Despertando de mis 5 rutinarias horas de sueño doy inicio a mi día.
Mientras el aroma del café del vecino mi habitación invadía, una ducha y mi acostumbrada corbata me ponia.Caminé a mi trabajo y como siempre le sonrío todo hipócrita a la señora de las flores pues ya es costumbre que día tras día en mi camino se tope.
Hora pico! Se acaba la labor, de vuelta a casa con la misma corbata pero esta vez más floja como mi ánimo que poco a poco más al suelo se acerca.
No me podía ir peor, ahora debo caminar de más por un inoportuno desvío causado por una construcción.
Cansado y sin más, mi cama es la única que me recibe con los brazos abiertos pero ya cansada de escucharme contarle mi vida que es el mismo cuento.
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El Ángel de la tienda
Teen FictionLa llegada de una persona a una vida sin razones para sonreír hace que las nubes se vuelvan rosas siempre y cuando haya amor.