Capítulo 40

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Inglaterra, Montrose house

Anoche acepté que Iain me cortejara, me lo merezco y él también, esperemos a ver que acontece. Por ahora debo bajar a despedir a mis cuñados, no sé qué tiene el duque de Atholl, tal vez es esa clase de hombres que le gusta tener a su mujer subyugadas, Bethany está muy enamorada. Debo agradecerle al cielo que nací en un hogar con un hombre progresista quien no me cohibió en lo absoluto, a un hermano que me llenó de ilusiones al decirme que todo lo que me propongo puedo llegar a hacerlo y si debo contar con su apoyo lo tengo, por eso ellos son los representantes legales de mi empresa, eso sí, todo el dinero va a mi cuenta. Ahora la empresa no demora en pasar a ser propiedad de Iain. Ese tema no lo he hablado con él.

Tantas cosas de que hablar y cada vez que nos vemos algo pasa. El modo en que me besó ayer... Por primera vez el beso fue demandante. ¿Qué significará?

—Ya está lista mi Lady —Olivia hizo una belleza de peinado donde la mitad lo tenía suelto, hoy, después que partan los familiares de mi esposo, me encerraré en mi laboratorio a crear de nuevo su fragancia.

—¿Sabes si el señor está? Lo sentí despertar muy temprano —él duerme en la habitación del duque, siempre noto que apaga la luz hasta tarde, pero jamás ha ingresado a mi habitación, y en parte es lo mejor si quiero que en verdad salga sin miedo y confíe.

—Esta mañana salió en la madrugada, escuché que le dijo a Justin que retomaba las practicas —¿qué habrá querido decir?

—Bien. Olivia, en tres semanas partimos de viaje, ve alistando los baúles por ahora, no sé qué más debemos llevar. Debo ponerme al tanto con su señoría.

—Se ve diferente hoy.

—Lo estoy, anoche me pidió permiso para cortejarme y no tengo idea como lo hará.

—Se ve enamorada milady.

—¿Y cómo una niña como tú sabe lo que es estar enamorada? —se sonrojó.

—No lo estoy, pero usted mira a su excelencia como Lady Alease ve a su padre.

—Entonces te creo. Lo cierto es que me da cosquilla cuando se me acerca —mi doncella sonrió—. A las labores de duques —dije.

Desayunamos sin Iain, luego Iona, la duquesa viuda y mi persona despedíamos a los viajeros, antes de repartir los pertinentes abrazos llegó el duque de Montrose con mi hermano y el general Taylour con una veintena de soldados. Nos saludaron, por primera vez Iain se atrevió a darme un beso en la mejilla en vez de un besamanos y eso fue suficiente para sonrojarme y hacer que mi corazón latiera de manera vertiginosa.

—Pensé que no nos íbamos a despedir —le dijo Elena a su cuñado.

—Jamás me lo perdonaría. Además —Joel llegó con tres baúles medianos. Dos con cintas rosadas y uno con cinta azul—. Los regalos para mis sobrinos. Este año no podré compartir las navidades con ustedes, mi esposa y yo viajaremos a Estados Unidos —no emití ningún gesto de asombro, no tengo idea si se equivocó o es una estrategia para despistar algún infiltrado, dado los últimos acontecimientos de intento de asesinato. Es mejor no revelar nuestro destino. Si algo debo poner en práctica es lo que una vez mi hermano me enseñó. Esa vez lo descubrí en el sótano de la mansión entrenando con un látigo, no me confesó que era algo más que un simple capitán del ejército inglés. Por lo dicho por Iona y Emmy ellos parecen ser algo más. En todo caso las palabras de Thomas cobraron vida:

—Torbellino, en algunos casos las apariencias pueden ser nuestro mejor escudo, nuestra salvación. Si en algún momento me escuchas decir algo completamente opuesto a lo que mirándote a los ojos ya te había confesado es porque debemos aparentar. Jamás desconfíes de mí, porque yo daría mi vida por ti y por mi padre.

Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora