Capitulo 24

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UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO 24

Sesshomaru:
Quién demonios es, dije que no quería que me molestarán.

Rin:
Soy yo Sesshomaru.

Dije entrando al despacho, se sorprendió al verme, lo noté al instante.

Sesshomaru:
Déjame solo, no quiero verte.

Rin salió al instante del despacho, ni siquiera la dejo hablar, las lágrimas amenazaban con salir, a paso lento se dirigió a la cocina.

Rin:
Kaede... por favor.

Kaede:
Señora está bien.

Rin:
Me duele un poco la cabeza, cena con los demás.

Kaede:
No nos va a acompañar señora y el señor ❓

Rin:
Tenía razón él... Él no desea salir y yo, quiero estar sola.

Rin se marchó a su habitación, con un nudo en la garganta, quería gritar, solo escapar, se acostó en la cama llorando incesantemente, hasta que el sueño la venció.
Mientras tanto el platinado, estaba en su despacho, sentado en su gran sillón de cuero, bebiendo, hundido en sus pensamientos, cuando el sonido de su celular, lo trajo de nuevo a la realidad, era un mensaje, no estaba muy interesado, pues era de Sara, luego de algunos minutos se decidió a abrirlo, se dio cuenta que aún no le quedaba claro, que le era bastante molesta.
La pelinegra, aún con la última advertencia de su jefe, decidió jugarsela, o caía de nuevo, o se despedía de su trabajo, estaba lista para lo que fuera, se puso una bata de seda negra, pensando en que la posibilidad que fuera a su departamento, era muy remota.
Mientras el platinado terminaba su trago, tomaba las llaves de su auto, dispuesto a buscar aquello que se le ofrecía, salió de la mansión, aún se sentía lo suficientemente lucido para conducir, pensaba en todo lo que sucedía ahora, sentía rabia, estaba dispuesto a todo por ella, y está solo se burlaba de él, aumento la velocidad, llegando en menos tiempo a aquel lugar.

💭Ya no podía más, me sentía asfixiado en esa casa, hubiera querido solo una charla, con el que considero como mi hermano, pero para mí mala suerte no estaba en la ciudad, golpearon la puerta, la verdad no deseaba ver a nadie, pues sabía que era alguien de la casa, cuando escuché su voz - Sesshomaru soy yo - llevaba mucho sin escucharla, sin verla, no deseaba encontrarme con ella, pues me sentía herido por su traición, por verme la cara de imbecil.
Déjame solo no quiero verte, le respondí, salió azotando la puerta, que infierno estamos viviendo, acaso esto es lo que deseo, estaba en esta batalla con mis pensamientos, cuando llego aquel mensaje, Sara, dije en voz alta, encontrándome con una foto bastante sensual, sabía que me gustaban aquellos encajes, definitivamente esta mujer le gusta jugar con fuego, no le había quedado claro con lo que pasó la última vez, demonios, y a quien le importa, llegué a su departamento, solo quería sacar esta furia que me hervía la sangre, basto tocar una vez para verla allí, con una bata de seda negra, sus labios rojos muy provocativos, sin decir una palabra la tomé del cabello, y la bese salvajemente, la alze y rodeo mi cintura con sus piernas, su boca abandono la mía para bajar hacia mi cuello, la lleve hacia donde ella deseaba tenerme, en su cama, esto no era una cita romántica, lo que menos quería era ser un caballero, la arrojé a la cama, y me detuve por un momento, era lo correcto me cuestioné, al diablo mi razón, estoy buscando lo que ella se niega a darme, me despoje de la ropa, hice lo mismo con ella, no necesitaba de caricias, solo saciar mis deseos, quería borrarla por un momento de mi mente, la tomé y entre de golpe en ella, la escuché gritar, empecé un vaivén rápido, fuerte, la escuchaba gemir y pedir más, y por supuesto se lo iba a dar, se puso encima de mi, tomé con fuerza sus senos, subía y bajaba, baje mis manos hacia su cadera para marcar el ritmo que deseaba, llegando así hasta saciar mis ganas, así continuamos un par de horas, hasta que sentí que era suficiente, entre al baño para asearme un poco, me vestí, y así en silencio como llegué, de igual forma me marché, llegué a la mansión, era de madrugada, solo quería ir a mi habitación, levanté la mirada y hay estaba ella.

💭La noche era algo calurosa, mire el reloj de mesa y era de madrugada, decidí ir a la cocina por un poco de agua, iba bajando la escalera, cuando la puerta se abrió, era él, nos miramos un momento, nos cruzamos cuando él iba subiendo.

Rin:
Dónde estabas ❓

El platinado se detuvo a un lado de la castaña.

Sesshomaru:
Creo que eso es algo, que no te interesa.

Rin:
Podemos hablar.

Sesshomaru:
No es el momento.

El platinado siguió su camino, la castaña salió al jardín, necesitaba algo de aire, pues era obvio donde él estaba, la mancha en su camisa era bastante  evidente, estuvo un rato más allí y regreso a su habitación...

Continuará...






( ꈍᴗꈍ)

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