farah.
estaba rendida, me había rendido.
no pude dormir por tratar de recordar el rostro de la persona; tal vez si recordaba podría investigarlo en instagram, pero por más que intenté, nada vino a mi.
así que con los ánimos por los suelos, entré a mi universidad, viendo mis zapatos y tratando de averiguar si no había tomado un zapato de color diferente.
supuse que sí cuando un idiota —de nombre que no recordaba en ese momento—, se acercó a mi riendo con ganas.
— vaya, cada día me sorprendes más. — dijo mientras observaba mis zapatos, yo simplemente quise salir corriendo de ahí — la semana pasada fueron azules y verdes, hoy son amarillos y morados.
— déjame en paz.
— acromi, ¿quieres acompañarme el día de hoy a.. — lo callé.
— ¿quieres irte a la mierda? — gruñí — tarado.
me zafé de su vista, y comencé a caminar lejos de él, no sin antes escuchar alguno comentario burlesco de su parte. cerré los ojos queriendo calmar mi sed de regresarme a sacarle los ojos, y suspiré.
solo resiste, farah, eres buena haciéndolo.
al entrar a clases, mi mirada grisácea fue a parar en min yoongi, lo más cercano a un conocido/amigo que tenía.
callado, algo reservado con los demás, pero lindo.
y educado, lo mejor de todo.
— hola, farah. — dijo con la mirada pegada en su teléfono, de seguro hablando en ese grupo de amigos que tenía, y en el que hablaba siempre.
aunque, bueno, no es que yoongi hablara tanto, ¿entienden? si no que.. sí, ustedes entienden. yoongi observaba, reía, y opinaba desde lejos.
sonreí al llegar a su lado. — hola, yoongi. ¿algún cumplido para mi calzado? — bromeé.
yoongi despegó su vista de su aparato, y la bajó a mis pies, para luego enseñarme una sonrisa de gomita, como solía llamarle. cerró sus ojos tiernamente mientras reía a carcajadas en silencio, y sacudía sus hombros sutilmente, como acostumbraba a hacer.
reí.
— f-farah, pídele ayuda a tus papás, por dios. — dijo entre risas.
— ¡salieron al trabajo temprano, me tuve que venir en autobús! — negó.
guardó su teléfono, y supe que tenía algo qué contarme cuando palmeó el asiento a su lado.
dejé mi mochila en la mesa, y me senté con cuidado. hice una mueca cuando me pregunté de qué color era el cabello de yoongi exactamente, de qué color eran sus ojos, su piel, sus labios, en fin, de qué color era yoongi.
— ¿recuerdas a namjoon?
— hoyuelos, tamaño monstruo, y voz profunda. yoongi, ¿cómo voy a olvidarlo cuando estamos pegados a él como sanguijuelas.
— cierto. — asintió — bueno, su novia lo engañó.
¡mierda, esa no me la esperaba!
— ¡no! ¿cómo pudo hacerlo? ¿él está bien?
yoongi asintió. — lo está, un poco triste, pero nada que no pueda manejar. hoy a la salida pasará, e iremos a comer algo.
— ah, suena bien, ¿sabes qué deberías de hacer? deberías llevarlo a un bar, ya sabes, donde la gente ahoga sus penas, y esas cosas.
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soul tells 색상 ; park jimin.
Fiksi Penggemaresa noche, mi corazón se partió -si es que se podía aún más-. esa noche, lloré hasta que perdí todos los sentidos y mi cuerpo perdió toda la fuerza en él. esa noche, quise regresar el tiempo al primer día que lo conocí. esa noche, jimin se suicidó...