¿ǫᴜɪᴇʀᴇs ʜᴇʟᴀᴅᴏ? |ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ ✅

PARTE 2

La casa de Wei Wuxian resultó ser una casa pequeña en un vecindario pequeño. Era un piso de una sola planta, luciendo muy deteriorado desde el exterior con algunos avisos rotos pegados en las paredes.

Lan Wangji frunció el ceño. Debería haberlo sabido. ¿Por qué otro motivo iba a vender un hombre helado cuando podría haber hecho otra cosa? Este hombre, Wei Wuxian, debe haber dejado la escuela hace mucho tiempo. Y sin una buena certificación, le era imposible entrar en ninguna de las buenas empresas.

Debería haberlo sabido.

"Gracias, profesor Lan," Wei Wuxian detuvo sus pasos cuando llegaron bajo el techo. "Estoy bien aquí. Puedo entrar yo mismo. Jajaja, bueno, el hecho de que acabara de tener un hombre enviándome a casa es tan ... eh, ¿cómo debería decir esto?

Se rascó la nuca; no parecía avergonzado, sino más bien incómodo.

"Pero esta bien. Cuando te vuelva a ver, te daré un helado, ¡gratis! ¿Tomarlo como una compensación? Er, ¿regalo de agradecimiento? ¡Cualquier cosa que te haga sentir feliz! "

"Está bien. También está en mi camino de regreso ".

Wei Wuxian le sonrió de nuevo, asintiendo.

"Profesor Lan, es una persona tan agradable".

Nadie le dijo esto nunca, no en su cara.

"Me encantaría ser tu amigo".

Nadie le dijo esto tampoco, en su cara o no.

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Al día siguiente, Wei Wuxian no estaba a la vista.

"Es tan raro. Nunca se toma un descanso ".

"¿Me pregunto qué pasó?"

"Oh, hombre, quería probar el nuevo sabor..."

"¡Oh, cierto! ¡¿No dijo que es una receta secreta ?! ¡Yo también quería probarla!"

Las conversaciones que captó en el pasillo hicieron que Lan Wangji frunciera el ceño. Su mente martilleaba con preguntas, su corazón latía de asombro. Por el muy poco conocimiento que tenía sobre Wei Wuxian, sabía que él no era de los que iban a desaparecer de repente de esta manera.

Reflexivamente, sacó su teléfono, queriendo llamarlo, solo para ver cómo estaba.

...cuando se dio cuenta de que no pidió su número.

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Justo después de que terminaran todas sus conferencias, Lan Wangji condujo de nuevo hacia el pequeño vecindario. Como le había dicho Wei Wuxian, no estaba muy lejos de la universidad; sólo diez minutos en coche y se encontró frente a la casa de Wei Wuxian, una que parecía tan descuidada como siempre.

Caminó hacia la puerta, a punto de llamar, cuando se dio cuenta de repente de que se había olvidado de traer algo. ¿Y si Wei Wuxian estuviera realmente enfermo? Si ese fuera el caso, debería haber traído una canasta de frutas o algo...

...

Quizás debería ir a buscar uno ahora.

Sin embargo, antes de que pudiera alejarse, la puerta detrás de él se abrió.

"¿Profesor Lan?"

Lan Wangji se dio la vuelta con cuidado. Por alguna razón, los latidos de su corazón resonaban en sus oídos, sus labios temblaban levemente. El hombre que tenía delante tenía las mejillas enrojecidas y, como de costumbre, sudaba. No necesitaba demasiada convicción para saber que, de hecho, se había enfermado.