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-¡Lee KeonHee! ¡Lee KeonHee!.-Gritaba con furor un chico acercándose hacia aquel que buscaba por todo el reino humano, pues no le encontraba en ningún sitio.

A lo lejos logró visualizar un gran conjunto de personas que se encontraban fuera de lo que parecía ser una iglesia.

La curiosidad es un don que todo ser tiene, ya sean humanos, animales e incluso las plantas cuando se acercan con ayuda del viento a escuchar las palabras del hombre. Sin embargo, unos la ponen en práctica con frecuencia a diferencia de otros.
Aquel chico que buscaba por doquier a un tal KeonHee se acercó a la multitud.

Al llegar simplemente observó una boda normal, pero no entendía el motivo por el cual aquellos dos tenían tanta gente.
"¿será alguna celebridad?"
Se preguntaba.

Abrió los ojos por completo al ver que el chico que buscaba, se encontraba como uno de los invitados.
Con ello comprendió el motivo por el cual no le había visto en ninguna parte.

-ahora puede besar a la novia.

Al escuchar aquella frase, el chico levantó la mirada, observando que se trataba de la princesa.

-Que lindo vestido.-Exclamó una mujer al lado del sujeto que observaba desde lejos. Aquel se dio la vuelta y le saludó.

-¡JiEun!

-Hola SeoHo.-Respondió de modo serio, sin interpretar ninguna sonrisa.

-¿Todo bien?

-Escuché que Leedo se casará.

-¡Sii! Maravilloso, ¿no lo crees?, venía a contarle a Keon. Pero veo que está ocupado.

-si, maravilloso.-Respondió de una manera lancónica. Nada normal para su personalidad fuerte.

-JiEun, te oyes más seca que el desierto de Atacama. Dime, ¿qué es lo que te ocurre? Acaso... Tu y Leedo... ¿Te gusta?

-¡¿Qué?! ¡¿Qué dices?! No, claro que no. Fuimos criado juntos es como mi hermano, eso es, no me gusta él.-SeoHo solamente levantó una ceja, acercándose hacia la chica, pues no le creía por completo a lo que decía.-No seas tonto, estaría feliz por él. Pero no lo siento.

-Te gusta

-¡NO! ¡Agh!, me pondría muy feliz si se casara con alguien normal. No con algo de la realeza, él será rey, no tendré más oportunidades de verlo.

Las personas que se encontraban cerca de la iglesia, salían de esta. Todos iban con sonrisas en los rostros, lanzando arroz, todos felices. Excepto los protagonistas de la boda, ambos se encontraban marcando una "u" invertida. Mientras sus manos estaban sujetadas,  subiendo a una carreta blanca, con un caballo del mismo color, y el otro era Confetti.

KeonHee junto al señor Ahn y una mujer, iban detrás de la pareja, pero dos de ellos se encontraban angustiados. Excepto el mayor del trio, el señor que le servía al príncipe Kim. Aquel portaba una sonrisa gloriosa, se encontraba satisfecho con la boda.

-¡Lee KeonHee!.-Gritó SeoHo al verlo, y hacerle una seña con la mano que le acompañará.

El nombrado les miró y asintió, comenzando a caminar a donde estos estaban, mientras la carreta se marchaba. Dejándolo a él.

-Que novios tan más felices. De seguro van a disfrutar mucho su luna de miel.-De forma sarcástica habló la chica rubia.

-Es un matrimonio forzado. Ninguno de los dos estaba de acuerdo, el príncipe ama a alguien más y la princesa es obliga por su reino, siento lástima por ellos, pero no creo poder hacer algo.

-Que triste es el matrimonio. Espero que la persona que yo ame verdaderamente, me responda y me pida su mano.-Mencionó un chico soñador mirando a aquel que amaba.

Keon simplemente sonrió pasando su brazo, por el hombro de aquel que hablaba, este contento, recargó su cabeza sobre el pecho del menor.

-Que lindo, ojalá y tengan muchos años juntos. Al igual que Leedo con su prometido.

-¿Leedo?.-Una cuarta voz se hizo presente.

Era un chico, se veía menor de edad, y portaba con un vestuario totalmente ridículo, llevaba medias verdes, ropilla café, collarín y lechugilla blancas. Con un ridículo gregüesco verde.

-¡Dios! ¡Lo siento!.-La chica al reconocer al joven que había aparecido, sintiéndose totalmente incómoda por tener al pretendiente de aquel que consideraba como su hermano.-DongJu debí de habértelo dicho antes. Leedo se va a casar.

-¿¡Qué!? ¿Con quién?

-Eso no importa. ¿Si?.-Respondió la rubia, poniéndose de pie y mirar al trío de hombres que tenía a su lado.-Me voy a casa. Adiós.

Comenzando a caminar escuchó como aquel que vestía de verde intentaba detenerla a base de  gritos, pero ella en ningún momento se detuvo.

-Se casará con alguien llamado HwanWoong.

-¿Llamado? ¿Es hombre?.-SeoHo quien había dicho el nombre del prometido de Geon, se cubrió su boca con su propia mano y asintió meneando la cabeza en confirmación a la pregunta.-Eso significa que a él también le gustan los hombres. Debo impedir esa boda.-Susurró lo último para correr lejos de aquellos.

Dejando a una pareja confundida, pero realmente no le tomaron tanta importancia, ambos chicos se miraron con una sonrisa y sujetados de la mano, comenzaron a caminar.

Por otro lado, en una carreta, una pareja que no se encontraba muy feliz, esbozaban una falsa sonrisa para el público, de la misma manera en la que, sus manos nunca se soltaron en todo el recorrido de la iglesia hacia el castillo.

Al cerrarse las puertas reales ambos soltaron un suspiro y se desasiaron del agarre que se tenían entre ambos.
El chico bajó primero, para después ayudar a aquella pelinegra que se había convertido en su esposa.

-Jung.

-Llámame DaSol. Soy tu esposa ahora, ¿no?.-El chico asintió insatisfecho y con un rostro afligido.

-DaSol, lamento que esto haya sucedido.

-Descuida, teníamos un plan ¿no?.-La chica observó a lo lejos que había más ciudadanos mirando a la recién pareja, provocando que la la peli negra le tomará de la mano y juntos caminar adentrándose al castillo. Buscando un sitio seguro, en donde podían estar solos, seguido de eso, comenzaba a retirar una sortija de su dedo anular y la colocó suavemente en la palma del chico.-Si de verdad quieres que este anillo le pertenezca a tu enamorado. No te rindas.

YoungJo se había quedado sin palabras, no sabía de qué manera agradecerle a la mujer.
Pero debían de pensar en algún plan para divorciarse, sin dañar a los dos reinos, ni ofender el apellido de sus familias.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora