¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ACTUALIDAD
NEREIDA QUERÍA HACER ESTALLAR EL CLUB CUERVO, tal vez si lo hacía, Kaz aprendería que no le gustaba que la dejaran esperando, mucho menos sin un solo adelanto de respuesta. Lo único bueno, es que sabía como se manejaba el cuervo, le había enseñado lo mejor, así que él pronto vendría volando hacia ella.
Luego de contarle sobre el trabajo, Kaz le dijo que lo pensaría y Nereida salió del club rodando los ojos a cada segundo, odiaba que le dijeran eso. Sabía que Kaz intentaría hacer todo sin ella, porque no le gustaba el apoyo que le brindaba Nereida, él quería trabajar por su cuenta, sin ayuda de la morena. Afortunadamente, la grisha era la única que le podía dar respuestas a Kaz de como cruzar la Sombra. Así que el cuervo la buscaría cuando no tuviera más solución.
Ahora Nereida se encontraba sentada en frente a su ventana, observando a través de ella como las personas en Ketterdam se movían de un lugar a otro, buscando una solución para sus vidas.
Sus manos estaban descubiertas, y una de ellas estaba apoyada en el cristal, que comenzó a llenarse de extraños hilos negros. Era como cuando llegaba el invierno y las ventanas se congelaban, solo que ahora era de sombra lo que llenaba el cristal.
Algo había pasado esa noche con Nereida, no se sentía bien. Algo en su pecho bombeaba demasiado fuerte y era como si quiera decirle algo, que ella no podía descifrar. Había algo, algo que no tenía respuesta a su parecer, pero la buscaba con ansiedad.
Alejaba su mano del cristal, cuando escuchó un ruido a sus espaldas. Con disimulo tomó el arma que estaba escondida entre su negro vestido, y se giró con rapidez, apuntando a quien se encontraba en su habitación.
—¿Dispararas?— la voz de Kaz superioridad y Nereida sonrió en grande al verlo allí, sabía que vendría.
Mientras bajaba el arma, Nereida noto como la mirada de Kaz se dirigía a sus manos y con rapidez las escondió tras su espalda. Tal vez haya visto las venas negras en ella, esperaba seriamente que no fuese así.
