💖Serena-SeokJin 💖

638 37 1
                                    

Quedaban unos cinco minutos del vídeo sobre "como hacer naengmyeon" (fideos fríos coreanos), sabía que aquello era la comida favorita de oppa, pero yo ni siquiera podía poner el agua a hervir sin quemarme o hacer algún desastre.

Desde pequeña he sido criada para ser servida, una que no podía acercarse a la cocina ya que para eso había gente si necesitaba algo de dicho espacio. Pero el haberlo conocido a él en la universidad fue un detonante para que mi estilo de vida cambiará radicalmente.

Decidí revelarme, estudiar teatro y arte, una de mis pasiones escondidas; mudarme sola a pesar de las negativas de mis padres porque una señorita de mi clase no debería. Pero me importo una mierda. Y aquí estoy, en la entrada del edificio donde vive SeokJin junto a sus compañeros de banda.


"Hyung estará solo por unas dos horas, suficiente tiempo hasta que alguien del staff se de cuenta, por favor noona, avise si se queda, así no los molestamos 😉"


Divise una vez más el mensaje de uno de los chicos, pequeños pervertidos. Entre al Hall dirigiéndome a uno de los muchos ascensores del edificio. Y es que cada ascensor llevaba directamente al piso de ellos. Entre luego de poner el código, nerviosa, mordiéndome el labio inferior mientras veía los números en aumento.

Las puertas se abrieron y salí lentamente caminando, me descalce y con lentitud y una sonrisa por el aroma de la comida en el aire me acerque a dónde oppa se encontraba. Ni siquiera se dio cuenta de mi presencia puesto que iba de un lado para otro en esa inmensa y moderna cocina.
Me senté en el taburete que la isla de la cocina poseía, dejando caer mi cabeza sobre mi mano, mi codo reposando en el mármol frío. Su espalda ancha y el movimiento de sus hombros moviéndose al compás de la música era mi panorama divertido.

—Woah, Woah —grito una vez dado vuelta me miro— me asustaste, por el amor de Dios, woaaahh, mi corazón —su mano sobre su pecho, tomando aire, sin soltar el cucharón de madera— Woah, no te escuché llegar.

Sonreí embobada, ese hombre me volvía loca. ¿Y a quien no?

—¿Alguien te vio subir? —sus ojos se desorbitaron de la sorpresa. Negué aún sonriendo sin sacarle los ojos de encima. Me levanté de mi lugar acercándome a él para rodear su torso, sus brazos me rodearon sin precedentes, sentí un beso en la coronilla y como olfateaba mi perfume.

—Tenemos dos horas según lo que me dijo uno de tus niños —me separe para mirarlo— así que se me ocurrió que podría mostrarte lo que prepare para ti.

Del bolso que traía extraje un enorme tupper envuelto en una tela color beige atada con una cinta en moño color dorado donde traía la comida que había preparado, el naengmyeon.

Su rostro de asombro al ver de qué se trataba fue para mí un gusto, pero aún así mis nervios no acababan allí. Todavía faltaba que probará un bocado y solo esperaba no ser la causante de una indigestión o intoxicación que me costará una demanda por parte de las fans o la empresa misma.

Cómo si me leyera la mente y en silencio agarro unos palillos luego de haber bajado el fuego de la cocina, depósito el contenido en un bol para más comodidad y me dio una última mirada antes de probar.

Perdóname por favor. Silencio. Solo fueron segundos o unos minutos, pero fueron eternos ante su semblante neutro. Dejo a un lado los palillos y sirvió en un vaso enorme agua que tomo todo en un solo trago. Creo que no le gusto.

—¿Está horrible, verdad? —pucheree bajando la cabeza y la mirada hacia el mármol de la isla, al instante sentí como su mano en mi barbilla me invitaba a mirarlo, una sonrisa ladina lo acompañaba.

—No es que estuviera horrible, pero creo que me has dejado seco de tanta sal. —mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude evitar taparme el rostro, pero eso causo que el riera un poco— oye nena, no te preocupes, me encanta que hayas querido preparar mi comida favorita.

Me abrace a él.

—Quise hacer algo diferente por ti. Siempre cocinas tu cuando estamos juntos, vi miles de videos de como preparar pero no salió como quería. Soy un desastre.

—No, no lo eres, eres hermosa, no más que yo —reí tenue ante su disque halago— pero no me molesta cocinar cuando estoy contigo, es algo que amo hacer para ti. Lo disfruto.

Suspiré sonriendo apretada a su pecho.

—Tienes que enseñarme un poco Worldwide.

—Te enseñaré lo que quieras.

—¿En serio? —me separe apenas para mirarlo.

—Si, quédate está noche Serena, y te enseñaré muchas cosas.

Beso castamente la punta de mi nariz para luego fundirnos en un cálido y dulce abrazo. No fui de mucha ayuda para que terminara de cocinar para los demás, pero por lo menos las risas nos faltaron.

STAY  [BTS-oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora