Capítulo Único.

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La chica soltó un fuerte suspiro, frustrada por tener que pasar por lo mismo de todas las mañanas. Detestaba tener que llegar tarde a clases, prefería llegar temprano y quedarse un rato leyendo algún libro en la biblioteca, pero no, porque siempre tenia que batallar para que su torpe hermano sacara su estúpido trasero de la cama.

-- ¡¡King!! ¡Ya levantate o llegaremos tarde a clase! --entró reclamando a la habitación, empezando a perder la poca paciencia que tenía.

King se removió entre las sábanas y se acurrucó un poco más contra su enorme almohada.

-- Solo cinco minutos mas, Elaine.

Cinco minutos, ¡CINCO MINUTOS! Si claro, como si no lo conociera lo suficiente y sabía que esos cinco minutos se convertirían en media hora.

Resoplando, Elaine se acercó a él y empezó a jalarlo de los pies para sacarlo de la cama.

-- ¡Ya levantate, Harlequin! ¡Sabes que odio llegar tarde! --si por ella fuera se iría sin él, pero resulta que él era el único con una licencia de conducir, y si se ponía a caminar llegaría igual de tarde.

El castaño se quejó un poco y luego se aferró con fuerza a la orilla del colchón, para que ella no lograra tirarlo al suelo.

-- Solo un ratito mas, Elaine.

Ella lo soltó, resoplando irritada, su hermano no tenia ningún remedio, estaba en el ultimo año de preparatoria y aún no era lo suficientemente responsable como para llegar a tiempo a la escuela. Prefería araganear en lugar de estudiar.

-- ¡Tu flojera solo va a llevarte al fracaso, Harlequin! --exclamó, ya harta de esa situación.

-- Al menos me va a llevar, así no tendré que caminar.

Su hermana solo gruñó aún mas irritada y salió de su habitación dando un portazo. King escondió su rostro en la almohada ahogando una risotada en ella. Era tan divertido molestar a su hermana en ocasiones.

Suspiró resignado a que ya no volvería a conciliar el sueño, y se levantó para ir al baño y darse su respectivo aseo matutino.

(............)

Elaine se mantuvo con los brazos cruzados estando muy molesta durante todo el trayecto hasta el instituto, mientras que King solo permanecía con una expresión de aburrimiento en el rostro, a él no le hacia ninguna emoción llegar temprano a clase, ¿para qué tanta insistencia de su hermana por llegar tan temprano todos los días?

Ella se bajó de inmediato una vez el auto se detuvo en el estacionamiento del colegio, y se dirigió con rapidez dentro de las instalaciones escolares, dejando a su hermano atrás.

Fue directo hasta su casillero, guardando en él algunos libros que tendría que devolver a la biblioteca mas tarde. Y justo cuando lo cerró pegó un ligero brinco al encontrarse con aquella mirada color Rubí que había estado escondida tras la puertilla.

-- E-eh ho-hola, Ban. --saludó dejando entrever el pequeño nerviosismo que su presencia causaba en ella.

-- Que tal, Elaine. ¿Como amaneciste hoy? Más linda que ayer, me parece. --él le sonrió, mirándola con intensidad.

-- Ah, claro que no, estoy igual que todos los días. Y amanecí muy bien, --se llevó un mechón de cabello tras su oreja, dedicándole una sonrisa con los ojos cerrados-- gracias por preguntar, Ban. Aunque tuve el mismo disgusto de todos los días.

-- ¿Tu hermano sigue siendo un fastidio?

-- Toda la vida.

Ambos rieron por lo dicho, Ban y King estaban en la misma clase, y eran de esos amigos que no siempre se llevaban bien, pero se apreciaban. Y aunque fuese su amigo (o amienemigo), Ban no podía ignorar la fuerte atracción y fascinación que sentía por su hermana. Elaine era hermosa, divertida, juguetona, bondadosa e increiblemente tierna, era imposible para él no sentir nada por esa chica, valla que si le gustaba, aunque aún no se lo dijera directamente.

Elaine suspiró frustrada por quizá décima vez en esa mañana, al escuchar la campana que indicaba el inicio de su clase, si su hermano fuera menos flojo habrían llegado con un poco mas de anterioridad, y así habría tenido mas tiempo de seguir coqueteando con Ban.  Si, su urgencia por llegar temprano no era por el inicio de clase. El chico le gustaba mucho y hacía lo que podía para pasar más tiempo junto a él sin que King se diera cuenta, de enterarse pondría el grito en el cielo.

Ban hizo una mueca por la interrupción, honestamente le imporatba un bledo entrar tarde a su clase, la única razón para llegar temprano al Instituto era porque así podía pasar un rato con Elaine, aunque unos simples minutos siempre le parecían insuficientes. Y no iba a escaparse de clase para andar con ella porque sabía lo importante que eran sus estudios para Elaine, no iba a arriesgar el perfecto expediente escolar fe la chica, eso seria demasiado egoísta para él. Ban volvió a mirar los llamativos ojos amielados de Elaine y sonrió.

-- ¿Nos vemos en el almuerzo, bonita?

Ella le devolvió la sonrisa, siendo acompañada por un ligero sonrojo en sus mejillas.

-- Por supuesto, Ban. Nos vemos luego. --ella se giró,  despidiéndose con una mano sin dejar de sonreirle.

Ban no apartó la mirada de ella en ningún momento, aún después de haberse perdido entre los pasillos y la marea de estudiantes del instituto, cuando un golpe en su espalda lo sobresaltó.

-- No quieran verme la cara de idiota. --King se acomodó levemente el flequillo en su frente mientras Ban se giraba hacia él con una descarada sonrisa.

-- Tu cara naturalmente es de idiota, por lo que es preferible no verla.

Harlequin apretó los dientes con molestia, pero mantuvo la compostura y lo miró con severidad.

-- Escuchame bien, Ban. Si le llegar a hacer algún daño a mí hermana, te las vas a ver conmigo. --le advirtió con firmeza, para luego continuar su recorrido hasta su salón de clase.

Ban bufó mientras rodaba los ojos, ¿él lastimar a Elaine? Si claro, ni en su más horrorosa pesadilla iba a ser capaz de algo así. Elaine era una pequeña preciosura que había que cuidar con su vida.

Sin más, estiró los brazos y siguió el mismo recorrido detrás de Harlequin.





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⏰ Última actualización: Jun 13, 2021 ⏰

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Por las mañanas.  ~Banlaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora