My Pretty Snow

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*una continuación de My Pretty Sleeper.

-Cinco años, por supuesto cinco años bailan en mi cabeza, lo sabes. ¿Qué podría faltar? -preguntaba hacia una Samantha Arias que había girado por quinta ocasión los ojos, claro que ella necesitaba un respiro, Ruby había crecido volviéndose un torbellino y Alex parecía un buen soporte por las próximas horas fuera. Pero ahora deseaba volver a casa y ver cómo Ruby había estrellado la pantalla de sesenta pulgadas con el balón, (o al menos eso había dicho Alex) aquello era mejor idea que escuchar a Lena enfrascada en la misma conversación en los últimos meses-. Yo no lo entiendo, lo sabes, Sam, lo sabes ¿no? Yo no deseaba esto, pero ahora ella... Es su culpa

-¿puedes siquiera intentar hablarlo? -intentó sabiendo la próxima respuesta

-¡oh! Por supuesto que no ¿Qué va a pensar? ¿Qué estoy desesperada?

-¡lo estás!

-pero ella no lo sabe -lanzó Lena elevando el índice dejando en claro aquello

Samantha maldijo por debajo para después continuar -Lena, sabes que te amo y que eres la parte incómoda que me complementa, pero han pasado nueve meses, nueve meses de quejas, nueve meses... Oh dios, lo mismo que tarda un bebé en gestarse, lo que tienes ahí es un bebé de quejas -Samantha pareció llegar a la conjetura más brillante

-tus bromas son idiotas si son a mi costillas, Sam -pero para Lena nada era divertido

-de acuerdo, a lo que voy... Ve con Kara y...

-¡No! No lo voy a hacer, pensara que la estoy presionando

-¡ella te lo propuso!

-lo sé, ¡lo sé! Estuve ahí ¿Lo olvidas? ¡Una año Samantha! Lo hizo hace un año

-quizá ella lo olvidó -bromeó su amiga hundiéndose en hombros

-basta...

-lo que intento decir, es que seas una mujer madura y resuelvas esto, en un o un no, sí ella te da el no, de acuerdo, estaré allí para ti como siempre lo he hecho, eres Lena Luthor, te recuperarás. Sí te dice sí, ¡carajo! Se suben a un avión y las veremos en las vegas, tan rápido como eso, antes de que Kara cambie de opinión -para Samantha aquello era tan sencillo, no evitaba pensar que los líos siempre venían por la estúpida idea de suponer demasiado

-parece tan fácil...

-¡lo es!

Lena suspiró -quizá ella ya no está segura de casarse

-joder... -Samantha se irguió en su asiento, por supuesto que aquello era sobresaliente, había escuchado las quejas repetidas de su mejor amiga durante nueve meses pero aquello dicho oprimió su pecho-. Lena, Kara te ama, tu solo estás imaginando cosas por todo este lío que puedes solucionar hablando

Lena miró hacia la taza de café, colocó en mechón oscuro tras su oreja de manera determinada -¿Sabes? Lo dejaré pasar, daré vuelta a la hoja, y dejaré que el tiempo lo decida

-eso es lo contrario a lo que debes hacer...

-si Kara se ha arrepentido del matrimonio, respetaré su decisión

-joder... ¿Tú nunca escuchas?

-eso haré, por supuesto

Lena sonrió a medias, su catastrófico plan parecía un pequeño parche en una grieta evidente, pero funcionaba según su perspectiva. funcionaria por unos meses, se dijo nuevamente. El desayuno pasó, se despidió de Sam y salió a paso presuroso del restaurante

My Pretty Snow (OneShot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora