𝑫𝑨𝑼𝑮𝑯𝑻𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑾𝑨𝑹 [ 𝔭𝔧 & 𝔥𝔭]

22 | Ninety Three

xcii. noventa y tres

Tengo que admitir que extrañaba la cabaña de Damasen, aquella choza hecha de huesos de Drakon era como los Elíseos en comparación a la fría oscuridad que me abrazaba.

Avanzaba dando traspiés en la oscuridad: el aire era denso y frío, y en el suelo se alternaban las parcelas de rocas puntiagudas con los charcos de fango. El terreno parecía estar pensado para no bajar la guardia en ningún momento. Hasta dar dos pasos me resultaba agotador.

Hace... en realidad no se cuanto tiene, pero al salir de la cabaña me sentía con energía, con la barriga llena y con una actitud positiva. Y ahora mis pies dolían al igual que todos los músculos de mi cuerpo. Me acomodé una túnica improvisada de piel de Drakon sobre mi camisa hecha jirones, pero fue imposible entrar en calor.

Mi concentración estaba única y exclusivamente en el suelo que tenía delante.

Cada vez que tenía ganas de rendirme y de morir (cosa que pasaba cada 5 minutos), recordaba a mis amigos, tanto semidioses como magos.

Trataba de mantenerme positiva para mantener la moral alta: el lago del Campamento mestizo, el lago negro, el cielo estrellado en las noches de astronomía y tengo que admitir que también pensé en James. Me imaginé caminando en los pasillos de Hogwarts, todo parecía un sueño, como si lo único real fuera el tártaro: muerte, oscuridad, frío y dolor. Todo lo demás se escuchaba demasiado irreal.