El día por fin había llegado, Sasuke se paseaba por toda la habitación de un lado a otro dejando en claro su nerviosismo, de vez en cuando dirigía furiosas miradas a la puerta que estaba frente a él. ¡Ya había tardado cuarenta minutos! ¡Cuarenta!
– ¡¿Qué tanto haces?! Pretendes quedarte toda la tarde ahí –comentó el pelinegro molesto.
–No es mi culpa, teme –contestó Naruto con la voz agitada.
–Sal de ahí, deberíamos haber salido desde hace cuarenta minutos –reclamó acercándose a la puerta y girando la manija, pero seguía cerrada.
–Lo sé, pero esta estúpida camisa está mal.
–Yo te ayudo, sal –dijo Sasuke llevándose su mano a la cabeza, sobando sus sienes.
Segundos después salió Naruto, mostrando un pantalón sastre de color azul oscuro, la camisa blanca estaba mal abrochada, y el saco estaba mal acomodado.
–Tardaste tanto para nada –soltó dejando que un suspiro saliera por sus labios.
– ¿Están bien? –se escuchó la voz de Minato fuera de la habitación.
–Salimos en un momento –contestó Sasuke acercándose a Naruto, sus manos comenzaron a desabrochar la camisa, haciendo que las mejillas de Naruto se sonrojaran.
–No es momento para eso Sasuke –dijo en un susurro tímido.
–Deja de pensar cosas pervertidas, estoy acomodando tu camisa –dijo acomodando la prenda para abrochar los botones. –No puedo creer que ni siquiera puedas hacer esto.
Naruto entrecerró los ojos e hizo un puchero inflando los cachetes al momento que desviaba la mirada.
–Yo no tengo la culpa de que ésta camisa esté mal –gruñó.
– ¿Dónde está la corbata? –cuestionó el pelinegro fulminándolo con la mirada.
–En la tasa del baño –contestó cruzándose de brazos –esa cosa no sirve, no entiendo porque tengo que usarla.
Sasuke se llevó una mano a la frente y sonrió de medio lado, a veces Naruto podía ser un tonto, pero le divertían sus reacciones. De ante mano sabía que había tirado la corbata porque no se la pudo poner. Lo miró un momento y segundos después se quito su corbata, aventándola a la cama.
–Salgamos, deben estar esperando por nosotros –dijo el pelinegro caminando hacia la puerta.
Naruto asintió y siguió a su novio rumbo a la parte trasera de la casa, donde los invitados soltaron una exclamación cuando vieron aparecer a los novios.
–Ototô-baka, pensé que habías huido –comentó Itachi sonriendo de medio lado.
–No soy un cobarde para huir –contestó mirando a su hermano con el entrecejo fruncido.
–No es momento para bromas. La ceremonia no puede empezar sin los novios –dijo Minato con una hermosa sonrisa adornando su rostro.
Sasuke asintió con la cabeza mientras que Naruto comenzó a sonreír nerviosamente y después los dos se dirigieron hacia una mesa al fondo de la habitación, con un largo mantel en color naranja, más adelante se encontraba un enorme jardín adornado en tonos naranja, pues Naruto así lo había elegido y no había aceptado otros colores por más que le insistieran.
Llegaron frente al hombre que estaba detrás de la mesa, con una sonrisa forzada.
–Iniciaremos con esta ceremonia –dijo de forma sería. Los invitados se acercaron al lugar, cuando estuvieron todos, el señor prosiguió –. Deben entender que esto es una decisión importante, si aceptan estar juntos deben soportar estar en las buenas y en las malas…
Naruto al principio escuchaba lo que decía el hombre calvo, pero después solo veía su boca moverse mientras en su mente tarareaba una canción que había escuchado momentos antes, eso en definitiva, era demasiado aburrido, él solo quería acabar con eso y poder comer el delicioso ramen que lo estaba esperando, ese delicioso y humeante tazón por el que había luchado para que se sirviera al concluir la ceremonia, aunque a Sasuke no le hubiera agradado terminó aceptando.
–Naruto –susurró Sasuke dándole un ligero codazo, pero el rubio seguía mirando a la nada, con una tonta sonrisa en su rostro. –¡Naruto! –dijo golpeándolo con más fuerza, logrando hacer reaccionar al rubio.
–No me pegues Sasuke –dijo con el entrecejo fruncido.
–Uzumaki Naruto –lo llamó el hombre frente a ellos, captando la atención del ojiazul –. Aceptas estar con Uchiha Sasuke.
–Claro, dattebayo –contestó sonriendo.
–Uchiha Sasuke, aceptas a Uzumaki Naruto, como tu compañero de vida.
El pelinegro volteó a mirar a Naruto, observando la hermosa sonrisa que le mostraba. Pensando en todo lo que habían pasado para llegar a ese punto. Sabía que no era una equivocación, él quería estar al lado del escandaloso rubio, no quería que nadie se le acercara con doble sentido… Naruto solo era de él.
–Teme, contesta –dijo el ojiazul zarandeándolo del brazo.
–Sí, acepto –contestó haciendo que los presentes aplaudieran.
–Bien, ahora solo deben de firmar, junto con los testigos. –informó poniendo un grueso libro repleto de hojas frente a los novios.
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Sentimientos que nunca mueren
FanfictionItachi, estaba al lado de Minato, el único que había logrado entrar a su corazón después de que Madara muriera. Cuando por fin pensaba que sería feliz la vida le pone la prueba más difícil... Madara sigue vivo. ¿Se quedará con el amable y lindo Mi...