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La mañana claramente no había sido la mejor, despertó con los terribles gritos que propiciaba su madre, quien una vez más era severamente reprendida por su padre, quien se enojo porque al despertar el desayuno aún no estaba listo, o almenos es lo único que Timoteo alcanzó a escuchar antes de taparse fuertemente los oídos con sus manos mientras se hacía bolita debajo de sus sábanas.
Cuando por fin sintió que todo en la planta baja había sesado, se apresuró a cambiarse y bajar a desayunar. Su padre quien parecía más tranquilo, estaba sentado mientras sostenía su periódico y fumaba un puro, sin afanes de enojarlo nuevamente se sentó en silencio y con la cabeza gacha.
— buenos días madre, padre — dijo cuando se terminó de sentar y vio como su madre se acercaba con dos platos de comida, uno para su padre y otro para el.
Cuando su padre no estaba se permitía ayudar a su madre con algunos quehaceres de la casa, a barrer, trapear o servir los platos, pero sabía que ese tipo de conductas no eran propias de un "hombre" según las ideologías de su padre y para evitar pleitos, se comportaba como se supone debería, cuando esté se encontraba en casa.
— Buenos días cariño, aquí tines tu plato — su madre le revolvió sus cabellos color Avellana y le sonrió tranquilamente.
Cuando la miró bien, pudo notar un ematoma morado debajo de su ojo, su labio estaba partido y con rastros de sangre seca. Quiso gritar, quería poder salvar a su madre de ese terrible hombre que tenía por padre, pero no podía, no tenía la edad suficiente y sabía muy bien que en ese pequeño pueblo en el que vivía, nadie podría ayudarlo.
— hijo — mencionó el hombre de cabello negro bajando el periódico — quería felicitarte, tu maestra me ah mencionado que has sido el mejor de toda tu clace, como recompensa dejare que utilices el bote tu solo, como tanto has querido — menciono y comenzó a comer.
Estaba por demás decir que Timoteo estaba más que feliz, su padre le había prometido que al cumplir 17 años podría usarlo, sin embargo aún no se había dado la oportunidad, estaba satisfecho de que todo su esfuerzo hubiera válido la pena.
—muchas gracias padre, te aseguro que tendré mucho cuidado — contesto emocionado, volteo a ver a su madre quien le veía desde una esquina con una gran sonrisa.
— mujer, ¿que haces ahí parada?, ven a sentarte y acompáñanos a comer — hablo su padre con una voz más calmada y palmeando el lugar a su lado.
Su madre acato la orden complacida, de echo, Timoteo aún se sorprendía de que se sentará a lado del hombre que momentos atrás la había golpeado, y aún más cuando noto lo feliz que estaba, nunca podría entender cómo es que aquello que sus padres tenían podía considerarse amor, y mucho menos la actitud tan sumisa de su madre, le hervía la sangre, pero no le quedaba más que resignarse.
El resto de la comida pasó en silencio, al terminar salio de la casa junto con su padre para revisar el bote antes de que pudiera irse, el día estaba soleado, los rayos de luz eran potentes haciéndolos sudar, comprobaron que las velas estuvieran intactas y que no hubiera alguna fuja en alguna parte.
— todo esta en orden, intenta no tardarte tanto, te quiero aquí antes de que se ponga el sol — su padre lo miró fijo, provocando que Timoteo temblara.
— está bien padre, tendré el debido cuidado y regresaré a tiempo — intento sonar firme, pero aun así sus piernas estaban a punto de seder.
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My place is with you
FanfictionLa época de 1960 no es fácil, existe mucha desinformación, discriminación, fanatismo por la religión y sobre todo un terrible y estricto modo de enseñanza. La mayoría de jóvenes desea vivir en un mundo mejor, donde no exista nada de lo antes mencion...