Yo te protegeré.

167 7 2
                                    

Siempre fui débil ante él. Pensó aquel muchacho de cabellos rizados y más feliz que nunca. Pero, ¿ante quién fue débil? He aquí la historia de amor de este oji-verde.

(...)

-LouLou, levántate o llegaremos tarde a la preparatoria.- el rizado le mueve insistentemente los hombros al pequeño cuerpo tumbado en la cama.

El rizado suspira al ver que ni se inmuta su compañero de cuarto, y probablemente también su compañero de alma, vida y corazón.

Decide recurrir al plan B, va a la cocina; prepara jugo de naranja, tostadas con mantequilla y sándwiches de jamonada solo para volver al cuarto y dejar ese delicioso desayuno en la mesilla donde quedaba al costado de la cama. Termina de ponerlo todo y, juntando sus manos a los labios grita casi-a-cinco-centímetros a la oreja del castaño.

-¡Louis, el desayuno se quema!- grita fuertemente causando que el aludido se despierte de golpe, sentándose al instante y chocar con el rostro de su querido compañero

-Auch ! - dice Harry, frotándose las dos manos en su adolorido rostro. Louis lo observa por unos segundos y le sonríe ampliamente.

-Buenos días- le saluda con su voz-no-tan-chillona debido a que recién se levanta. El castaño lo observa confundido y segundos después reacciona abriendo los ojos como platos y su boca en perfecta 'O' tapándose con sus dos manos. Apresuradamente se pone de pie y empieza a correr y a gritar.

-¡¡¡Mi desayuno se quema, se quema!!!- grita desesperado tratando de llegar a la cocina- ¡Harry, haz algo! ¡No te quedes solo ahí!

Oh, y sí que hizo algo el rizado, se dispuso a reír fuertemente que hasta el castaño pudo escucharlo, causando confusión en el oji-azul y algo de vergüenza.

-Lou, no se quema nada, lo hice para despertarte pequeño dormilón.- grita para asegurarse que lo escuchara hasta abajo.

El castaño se pone rojo de la vergüenza y tal vez un poco molesto por mentirle. Regresa lentamente a su habitación y encuentra al rizado mirándolo rojo debido a la gran carcajada que se echó, pero lo observa con ternura y cariño.

El mayor, aunque solo de edad porque de tamaño y personalidad es claramente menor que el oji-verde, se cruza de brazos apoyándose en el marco de la puerta, haciéndose el enojado y formando un leve pero tierno puchero.

-Me mentiste, ahora ya no hay besos ni abrazos para ti.- dice el mayor con su voz chillona y claramente fingiendo su tono de amargado. Harry se derrite ante eso.

-Perdóname LouLou- se acerca al castaño lentamente- pero no te despertabas ni con un concierto. Te hice el desayuno allí está.-le responde ya estando cerca de su bebé y de un brazo lo toma de la cintura y el otro le señala el desayuno de la mesilla.

Louis cae rendido y sus ojos brillan al ver su desayuno favorito, que curiosamente Harry casi nunca le prepara, solo en ocasiones especiales, da pequeños saltitos de alegría; le agradece al rizado besándole en las mejillas y la frente.(Poniéndose de puntitas, claro está)

Y se echa a correr dispuesto a tragarse todo lo que hay en esa mesilla. Harry se sienta al costado de Louis y le susurra.

-Louis, llegaremos tarde a la preparatoria y hoy es tu examen final de geometría.- le pone una mano en el muslo de Louis y le acaricia lentamente. Louis bufa y rueda los ojos, susurrándole de vuelta.

-Odio con toda mi alma geometría y estoy seguro que el sentimiento es mutuo- dice con la boca llena de sandwich. Harry ríe ante eso.

-Pero recuerda que hemos estudiado ayer toda la noche para que salgas aprobado, no quiero que todo se eche a la basura por llegar tarde.- deja de acariciar su muslo y se levanta.- me voy a cambiar de ropa y tú vete a duchar y a vestirte.

Yo te protegeré. ||Larry Stylinson|| O.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora