Natalia García
La casa de Ale es increíble, grande y moderna, también los empleados son muy amables, al menos la joven que me dijo dónde estaba el baño porque realmente estaba perdida.
En mi mini recorrido por la casa vi muchas obras de arte que de seguro cuestan una fortuna y uno de otro cuadro de una señora rubia muy elegante, retratos familiares en diferentes ciudades, pero ninguna foto de Alessandro.
Tal vez si venga de intercambio como pensamos al principio.
Cuando vuelvo del baño Ángela me ve muy extraño y el italiano como siempre me ignora.
A veces creo que se gustan. No es nada nuevo que los hombres se mueran por mi amiga, pasa desde que estamos en highschool, pero lo que pasa con ellos es que los dos son tan cerrados de sentimientos que juegan a molestarse como niños de primaria.
Mi amiga se va a los pocos minutos llevándose el auto de mi hermano, me hubiera ido con ella como tanto insistió, pero quiero hacerme amiga de Alessandro, siempre que lo veo en la universidad está un poco solo.
De seguro ha de extrañar su país, amigos, familia y costumbres. Yo sé un poco de eso por lo que dice mi papá y mi abuela sobre México, es difícil estar en un país desconocido sin algún amigo y creo que Alessandro no están malo en el interior.
—¿Por qué Ángela se fue como espantada? ¿Se pelearon? ¿O le dijiste algo? — pregunto para sacar plática.
En el fondo creo que él quiere acercarse a ella y no sabe cómo, por muy guapo que sea socializar no se le da.
—¿Qué te importa? — me contesta un poco grosero—impicciona— murmura para sí en italiano, pero ya estoy tan acostumbrada a no entenderle que no me importa.
[impicciona: entrometida]
¿Por qué me tiene que contestar así, si solo fue una pregunta? ¿Acaso estoy mal por darle el beneficio de la duda? ¿Ángela tiene razón y si es un imbécil sin remedio?
—Perdono —menciona en italiano, levanto la cabeza sorprendida porque no me esperaba eso de su parte— tu amiga me desagrada, pero tú no tienes la culpa de eso.
[Perdono: perdón]
<<¿Desagradarle? Yo creí que hasta le gustaba.>>
—Tampoco tú le agradas mucho, pero ella no es mala persona, pero aparenta serlo— pienso que él es de la misma manera por eso chocan.
Trato de ver más allá de lo que quiere aparentar a los demás y veo a un chico como cualquier otro que le cuesta abrirse a las personas.
—¿Qué una rica principessa mimada que si necesita algo le hablas a su papi?
[principessa: princesa]
—Eso es pura pose, no tienes derecho a juzgarla y menos si vives en una casa cómo está, por Dios es 4 o 5 veces mi casa.
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Entre besos y engaños.
Romanzi rosa / ChickLitÁngela Brown, ante los ojos de la gente siempre ha sido la chica perfecta, ahora en la universidad tiene todo lo que siempre ha deseado; vive con su mejor amiga, estudia en una de las universidades más prestigiosas del país, tiene un grupo de amigos...