- ¿Piensas llevarte esto? - sugirió Adrianne mientras se acercó a mí y me entrego un perchero amplio en el cual se encontraba mi capa y un collar con el escudo de los Vulturi.
Mi capa era roja en su totalidad era la más perfecta de todas, Aro ordenó a confeccionarme una tanto para Adrianne como para mí, ella fue la de la idea que obtuviera una roja en su totalidad, según ella porque era especial y logró su cometido, era linda y aunque lucía como caperucita, no era para nada tierna, ni una niña, era un disfraz como ella decía. Al parecer para Adrianne mi capa era como si ver al mismo diablo, tampoco me consideraba una pero mi poder era inigualable, había entrenado tanto durante esto tiempo y conseguí perfeccionar cada hechizo, mi parte lobo también había mejorado bastante y la parte de vampiro lo supero más con cada pelea, ahora ya casi no usaba mucho mi mágica solo en ocasiones, pero en cuanto a lucha, sabia defenderme muy bien y todo fue gracias a Jane. El collar por supuesto que lo llevaría, pero no la capa, era muy pesada y no quería darle explicaciones a Carlisle sobre que pertenecí a los Vulturi.
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-No, mi padre puede hacer preguntas y no deseo contarle aún esto......-sugerí.
-Ya sabes donde se encuentra.... - murmuró la pelinegra mientras guardaba la capa y se acomodaba sobre mi cama.
-Jane me dijo que, según informantes, estaba en Denali, dijo que había otro clan ahí y que no estaba solo. Tenía una familia, una esposa e hijos adoptivos..., - susurre con una pequeña sonrisa en mis labios de solo pensar en Carlisle como un padre adoptivo para todos
-Vaya, su don es adoptar o en este caso, dar segundas oportunidades... - susurro Adrianne.
-Me dijeron que son 6 en total, Carlisle y su pareja y cuatro hijos adoptivos, pero estos eran dos parejas, Solo esos datos he sabido, pero ayer me dijo que se movilizaron. Ella dijo algo como "el clan Cullen se movilizó a una ciudad pequeña en el noroeste de Washington llamada Forks". Ahí es a donde iré. - le dedique una sonrisa a Adrianne y cerré mi maletín, tenía más ropa, pero no llevaría más, podía comprarla luego.
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-Sabes que te voy a extrañar cierto? - Adrianne se levantó y se acercó a mí, mientras tomaba mis manos.
-No más que yo, de eso estoy segura. Gracias Adrianne, a mis cortos 17 años biológicos y teniendo casi 140 años de vampira - loba- bruja, no pude haber pedido otra mejor amiga, nunca en la vida. Eso tenlo por seguro, gracias por todo......realmente aprecio todo lo que has hecho por mi - susurre mientras ahora lágrimas recorrían mis ojos, sabía que iba a cambiar todo, no iba a tener a esa compañera de tantas décadas junto a mí, en mi habitación molestándome, hablándome de la vida, de tantas cosas. Adrianne no solo se volvió una hermana para mí, también fue como una madre, tenía más edad que la mía y todo este tiempo me cuido como nadie lo hizo y fue realmente hermoso lo que pasé con ella, desde el primer momento en que la vi subir al bus del internado, fue una conexión a primera vista. No podría olvidar a quien me cuido tanto tiempo, desde que era una adolescente, desde mi transformación lobuna, desde el momento en que decidimos venir a Volterra.
-Ven aquí mi pequeña loba.... - sonrió para rodear mis brazos y darme uno de esos abrazos tan fuertes, siempre lo decía, sus abrazos era como sentir a mis padres junto a mí, como si me sintiera en casa, protegida y cuidada. - En lo que necesites solo llámame y creo que ni lo necesitarás, un hechizo localizador en mi medallón será fácil, ¿nunca dejes de darme información sobre ti ok? Eres mi pequeña hermana y aunque estemos lejos voy a protegerte a esa distancia y si tú me necesitas estaré ahí contigo y Aiden también, nunca lo dudes... -
-No pude pedir otra hermana mejor que tú, siempre serás mi familia, pase lo que pase. Míranos, hemos crecido tanto, pero es mi turno de recorrer el mundo con mi otra familia...Te quiero Adrianne más que a mi propia vida. - le dedique una sonrisa nuevamente y seguimos en aquel abrazo, sabía que sí seguía abrazándola jamás iba a irme de ahí, no dejándola a ella atrás.
-Siempre juntas, por y para siempre ___(T/n), agradezco al destino por haberte colocado en ese internado, porque Carlisle te salvo la vida y por salvar la mía cuando agonizaba, eres mi luz, mi vida era una total oscuridad hasta que te encontré.... - se separó de mi con una media sonrisa en sus labios, su rostro lucía apenado y no era para más, estaba despidiéndome de la persona que me conocía más en el mundo. Tomé mi maleta y antes de retirarme Aiden entró, de igual manera se despidió de mí y rodeo con un abrazo a Adrianne., -
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-Por favor Aiden, cuida de ella y sostenla fuerte hasta que me vaya, si ella va atrás de mí, no poder salir de aquí. - sugerí mientras me limpié las lágrimas y volví a mirar a mi mejor amiga una vez más, a la gran chica que había conocido más de un siglo, odiaba las despedidas, pero sabía que era parte de la vida. Pude notar como ella estaba por avanzar en mi dirección, pero antes que ella hiciera eso salí rápido de la habitación, puse escuchar a lo lejos un gran "No...______(T/n)", seguido de sollozos, el pasillo era inmenso y parecía jamás acabarse. Estaba haciendo lo correcto iría a ver a mi padre y bueno, conocer a quienes eran más parte de mi familia, me dolía tanto dejar a Adrianne, creo que quemarme en el fuego era menos doloroso que esto. Cada pasillo que recorrí me traía un recuerdo nuevo, unos tan nostálgicos que otros, como si tan solo hubiera pasado días desde que llegué, pero llevaba décadas ahí con los Vulturi. Al llegar al salón principal Félix me estaba esperando en la puerta principal, aun durante todo ese tiempo no conseguimos ser amigos, había un respeto hacia mi parte, pues fui la líder de la guardia, este se acercó despidiéndose y se esfumó dejándome el pase libre, cuando ingrese pude ver a Aro, marco y Cayó sentados en sus sillas, la sala había cambiado un poco con el tiempo, Lucía más elegante, hasta el mármol fue cambiado y una gran pintura se situaba a un lado, claro con ellos de fondo, representados por un gran pintor. Aro se acercó un poco a mí y extendió sus manos.
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-Si en algún momento deseas volver, eres bienvenida, tu puesto en la guardia estará apta para ti a menos que quieras formar parte de mi guardia personal con Renata a tu lado. - sugirió y asintió con un movimiento en su cabeza para desaparecer, en su lugar Marco se levantó y se acercó a mí, pero no tanto.
-Buena suerte _____ Smith. - asintió también y se marchó. De los tres ahora solo quedaba Cayo, sabía que él no iba a decir nada pues hasta ese entonces aún me odiaba por mi naturaleza de lobo, cuando estuvo por levantarse y marcharse decidí hablar yo.
-Cuídate Cayo, ten por seguro que luego quien te de caza seré yo y no fallare como aquella vez. - le dediqué una sonrisa con cierta malicia y desaparecí del lugar, por el resto del pasillo aun me mantenía riendo ante lo último que dije, pues hace algunos años Cayo había tenido un pequeño encuentro conmigo........
