Prólogo.

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Todo comienza la mañana del día sábado 22 a las 09:30 a.m. Parecía que iba a ser un buen día, estaba soleado, los pájaros cantaban y todo iba a un ritmo muy común. No había nada extraño, y no me sorprendía porque así solía serlo la mayoría de las veces. La residencia estaba en un silencio magnífico, no había nadie más despierto además de mí. ¿Porqué fui yo el primero? No lo sé, algo en mi instinto me habría despertado.  

"Demonios, creo que tendré que preparar el desayuno. Rezo para no autolesionarme con algo" pensé mientras ponía mis manos dentro de mis bolsillos y suspiraba, haciendo la cabeza hacia atrás. Jaemin suele cocinar el desayuno, pero como todo el mundo estaba desaparecido, bueno, no me quedaba más que hacerlo por mi cuenta. 

Autonomía, creo que se llamaba eso.

Sentí un olor fétido venir de alguna parte, no estaba tan lejos de mí. ¿Acaso habían olvidado tirar la basura de la cocina? Sería algo inhumano no tirar la basura de más de dos semanas y dejarla en descomposición dentro del hogar. ¡Que asco! Con tan solo pensar en como se vería ese montón de fruta podrida y otras cosas me estremezco, iugh.

— ¡Jeno-yah! ¡Olvidaste sacar la basura! —grite mirando hacia la escalera, esperé una respuesta rápida por 30 segundos. — ¡JENO! —volví a gritar, y nuevamente nada. 

"¡Carajo! Te estoy llamando y no me respondes, de seguro debe estar jugando algo conmigo". Me enfurecí un poco, nadie podía no contestarme. Ser un líder es difícil, si tan solo tuviera un poco más de paciencia. 

— ¡Jisung-i, ¿Puedes despertar a Jeno, por favor?! —y volví a esperar una respuesta. Nada, únicamente silencio. — Debería darles una lección a estos punks... —dije pensando en voz alta, subiendo con pasos fuertes la escalera nuevamente, yendo a la habitación que ellos compartían. 

Había un extraño aura, era más siniestro y oscuro. Un escalofrío me recorrió desde las manos, pasando por mis brazos, llegando a mi cráneo y expandiéndose para abajo. ¡Indecentes son estos chicos! Podrán ser menores que yo, pero ya tienen 20 años y no pueden sacar la basura... Dios Santo mío, dame paciencia. Cuando abrí la puerta de la habitación de Jeno y Jisung, me quedé pálido, con el vómito y el grito en la garganta, tapé mi boca del puro horro que sentí. 

Estaban muertos, los tres estaban muertos...

Nuestro macknae estaba colgado de una soga atada al cuello y Jeno estaba descuartizado. Había sangre en todas partes, podría jurar que hasta los órganos de Jeno estaban fuera de su cuerpo. Jaemin los acompañaba, estaba crucificado en la pared, las venas de sus muñecas y sus dos pies tenías clavos y acuchilladas. Su pecho desnudo llevaba la frase "FREEDOM", la mierda que sea la libertad.

Mis piernas temblaron de susto, y de una maratón bajé a avisar a Chenle y Renjun lo que pasaba, su habitación estaba frente a la cocina. ¿Recuerdan que dije que había un olor nauseabundo de basura en ese lugar? Pues dejen decirles que no era basura... Era el mismísimo cuerpo de Renjun muerto, empapado en sangre, con un cuchillo plantado en su nuez de Adán y un impacto de bala en su frente.

Corrí más rápido con la esperanza de encontrar a Lele vivo, pero tampoco lo estaba. El orificio donde estaban sus ojos estaban vacíos e inundados en sangre, al igual que su boca cortada al estilo de Jeff The Killer. Mis pies resbalaron, caí pero volví a levantarme rápido, buscando ver a mi Hyuckie con vida.

Él y yo dormimos juntos pero en camas separadas. Mis lágrimas escurrieron velozmente por mi rostro, estaba tan asustado por todo lo que había visto. El camino de vuelta a la habitación era diferente, el papel de las paredes estaba con palabras escritas en sangre pura, no era tan antiguo el diseño, parecía que la sangre hubiera sido puesta no hace más de una hora. La puta madre, nada era lo mismo. 

Ya no habían pajaritos cantando.

Ya no habían rayos de sol alumbrando todo el pasillo que se hacia eterno. 

Ya no había felicidad, solo estaba yo, muriéndome de miedo y desesperado por encontrar una vida además de la mía. 

— ¡¡¡¡DONGHYUCK, NO!!!! —lloré y grité con todas mis fuerzas, cayendo postrado a su lado, abrazando el cadáver de mi novio, el fallecido Lee Donghyuck. — Tú no... Por favor, no...

Estaba ahogado, su nariz fue aplastada con algo, sus  piernas también estaban abiertas y flexionadas, no quería averiguar su causa de muerte. Las cosas que vi, los rostros sin vida de mis amigos y de mi Hyuckie, todos me estaban mirando, todos estaban fijados en mi. Y eso me aterraba. No sería capaz de matarlos, yo los amo demasiado para que algo así pasara.

Busqué algo entre mis ropas internas, y allí estaba mi colgante. Todos teníamos un colgante, era el regalo que yo, Mark Lee, alguna vez les hice. Mis lágrimas salían descontroladas mientras buscaba el que yo le había regalado al menor frente a mí. 

Era una hermosa cadena con la mitad que faltaba de mi corazón, mi otra mitad. El sonido que ambos hicieron al unirse fue como el último sonido que pude escuchar antes de empezar a caer.

Y caer, y caer, y caer. 

fallen down ;; nct dream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora