~Episodio 3: "Quedemos a mano"~
Todos tenemos un secreto o algo que nos atormenta. Algunas personas no tan graves como otras. Pero yo no entro en el concepto de "otras personas".
Hace un año estoy siendo martirizada, y ese martirio tiene nombre, Sara McKey. Yo soy capás de defenderme, pero no puedo; su padre es terapeuta infantil y algo sucedió que tuve que depender de la ayuda de su progenitor, tanto moral como financiera. Yo siempre no estuve en esta escuela, fui transferida.
Mi familia no podía pagar la colegiatura de esta innovadora institución. "Harrow School" fue la recomendación de Lenon McKey. Aquí estoy, feliz de no regresar a mi antiguo centro de estudio, aunque estando en este lugar tenga que ser castigada por Sara.
"... Se lo debo."
Mucho tiempo fui tachada de criminal. Todo comenzó porque quería que mi madre, que trabajaba de sol a sol, se sintiera orgullosa de mi. Comencé a participar en cuanto concurso hubiese en la escuela. Historia, Matemáticas, Biología, Química, Física, entre otras asignaturas. Debía estar a la par en todo lo anterior y el tiempo no me alcanzaba, así que la mejor opción fue violar mis horas de sueño.
Intente todo para mantenerme despierta, pero no podía mis cansados párpados imploraban su descanso. El café fue mi primera opción, tomaba un termo entero por día.
Pero no fue suficiente. Un día una chica se me acercó y me dijo que si quería algo para aumentar mi rendimiento. Fue la peor decisión tomada a lo largo de mis 16 años. Luego mientras más consumía, más me gustaba y no podía detenerme aunque quisiera. Un día le dije a la chica que no lo necesitaba más y que no estaba bien venderle drogas a los alumnos.
A ella no le gustó el echo de ser expuesta y un día sin que me diera cuenta, introdujo en mi mochila toda la droga que vendía. Cuando me encontraba en la cafetería donde estaba toda, absolutamente toda la escuela ella me chocó y en un santiamén cortó el fondo de mi mochila con un cuchillo y todas las pastillas cayeron al suelo, frente a todos.
Fui transferida a una escuela de reformatorio. Allí para mi suerte conocí al padre de Sara. El enseguida se dio cuenta de que yo era inocente. Me ayudo a salir de allí y pagó la colegiatura. Estoy eternamente agradecida con el y lo menos que puedo hacer es obedecer a Sara.
Luego de que nadie, ni mi madre, creyeron lo que les decía aprendí a callar. Por eso ahora temo hablar y ser juzgada.
____________________________En ese momento no estaba pensando correctamente, me dejé llevar por mis impulsos y terminé gritándole a la única persona que no me a juzgado por nada.
Ahora me estoy arrepintiendo de todo, pero en ese momento me molesto que fuera tan curiosa mi amiga. Se que solo pretendía ayudar pero no quiero involucrarla en mis problemas.
No pude contenerme, solo podía llorar desconsoladamente. Y el único lugar donde tendría paz para desahogarme era el baño de chicas, pero para mi suerte estaba lleno de chicas retocando su maquillaje.
La otra opción fue la sala de borradores, lugar donde ningún maestro va y solo es un cuarto para limpiar borrador y también, es usado como almacén. Pero el mundo conspira en mi contra, me encotré con dos personas casi procreando en ese pequeño lugar de cuatro paredes. Por supuesto no podía ser peor esas dos personas eran Sara y Noah.
--- A ver niña tonta, no ves que estamos ocupados --refunfuñaba la chica de cabellos carmín-- por curiosidad ¿donde dejaste a tu guardaespaldas? -- miraba detrás de mi, que irónico--
---¡¡Vete de aquí!! --esta vez fue el chico quien habló, tenia bien claro a quien se refería-- No, tu no ¡¡ella!! --no lo podía creer, a quien estaban sacando era a Sara--
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No hay un: "Felices Para Siempre".
Teen FictionDesde tiempos inmemoriales la industria del entretenimiento a cautivado al publico con sus historias de romance ficticio haciéndonos fantaciar, al menos una vez con los finales felices. Pero no todo es color de rosas, pues siempre hay personas, com...