo.

- ¿Qué quieres, zorra?- se volteó molesto por la interrupción.

- Andrea, sal esta ebrio. Sal por favor- Henry vió los ojos suplicantes de Mía.

- Oh por Dios... no- dijo soltado a Mía y poniéndose en medio de las dos, viéndolas alternamente- espera... ¿no quieres estar conmigo por ella?

- Mía - Andrea corrió hasta su lado ayudándola a levantar ignorando por completo al chico.

- Si, ¿te importa? ahora déjanos en paz- Mía se había levantado parándose delante de Andrea.

- Me dejas para andar de... mmm como decirlo con cortesía... de lesbiana como sus madres... ¿acaso es algo contagioso? ¿o es que si sus madres son así ustedes también deben? ¿las pervierte desde pequeñas? Imagino sexo lésbico en vivo.

- Eres un imbécil sabes. Claro que no es contagioso ese el pensamiento más retrograda que has dicho alguna vez, tampoco nos obliga y menos nos pervierte. Si amo a Andrea es porque es un sentimiento libre y voluntario como podría amar a cualquier otra persona.

- Las dos me la van a pagar- sentenció el joven con rabia antes de retroceder.

- Mejor lárgate, imbécil.

Mía se sentó en una de las bancas de los vestidores relejándose luego de ver salir a Henry golpeando los Lockers en el lugar. Andrea se sentó a su lado mientras sujetaba sus manos.

- ¿Estás bien? - le preguntó a la porrista que parecía muy estresada.

- Si, ¿tu estas bien?

- Sí, me asusté mucho cuando vi que te tiró al suelo- acarició su mejilla.

- Andrea... ¿que pasó?... tú... yo... pensé que me querías pero hoy me dejaste y ya.

- Perdón, Mía. Fui una tonta- se abrazó más a ella- te vi en la mañana cuando te besabas con Henry...

- Tú... ¿tú estabas? - Mia quería despegar a Andrea de ella para verla, pero la castaña había enterrado su cabeza en el pecho de la porrista y no salía de allí.

- Quería llegar antes para darte una sorpresa.

- Yo no lo besé, Andrea. Dios hasta lo golpeé.

- Eso me dijeron, solo sentí horrible verte besándote con él. Para todos aquí soy invisible Mía. Como mucho soy la amiga de los León nada más, la chica rara llena de pintura.

- Eres mi chica rara llena de pintura. - besó su cabeza.

- Lo siento, Mía. Debí confiar más en ti.

- No... no te preocupes creo que es parte de crecer como pareja ¿no? No llevamos ni un día.

- Supongo, crear mejor la confianza.

- Créeme, Andrea. No me interesa para nada el tonto de Henry, te amo a ti desde hace tiempo ¿de acuerdo? , solo tú y siempre serás tú. - terminó su discurso para besar sus labios.

- Rico- dijo casi inconscientemente saboreando aún el beso. Sus mejillas se pusieron rojas al ver como la porrista se estaba riendo al decir su pensamiento en voz alta- perdón.

CORAZÓN CONTRA TODO - (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora