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Detrás del auto cinema hay una escondite que muy pocos conocen, en realidad sólo dos personas saben sobre él. Bajo el gran letrero que anuncia las películas y el horario, donde las descuidadas plantas crecen y se enredan en donde pueden. En ese lugar, dos personas son las que ahora se miran con mutua molestia y las palabras en la boca dispuestas a salir en cuanto uno haga cualquier movimiento.

— ¿Es tan difícil de entender?— la voz del menor suena incrédula. — No estoy buscando el amor verdadero esta noche, Seokjin.

Aquel pelinegro de ceño fruncido se cruza de brazos mientras que el mayor alza una ceja sin poder creerlo. Ese chico no es de esos que tiene aventuras de una noche y luego se olvida de todo. Mucho menos con alguien de su mismo sexo. Seokjin se encuentra de pie frente a él intentando deshacer aquella mentira.

— Tú no eres de esos, no digas tonterías, además yo tengo novia.

Y esa es la excusa perfecta, para todo aquel que tuviera dudas acerca de la cuestionable sexualidad de Kim Seokjin, cuando el mayor llegara tomado de la mano con una hermosa chica del pueblo sería ese, el punto final del debate. La prueba irrefutable de que Seokjin no tenía pensamientos insanos, no estaba desviado ni mucho menos deseoso de pecar. El mayor solía sentirse mal por eso pero en realidad la chica le gustaba, claro que no tanto como le gustaban los chicos, pero ese no era el punto.

— Sí, ya que hablamos sobre eso— el menor ladea la cabeza y chasquea la lengua recordando la primera vez que lo vio tomado de la mano con aquella rubia. — ¿Cuándo vas a deshacerte de esa tonta?— le pregunta con el ceño fruncido y esa pose de reclamo que volvía loco al castaño. — Es a mi a quien deberías estar viendo.

Jungkook clava su mirada en los labios del mayor viendo como se relame nervioso y guarda silencio como si temiese decir algo que lo ponga en evidencia.

Seokjin sonríe mientras le da una negativa y se ajusta la chaqueta amarilla que eligió luego de probarse otras cinco más. Jungkook en cambio sabe que está más cerca de su objetivo cuando el mayor comienza a relamerse los labios cada vez más lento. Porque lo conoce, porque puede sentir su deseo bailar en el espacio entre ambos, casi saborea el beso que ha estado esperando desde que le habló en el colegio para citarlo y verse en el lugar.

La película va por la mitad cuando ellos apenas están empezando, en ese momento en algún lugar de la laguna de automóviles una chica de rizos rubios en un Cadillac rojo se pregunta dónde se ha metido su novio.

Pero tendrá que esperar un poco más porque ese mismo chico ya está acorralando contra la pared a un pelinegro que satisfecho comienza a besarlo como si el mundo se fuese a terminar después de eso. 

Jungkook trabaja todos los días, de ocho a nueve de la noche, sirve coca cola y papas fritas en el auto cinema y Seokjin siempre sabe donde encontrarlo. Desde hace meses que se conocen, desde hace meses que el mayor descubrió el secreto del menor. En aquel escondite que se volvió solamente para ellos. Donde la pálida luz de luna les dejaba apreciarse como realmente eran.

— Pienso en ti todo el tiempo Seokjin— susurraba Jungkook cuando los labios del mayor dejaban su boca y se adentraban en lo profundo de su terso cuello. Jungkook olía a cereza por los dulces que comía a escondidas durante su jornada de trabajo. — Te ves muy bien usando mi chaqueta.

Seokjin pretende no escuchar todo eso mientras delinea con sus manos el abdomen del pelinegro, mientras besa el final de su mandíbula. Pero la voz de Jungkook es meliflua cuando Seokjin lo besa, provocando que el corazón dentro de su pecho se acelere.

— Las fantasías sobre ti son una mina de oro— le confiesa sin pudor sintiendo sus manos calientes al buscar más contacto.

Y justamente eso es lo que hace que Seokjin vuelva a atacar los labios del menor, para que cierre la boca, porque sabe que no es tan capaz de resistir a las tentaciones constantes de Jungkook. Lo tiene en sus manos y no se da cuenta.

— Me has gustado desde que era un niño— dice esta vez cuando comienza a quitarse la chaqueta de mezclilla y Seokjin no puede evitar abrir sus ojos sorprendido. — Pero no salgas corriendo, no quiero que me des nada, sólo pon un dulce beso en mis labios.

Y Seokjin obedece, sabe que no tiene más que hacer aparte de hacer caso a ese pelinegro de ojos brillantes que ahora se encuentran cerrados, disfrutando el beso y enredando sus dedos en el cabello largo del mayor. Y el supuesto dulce beso se convierte en uno profundo y que hace estremecer a ambos. Nunca se habían besado de esa forma y lo saben.

Seokjin piensa que si no fuera tan cobarde podría quizá estar con Jungkook, a escondidas y de manera muy distinta, pero no puede, jamás podría ponerlo en riesgo. Y aunque el menor no estuviese enterado del todo, ellos tenían algo, algo que hacía sentir libre al castaño y sólo entonces le bastaba con esa sensación momentánea, egoísta y cobarde.

Jungkook piensa que es una lástima que sea un chico pero sabe dentro de él que ninguna chica podría darle lo que él le daba a Seokjin, ni siquiera esa que tenía por novia. Que si le diese una oportunidad lo haría tan bien que jamás se le ocurriría buscar a nadie más.

Y los dos piensan en ese momento que la ropa es demasiada y que deben hacer algo al respecto. Las prendas caen al pasto y el aire les causa escalofríos pero siguen adelante comenzando a robarse el calor corporal del otro. El ruido lejano de la película les avisa que están en el momento perfecto pues una escena de acción seguramente se roba la atención de todos en sus autos.

Jungkook tapa la boca de Seokjin con su mano cuando da la primer estocada mientras las pálidas manos de Seokjin se aferran a la pared de concreto y cuida incluso en ese momento de no estropear su manicura. Jungkook ama esos detalles porque sabe que eso hace a Seokjin más real y menos pretencioso como suele ser con los demás.

— No hagas ruido bebé— le susurra al oído mientras Seokjin asiente y abre más las piernas sintiendo el típico temblor en ellas cuando golpea su punto dulce.

El sabor a cereza y goma de mascar de menta se fusionan en sus bocas y contentos con eso el olor de sus cuerpos también se fusionan creando el mejor perfume en la tierra.

La película está por terminar y Jungkook lo odia porque sabe que cuando por fin termine ellos también lo habrán hecho y volverá a ser solo el encuentro de una sola noche.

Jungkook le dice a Seokjin que puede ser su amor de una vez pero por dentro quiere ser el de toda su vida.

El menor suelta una lagrima de satisfacción al llegar al orgasmo que empapa la mano del castaño que seguía sosteniendo su rostro. Seokjin abre sus ojos curioso y ve los ojos brillosos de Jungkook con temor.

— ¿Te lastimaste? ¿Jungkook?

Seokjin sin obtener respuesta aún, comienza a revisar a Jungkook de arriba a abajo buscando algún signo de daño pero el menor se limpia las lágrimas y niega con la cabeza.

— Estoy bien— dice por fin haciendo que Seokjin suelte un suspiro de alivio. — Pero mi corazón está destrozado.

El mayor baja la vista y comienza a recoger la ropa del pelinegro para ponerle cada prenda, desde sus jeans hasta su chaqueta de mezclilla. Le peina el cabello y deja un beso en su frente tan delicado que Jungkook siente cosquillas en su estómago.

— Soy el chico más lindo del pueblo, entonces ¿por qué eres tan malo conmigo?— la voz suave del menor distrae a Seokjin de abrocharse su cinturón.

Y piensa que en ese instante podría volver a comérselo a besos pero la película ya debió haber terminado y debe volver e inventar una excusa para su novia.

— Exacto, porque eres el chico más lindo del pueblo, no eres la chica más linda del pueblo.

Termina de ponerse su chaqueta y mira una última vez al pelinegro que aparta la vista de inmediato. Jungkook no puede dejar que lo humillen así, se abre paso golpeando el hombro del castaño y está por irse cuando algo lo detiene.

— ¿Qué demonios estaban haciendo?

Esa voz alerta a Seokjin y sabe que están en serios problemas cuando su novia está parada frente a ellos con una mueca de asco y ojos prejuiciosos.

No sabe por qué pero Jungkook tiene una sonrisa dibujada en sus rojizos labios y él se encuentra más pálido que la luz de la luna esa noche

pale moonlight ¡! kookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora