Segundo día: Dolor.

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El ser humano vive lleno de temor, el temor de este ,en su mayoría se genera por la idea errónea de que va a morir o que algo malo le va a pasar, el miedo es solo una diversión, el miedo es un juego...

Kristal abrió sus ojos ante un nuevo día poco antes de que su alarma sonara. Simplemente sonrió al ver a Thana sobre ella como si fuera una costumbre y la saludo, después estiró sus brazos y sus piernas, aún tenía algo de pereza en su cuerpo, pues quedaban unos minutos hasta que sonara su alarma y fuera su hora típica de iniciar su monótona rutina de vivir cada día igual que el anterior... Solo que esta vez no estaba sola, por lo que no era del todo malo.

Esta vez es diferente...

Por eso Kristal optó por sentarse para no caer rendida una vez más ante el sueño. Frotó sus ojos esperando que estos no se cerraran mientras arrojó un gran y fuerte bostezo al aire.

—¿Durmió? —pronunció el ángel.

—Muy bien —respondió Kristal —¿Y tú?

—Yo no duermo, soy un ángel, no está dentro de mis necesidades —Respondió Thana.

Ninguna de las dos dijo nada mientras sus miradas se cruzaban y se alejaban buscando romper el silencio incómodo que Kristal creó entre ambas. Kristal olvidó esa parte de ella; era obvio que no dormía, no tenía vida. Thana se acomodó a su lado y se recostó al lado de Kristal mientras esta la miraba un tanto confundida. Quedó completamente recta con los brazos a cada lado y las piernas completamente estiradas, tanto que su túnica se dejó caer revelando sus hermosas piernas tan delgadas y largas.

—No es cómodo, no recuerdo cómo se hace esto —Dijo mirando fijamente el techo —¿Cómo lo hacen ustedes?

Kristal la miró anonadada y se recostó a su lado, se acomodó de medio lado pudiendo ver a Thana, casi sentía como sus miradas atravesaban el flequillo de la chica, el cual era el único impedimento para ver sus ojos. Ambas se miraron un rato, Kristal se rio internamente mientras sonreía y estiró su mano para ayudarla a acomodarse para dormir cómodamente.

Un fuerte sonido la hizo voltear de golpe, la alarma estaba sonando. Dando un salto esta llegó hasta su celular y apago la alarma, se disculpó con Thana y tomó sus cosas para ir a darse un baño. Seguida por Thana hasta el baño como el día anterior comenzó.

Ella lavaba su cuerpo y su alma tranquilizándose, haciendo que ella medite mientras toma sus duchas, es el único momento del día en el que puede hablar con ella misma, comprenderse y conocerse. Ella estaba confundida, no tiene un motivo para vivir y tampoco quiere buscarlo, pero alguien o algo quiere que ella viva, si no no estaría acompañada en ese momento, debe comprenderlo.

Al salir de la ducha noto que Thana no estaba esperándola, así que simplemente se colocó la toalla sobre sus hombros y cubriendo únicamente sus senos con la toalla como si de una pequeña capa se tratara esta se dirigió a su habitación.

Que su tía y su prima no estén en las mañanas es algo cómodo, y que se ausenten todo el día hace que la soledad se vuelva una compañía agradable, pero la compañía de un ente desconocido es extrañamente cómoda; tal vez siente que importa para alguien.

En su cuarto observó que Thana la estaba esperando con su libro en mano y una mano puesta en este mientras parecía leerlo. Kristal optó por arrojar la toalla en su cama y recostar su desnudo cuerpo en esta para reposar.

Tras unos minutos de mirar al techo se percató de que su cuerpo estaba seco por lo que procedió a vestirse mientras que Thana dejó su libro.

—¿Estas lista? Hoy comenzamos la segunda prueba.

—Terminemos con esto —Alego —Solo quiero hacer esas tareas, rápido.

Thana guardó su libro entre su túnica y se sentó junto a Kristal, quien se terminaba de vestir, inclinó su cabeza de lado a lado lentamente y finalmente hasta atrás, dejándose caer en la cama y estirando sus brazos.

Siete Días con la muerte [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora