Bir

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Estaba caminando por los pasillos de mi nuevo instituto, nunca había estado en un lugar tan grande y gracias a eso me perdí, por suerte encontré a alguien que me ayudó a encontrar mi salón.

Cuando entre a lo que sería mi nuevo salón de clases pude ver como todos estaban separados a cada lado del lugar, chicas con chicas y chicos con chicos.

No soy muy bueno socializando así que solo me senté en el puesto más lejano de todos. Me coloque mis audífonos y solo espere a que algo pasara.

Bueno pasaron los minutos y nadie parecía notarme, creo que esta gente es de las que están más pendientes de los chismes que de lo que pasa a su alrededor.

Odio tener que ser el nuevo no tengo a nadie con quien hablar y como soy tímido, hacer amistades no es lo mío.

Tuvimos que mudarnos porque a mi padre lo ascendieron de puesto y por ello tenía que mudarse a otra ciudad arrastrándonos con él a mi hermano y a mí.

Mi madre murió hace un año y como decirlo... eso le ha afectado mucho a papá, ya no es el de antes, ahora es distante, casi nunca lo veo por el trabajo y yo solo me encargo de la casa.

Es decir que yo soy el que limpia, cocina, lava, plancha la ropa, etc., y bueno mi hermano a veces quiere ayudarme, pero casi siempre le digo que no pues solo tiene siete años, ¡si siete años! Él no tiene por qué hacer esas cosas; solo tiene que jugar y preocuparse de sus estudios.

Mientras yo que tengo diecinueve aún estoy en el instituto y hago de ama de casa, casi nunca salgo, no tengo tiempo, siempre después de mis clases recojo a mi hermanito, y luego voy a casa a hacer la comida, limpiar, etc. Por las noche estudio y hago los deberes. Los fines de semana me quedo con Ron y hacemos compras de la despensa.

Lo sé, no es la vida de un joven de diecinueve años, pero no tengo de otra.

Mi hermano es lo que más amo en este mundo y nunca lo dejaría solo, aunque eso me cueste mi propia felicidad. Cuando estamos en casa normalmente vemos caricaturas o jugamos a lego y/o a los espías.

Desde que mamá murió la vida para mí ha sido muy dura, tuve que aguantar todas mis ganas de llorar solo para evitar que mi Ronnie se sintiera peor, ella era siempre la que jugaba con él y se encargaba de las cosas del hogar.

A pesar de todo eso nunca fui capaz de darle las gracias por todo lo que hizo por nosotros, pues ahora que vivo esto en carne propia me doy cuenta de lo agotador que es.

Ella era la única que me apoyaba en mi orientación sexual, ya que cuando se los confesé a los quince años, mi madre era la única que me apoyaba mientras que mi padre me ignoraba e incluso una vez que discutimos me hecho de la casa, pero mamá lo convenció de dejarme volver.

Como la extraño.

—Buenos días alumnos dijo el profesor cuando por fin llego después de veinte minutos — disculpen el retraso — dijo mientras acomodaba las cosas y se ajustaba la corbata.

Por suerte este profesor no me pidió que me levantara y me presentara como cualquier otro hubiera pedido.

La clase transcurrió normal por unos quince minutos hasta que ¡BOM! alguien abrió la puerta de una sola patada.

Como si de una película se tratase. Apareció un chico: alto, esbelto con cabellos rubios liso, ojos grises como la plata, con una mandíbula casi perfecta y una nariz ligeramente puntiaguda. Llevaba puesto unos jeans rotos por la rodilla, una camisa negra y una chaqueta de cuero también negra con varios cierres, usaba unas botas estilo militar dándole su toque.

El chico era muy apuesto, debía admitirlo, pero no era mi tipo, no me gustan los rudos, esos siempre traen problemas, prefiero más a los tiernos.

Este ignoro los llamados de atención del profesor, solo se limitó a tomar asiento y hacer como si nada hubiera pasado, pero... de todos los puestos libre ¡porque tuvo que sentarse al lado mío!

De verdad que odio a los chicos problemas, más que miedo, en mi otro instituto eran unos odiosos, siempre decían y hacían tonterías y trataban mal a todos, pero por alguna razón este más que odio me causaba algo de miedo.

No sé si era por su vestimenta, por su aura o simplemente su semblante serio pero hermoso a la vez.

Me le quede viendo unos segundos y si tenían razón ¡Era Jodidamente guapo! Pero igual no está en mi tipo ideal.

Me le quede viendo unos segundos y si tenían razón ¡Era Jodidamente guapo! Pero igual no está en mi tipo ideal

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¡Todo estaba lleno de un líquido viscoso!

Era asqueroso y lo peor es que mis libros estaban todos sucios de aquel líquido extraño.

Quise sacarlos, pero me era imposible, me daban ganas de regresar el cereal de esta mañana.

A los lejos pude escuchar la risa de unos chicos.

Era un grupo compuesto por tres chicos y dos chicas, todos se reían de mí.

Quise ir y golpear a esos tres chicos, pero no pude.

No lágrimas, ahora no por favor.

Era lo que más odiaba de mí mismo. Soy demasiado sensibles y me tomo las cosas muy a pecho, incluso las pequeñas bromas entre amigos me hieren un poco.

Trate de decir algo, pero solo me limite en irme corriendo al baño para lavar mi rostro.

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Está es mi primera adaptación, espero sea de su agrado, y de su interés.

Todos los derechos reservados a su autor/a original: storyswag

Dirty boy/Pretty boy - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora