C.E. Cinco

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Capítulo especial-Cinco (Que hubiera pasado si Ares estuviera interesado en Venus pt.2)

Tiempo: Capítulo VI

Canción: river - bishop briggs

Ares. 

¿Cómo demonios puede estar tan tranquila?

Es más, ¿Cómo es que tiene tanta confianza con Gregory? Él la está molestando y ella no hace nada más que quejarse para evitarlo. 

Sin poder evitarlo, mis ojos recorren su cuerpo. Ese traje de baño le queda jodidamente bien. 

—Déjenla en paz, al parecer hay alguien en el mundo tan cursi como ella. —intervengo cansado de este estúpido tonteo que traen esos dos. 

Sin embargo, lejos de hacer lo que yo hubiera querido, Gregory la abraza. Chaqueo la lengua intentando mirar a otro lado. 

—Hay un chico en su escuela que le deja notas de amor, todos los días. —digo intentando que se separen de una vez. 

Las malditas notas. 

Mis palabras logran hacer efecto y se separan, pero solo para que después ella se vaya con Marco hacía el interior de la casa. 

¿Es que no se puede quedar sola ni una sola vez?

Mi cuerpo actúa por su cuenta y salgo de la piscina, agarro una toalla y me la paso por los hombros. 

Ignoro los llamados de los demás y entro a mi casa, recorro con la mirada la sala en busca de ambos hasta que escucho risas provenientes de la cocina. 

Venus está sentada sobre la encimera y Marco frente a ella. 

Muy cerca, no, no deben estar tan cerca. No tienen porqué. 

—Sammy te busca —interrumpo apoyándome en la puerta de la cocina, Venus baja la mirada al notar mi presencia y puedo notar el fastidio en los ojos de Marco. —, dice que es urgente. 

—¿Justo ahora? 

—Aja. —él chasquea la lengua, le dice algo a Venus que no logro oír y sale de la cocina, no sin antes pedirme que no la deje sola. 

Oh, no tengo intención de hacerlo. 

Cuando lo escucho lo suficientemente lejos, cierro la puerta de la cocina y puedo notar como ella se sobresalta por el pequeño chirrido. 

Una sonrisa ladida nace en mis labios mientras me acerco a ella. 

Esto será divertido. 

—¿Qué te dijo?

—¿Quién?

—Marco, antes de irse. 

—No tengo porque decirte. —se resiste aún con la cabeza gacha, me detengo entre sus piernas y empiezo a rozar sus piernas con la yema de mis dedos, siento como se estremece por la marca de agua que dejo allí. 

—Mírame, Venus. 

Ella obedece, sus ojos van desde mis ojos hacía mis labios. Acerco mi rostro hacía su oído y aspiro su aroma. Coco. 

La siento temblar cuando suelto aire por mi nariz, con cuidado dejo un casto beso en su hombro y la oigo suspirar. 

Suelto un gruñido al sentir endurecerse mi parte baja, ¿Cómo demonios es que logra prenderme de esta manera?

Alejo mi rostro y analizo su semblante, tiene los ojos cerrados y la boca semi-abierta. 

—Abre los ojos, Venus. —obedece, sin esperar más la sujeto de la cintura y la atraigo hacía mí; ella suelta un jadeo al sentir mi miembro ya erecto. —¿Te gustó dejarme con las ganas?

Se queda en silencio por un instante, hasta que siento como se presiona aún más contra mí; dejo escapar un pequeño gemido. 

—Fue divertido. —responde y siento su lengua en el lóbulo de mi oreja. 

Oh, no, no la dejaré tener el control esta vez. 

Coloco mi mano en su cuello y la alejo lo suficiente para poder notar su rostro de confusión, lentamente subo mi otra mano hasta la parte inferior de su traje de dos piezas y compruebo la humedad allí. 

La suelto y señalo su bikini, sin decir nada ella se deshace de eso y puedo contemplar sus senos a la vista. 

Acerco nuevamente mi rostro a su cuello y empiezo a dejar besos allí, bajando con lentitud hasta el área de su escote, ella estira su cabeza hacía atrás y suelta un gemido cuando succiono cerca de su punto débil. 

Sus manos intentan tocar mi abdomen, pero al instante sujeto sus antebrazos y los aferro a la encimera. 

—Eres un idiota. —maldice jadeando, pero se calla cuando hago un circulo con mi lengua al rededor de su pezón. —Oh, Dios. 

Satisfecho, empiezo a succionar y noto como se muerde el labio para no seguir gimiendo. 

—No hagas eso —ordeno deteniéndome. —, quiero que todos sepan que Ares Hidalgo está a punto de hacerte suya. 

No protestó y dejo de morderse el labio, empezó a mover su cadera maliciosamente hacía mi miembro. Solté un jadeo. 

No podía soportarlo más, necesito estar dentro de ella ahora mismo o me volveré loco. 

Sin pensarlo dos veces, baje lo que quedaba de su traje de baño y pude notar la impaciencia en su rostro cuando me baje los shorts. 

Agarre con fuerza su cadera para mantener el control y lentamente hice un pequeño contacto en su entrada, su rostro se estremeció al instante. 

—Hazlo de una vez. —pidió nuevamente. 

—¿No que no podía calentar a una virgen?

—Cierra la boca y hazlo. 

Con intención de no lastimarla, entre en ella con lentitud aguantándome las ganas de empezar a embestirla. 

Me detuve por un instante, ella soltó un gemido y pude notar como su interior se contraía al no estar acostumbrada. 

Estaba jodidamente estrecha y húmeda. 

Espere unos minutos hasta que empezó a mover su cadera por su cuenta, apegándose todo lo que podía a mí. 

Entonces la sujete por la cintura y empecé a penetrarla con fuerza, el dulce sonido de nuestros cuerpos chocando era música para mis oídos. 

Sus manos se aferraron a mi espalda y poco a poco encontramos un ritmo, que empezamos a seguir cada segundo. 

Tanta espera y pre-calentamiento valió completamente la pena cuando por fin estuve dentro de ella. 

Nuestros gemidos llenaban la cocina y me valió un carajo si los demás escuchaban algo. 

Después de unos momentos sentí que por fin llegaba al tan ansiado clímax, la embestí unas veces más antes de liberarme. 

Ambos soltamos un último gemido antes de separarnos por completo. 

¡Holaaaa! ¿Cómo están? Muchxs me pidieron este capítulo así que aquí se los traigo;)

También actualice Cuando lo Conocí, si le dan un vistazo se los agradecería mucho ya que tengo planeado terminarla para los wattys de este año y necesito de su apoyo <3

No se olviden de comentar que otro "Que hubiera pasado si" quieren. 

¡Besos de fresa! ¡Muak!

—Lxs ama, Mac <33

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora