24. Reencuentros

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Miércoles, eso significaba que ya había llegado la mitad de semana para Samantha y el viernes por la tarde ya estaría libre hasta el próximo lunes. Eso era lo que se repetía una y otra vez para sobrellevar esos días de trabajo lo mejor posible.

Había estado toda la mañana acabando la grabación de su próximo disco, al menos su parte, luego ya sería cosa de la producción y otras cosas, pero quería dejar sus voces listas. Y, si todo iba bien, a principio de año su disco estaría en el mercado, cosa que le daba tanta felicidad como miedo.

- Sam, una última vez el estribillo y puedes ir a comer. –le pidió el chico.

- Genial. –agradeció Samantha que se estaba muriendo de hambre.

Repitió lo que le acaba de iniciar su compañero y media hora después ya estaba saliendo por la puerta del estudio en el que le había tocado grabar esa vez. Estaba pensado en sus cosas cuando, ates de salir del edificio, chocó directamente con alguien. Definitivamente, seguía tan despistada como el día que nació.

- Perdona. –se apresuró a disculparse la chica. –No estaba mirando.

- No, tranquila, ha sido culpa mía. Yo tampoco iba muy atento.

Al escuchar esa voz, Samantha se quedó congelada por un momento. Parecía que habían pasado siglos desde la última vez que se habían visto, sin embargo, no hacía tanto tiempo del último encuentro, ese que dejó a ambos con un sabor amargo.

- ¿Cómo estás? –le preguntó la chica un poco cautelosa mientras le saludaba con dos besos.

- Muy bien, he venido a entregar unos papeles. –contestó sonriendo. - ¿Tú cómo vas?

- Bien, acabando de grabar el disco. –le contó un poco por encima.

- ¿Cuándo sale? –se interesó.

- A principios de año, espero. –explicó ilusionada.

- ¿Y cómo está quedando? ¿Te gusta lo que ha salido?

- Sí. –afirmó con una amplia sonrisa. –La verdad es que es un poco arriesgado porque es diferente a lo que suelo hacer, pero vale la pena, así que espero que tenga una buena acogida.

- ¿Tienes algo que hacer? Podríamos comer juntos y nos ponemos al día. –propuso.

- Vale, te espero aquí si quieres.

- Perfecto, no tardo más de dos minutos.

Llegaron al bar donde habían compartido tantas comidas tiempo atrás y tuvieron la suerte de coger la última mesa que quedaba libre en la terraza, no les importó que fuera en el exterior, más bien lo agradecieron porque hacía un día realmente bueno...

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Llegaron al bar donde habían compartido tantas comidas tiempo atrás y tuvieron la suerte de coger la última mesa que quedaba libre en la terraza, no les importó que fuera en el exterior, más bien lo agradecieron porque hacía un día realmente bueno para estar en el penúltimo mes del año. Se sentaron en silencio y unos minutos después de pedir tampoco había mejorado la cosa, siendo sinceros ella todavía no entendía esa propuesta ni por qué había aceptado.

Difícil de olvidar  • Flamantha • 《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora