"Epilogo"

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'No la sueltes, no la sueltes'

Ahí estaban nuevamente, después de 2 semanas de no verse, parados frente a frente, sin pronunciar ninguna palabra. Quietos. Entrelazando sus miradas. Tratando de entender qué pasaba realmente. Cuál era el motivo para verse de nuevo. ¿Por qué volvían a sentir todas esas sensaciones dentro de ellos?

—Aquí tienes— Estiró sus brazos para entregarle el ramo. Ella no se movió ni un centímetro. Austin suspiró y dejó el ramo sobre la maca.

—Vete— Dijo ella de inmediato.

—Escúchame— Pidió él.

—Vete— Repitió ella. Demonios, ¿Cuántas apuñaladas más para Austin?

—Vine a recuperarte, no me importa cuántas veces me corras— Dijo él. Se acercó a ella y Loraine dio pasos hacia atrás.

—Que te vallas, le diré a Joseph, ¡Largo de mi casa!— Gritó ella. Las lágrimas se apoderaron de sus ojos de manera fugaz. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que llorar cada que Austin se aparecía? El cerró sus ojos con fuerza. Respiró profundamente. 'Vamos... tu puedes Austin. Nadie dijo que sería fácil'.

—Cometí un error... necesito que me escuches— Rogó él. Siguió dando pasos hacia el frente, logrando acorralarla entre una la barda del jardín. La misma pared en la que la abandonó...

 —Apártate, nadie te da el derecho a estar aquí— Sus palabras se volvieron diminutas al darse cuenta de que ya no tenía salida. Austin puso ambos brazos a los costados de ella. Sus respiraciones chocaron. Estaban demasiado cerca. Intentó moverse pero fue inútil.

—Sabes perfectamente que no me iré— Susurró él, con su aliento tan cerca de ella. Y se acercó más. Demonios. Sus bocas a centímetros de distancia. Sus corazones latiendo con fuerza. —Sé que no tengo el derecho de estar aquí, pero tu padre me dejó entrar. Él sabe cuánto te amo... le dije el error que cometí... le dije que lloraba por ti cada noche...— Austin dejó de hablar al ser interrumpido.

—¡Detente! ¡Fue suficiente!— Gritó ella. Dejó escapar una lágrima. Austin intentó limpiarla, pero ella le apartó la mano con fuerza. —¡No te atrevas a tocarme!— Volvió a gritarle. Los ojos de Austin se bañaron en lágrimas, pero no estaba dispuesto a derramar ni una sola.

—Mírame— Pidió el con voz fuerte. Ella mantenía su cabeza agachada, tratando de no llorar. —¡Mírame!— Le gritó Austin. Ella alzó poco a poco su cabeza, lo observó. Hubo un momento de silencio. —Mira mis ojos, estoy a punto de llorar. Y no vine a eso, ni vine a gritarte, ni a pelear, vine a acabar con este dolor que siento, que ambos sentimos... Loraine... vine por ti, porque te amo, porque fui el hombre más imbécil del planeta al dejarte sola. Al abandonarte por un estilo de vida que realmente no quiero. Estos días sin ti me di cuenta de que esto no deseo para mi vida. Tenía que cometer ese error para abrir mi mente a la realidad. Esta noche al ver por la ventana, una estrella fugaz pasó ante mis ojos. Y me pregunté a mi mismo... ¿Cuántas más necesitaría para darme cuenta de que tú eres mi único deseo?— Preguntó. Loraine permanecía callada, lo había dejado hablar, es que simplemente no tenía las fuerzas para responderle sin derramar lágrimas. —Perdóname... perdóname...— Susurró él, tomando todas las fuerzas y valor posibles. De pronto, hizo algo inesperado. Se hincó al césped, la tomó de ambas manos con ternura y agachó su cabeza hacia el suelo. Dejó caer una lágrima. Ella no pudo creer que Austin se hincara ante ella. Abrió sus labios y ojos a tope. —Necesito que me perdones, porque no he podido parar de llorar y estoy harto de esto. Estoy harto de haberte abandonado, pero voy a dejar todo, lo haré por ti. Puedo arreglar las cosas, te lo juro, voy a repararlo todo— Alzó su mirada para observarla. Los ojos de los dos brillaban en lágrimas. Le acarició la mano con la yema de los dedos, suavemente. Le brindó un cálido beso en su mano. Ella se estremeció. Dios... sentir de nuevo los labios de Austin sobre su piel, se había olvidado de lo perfecto que se sentía. —Sé que si te dejo ir ahora, no me lo perdonaré jamás... por favor, dime que no es tarde para decirte que...— Iba a continuar pero ella lo interrumpió.

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora